Foto: Izquierda, Jaime Jarrín en su debut como cronista y relator de béisbol en 1959 en el Coliseo de Los Ángeles. Derecha superior, en 1965 Sandy Kaufax, lanzador zurdo estadounidense retirado de las Grandes Ligas de Béisbol. Derecha inferior, en 1971 con el actor mexicano, Ricardo Montalbán.
Jaime Jarrín, es una de las voces más queridas de los Estados Unidos, es el señor del relato del béisbol en ese país. Es el único ecuatoriano que posee una estrella en el paseo de la fama en Hollywood y es miembro del Salón de la Fama del Béisbol de Cooperstown de Nueva York. Además, es el único ecuatoriano con presencia en el Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural en Washington. Le contrataron de CBS, ESPN y Radio Latina, combinó su trabajo en los Dodgers con otros medios de comunicación. Con el fallecido campeón mundial de tenis, el guayaquileño, Pancho Segura Cano, son los únicos ecuatorianos que están en el Paseo de la Fama.
Transmitió en 30 sedes mundiales, que es como transmitir 30 copas mundiales de fútbol. Ha visto en acción a los más grandes jugadores de béisbol de toda la historia como “Willie Mays, Mickey Mantle, Roberto Clemente, Juan Marichal, Bob Gibson, Orlando Cepeda, Luis Aparicio, Tom Seaver, Warren Spahn, Frank Robinson, Reggie Jackson, Ken Griffey Jr. Sandy Koufax, Don Drysdale, Don Sutton, Orel Hershiser, Fernando Valenzuela, Clayton Kershaw, Steve Garvey, Mike Piazza”, publica prodavinci.com.
El periodista Diego Arcos Saavedra comenta que Jaime Jarrín se define como el ecuatoriano, más famoso, menos famoso en el Ecuador. A lo largo de su vida ha sido entrevistado por las cadenas internacionales como: CNN, Univisión, Telemundo, Televisa, Caracol, RCN, entre otras, pero cuando es solicitado para conversar por un periodista ecuatoriano, su rostro se ilumina y los recuerdos del país regresan a su mente nítidamente.
Durante 64 años consecutivos transmitió béisbol en los Estados Unidos y 71 años está frente al micrófono. Empezó en 1951 a los 16 años, en Quito-Ecuador. Los primeros años locutó en las radios HCJB y Quito. Su maestro y guía fue su primo, Alfredo Jarrín Maldonado, quien aparte de ser locutor, cantaba pasillos en la radio La Voz de la Democracia. Le decían “El Romancero de Quito”.
El relator de Los Ángeles Dodgers nació en Cayambe, provincia de Pichincha, el 10 de diciembre de 1935. La familia Jarrín es muy conocida en la zona, porque eran propietarios de las grandes haciendas agrícolas y ganaderas que rodeaban el cantón. Su inclinación por la comunicación nació en Radio Quito, La Voz de la Capital, cuando Leonardo Páez era el director de programación.
Su primo Alfredo Jarrín Maldonado, quien era un locutor muy conocido en la capital, le hacía leer varias las noticias del matutino quiteño El Comercio, porque para ser locutor, insistía, se necesita primero ser un buen lector. También solía llevarle a ver y escuchar los programas musicales con artistas mexicanos, que se emitían todos los sábados en la noche. Era mediados de la década de los 40 del siglo anterior, estaban como locutores: Leonardo Páez, Lucho Beltrán, Jorge Carrera Viteri, entre otros.
Era adolescente cuando HCJB llamó a un concurso de locutores, participaron 15, de ellos quedaron tres como finalistas: Guillermo Jácome Jiménez, Fabián Vizcaino Andrade y Jaime Jarrín, ocupó la vacante. Empezó en 1951 en La Voz de Los Andes, por su carisma y responsabilidad se convirtió en el locutor número uno del diario hablado de la estación. Iniciaba a las 05:00 con noticias cada 20 minutos, había varias cortinas musicales, únicamente se ponía música clásica y semiclásica, no tenía cuñas comerciales. Además, a los 17 años fue locutor por tres años en el Congreso Nacional.
Luego pasó a Radio Quito, permaneció un año. Como era en el mismo edificio de diario El Comercio, en la calle Chile, entre Cuenca y Benalcázar, en el centro de Quito, redactó noticiarios de cinco minutos. Eso le ayudó cuando llegó a los Estados Unidos, donde no se acostumbran informativos amplios. “Yo aprendí robando las noticias a los reporteros de El Comercio, para formular noticieros cortos”, insiste con una sonrisa.
En estas radios capitalinas encontró a sus grandes amigos: Gonzalo Portugal, Edison Terán Rivadeneira, Raúl Arias y Galo Moscoso. Era la época de las grandes voces, pero también de la bohemia y la amistad florecía en los jóvenes locutores. Extraña a sus compañeros con quienes trabajó en la capital, buenas personas, aunque un poco bohemios, indica.
Ese detalle le impulsó a su esposa, sugerirle que viaje a los Estados Unidos. Ella veía que Jaime, siendo muy joven, ya se destacaba en Quito, porque le invitaban a varias estaciones, entre ellas la Voz de la Democracia, para que anime un programa musical famoso con artistas, los sábados en la noche.
“Ella tenía temor de que entrara en el círculo de los locutores bohemios y fiesteros”, comenta el relator de béisbol. Lamentablemente su esposa falleció hace tres años. Fue su compañera de vida durante 65 años. “Blanca es quien merece todos los reconocimientos” porque fue una mujer que siempre lo apoyó a lo largo de su carrera. El narrador de Los Ángeles Dodgers se casó a los 19 y su esposa tenía 20 años.
El viaje a los Estados Unidos se facilitó, porque era amigo del cónsul americano en Quito, a quien conoció cuando era locutor de la Voz de Los Andes. El diplomático acudía a su programa denominado “Pláticas Dominicales”. Jaime le comentó que quería viajar al país del norte, pero no como turista, sino como emigrante, cumpliendo con los papeles debidos y su tarjeta verde. El martes siguiente le llamó a la embajada y en menos de 24 horas obtuvo la visa. Viajó en un barco bananero alemán que salió de Esmeraldas.
Llegó a la aventura, porque no tenía un lugar de trabajo. Lo único que llevó fue unas cartas de recomendación de Gonzalo Maldonado Quijano, quien era gerente de Radio Quito, otras de HCJB, firmadas por su amigo Edison Rivadeneira Terán. Viajó con el único objetivo de ampliar sus horizontes como locutor. Tenía 19 años, era 1955.
Cuando llegó lo EE. UU. empezó como periodista radial, luego se transformó en cronista deportivo. Ahí aprendió sobre béisbol y se destacó. También relató boxeo, siguió los pasos del relator argentino, de padres estadounidenses, Buck Canel.
Jaime nunca había visto un juego de béisbol en Ecuador, recién lo hizo cuando llegó al país del norte. Se facilitó el aprendizaje porque fue aficionado de los deportes. Los fines de semana acudió a dos estadios que había en los Ángeles, se presentaban equipos de segunda, no eran grandes ligas. Fue a curiosear y aprender.
En 1958, se mudó el famoso equipo Dodgers de Brooklyn a Los Ángeles, la emisora de la que era director de noticias y deportes, la KWKW, obtuvo los derechos para transmitir los juegos en español. El gerente de la emisora reunió a los empleados para darles la buena nueva. “Necesito dos cronistas y mirándome fijo dijo, Jaime yo quiero que seas uno de los dos”. Se quedó congelado. Le contestó “señor William Bithorn siento mucho, yo conozco un poquito sobre béisbol, pero no para ponerme frente al micrófono y relatarlo”.
Jaime tenía 23 años, el radiodifusor le apreciaba y le insistió. “Te voy a dar un año de plazo para que domines el deporte”. Así lo hizo, en 1959 empezó poquito a poco. Fue el segundo del equipo de transmisión, el primero era René Cárdenas, un nicaragüense muy profesional. “Yo era el número dos, era como su ayudante”. Pasaron tres años y asumió el primer puesto, porque René se mudó a los Astros de Houston.
Cada equipo de béisbol en los Estados Unidos tiene su cuerpo de locutores y “en mi caso yo siempre fui empleado del club”. Eso es una gran ventaja porque los jugadores le tienen más confianza, se desplazaba con el equipo. Viajó a todas partes donde iban Los Dodgers, se hospedaba en el mismo hotel, es decir “yo he sido miembro de la organización desde el primer día y eso me ayudó para tener un buen trabajo”.
El locutor en inglés de los Dodgers, Vin Scully, considerado el mejor locutor de todos los tiempos, le dio un consejo y lo ha cumplido. Le pidió que no intime con los jugadores, porque eso puede afectar con su trabajo. “Se atento con ellos, pero no intimes porque eso va a afectar tu imparcialidad”, es decir hay que ser todo amabilidad, pero con la debida distancia.
Transmitió para una cadena de 98 radios, particularmente de México y el sur de California, desde 1980 hasta 1998. Hubo un auditorio de millones de personas. En 1997 cuando relató la Serie Mundial en octubre de 1997 entre los Marlins de Miami y los Indios de Cleveland, tuvieron una audiencia de 38 millones de oyentes, porque los derechos de transmisión, en español, lo poseía la Cadena Caracol de Colombia que era propietaria de 230 emisoras, incluyendo una en París con música colombiana y locutores franceses. Eso se dio porque el jugador más importante era de nacionalidad colombiana, Édgar Rentería Erazo.
Una de las tareas periodísticas más difíciles que tuvo fue la cobertura del funeral en 1963 del Presidente Jhon F. Kennedy, en Washington, porque para entonces estaba muy jovencito y su inglés era muy limitado. Nunca había estado en la capital de los Estados Unidos, en un clima tan frío, pero a pesar de ello la transmisión fue calificada por los directivos de KWKW como extraordinaria.
Estuvo en varios encuentros internacionales con los mandatarios estadounidense, uno cuando el presidente Lyndon B. Johnson, entregó parte del territorio llamado El Chamizal a México, eso fue en octubre de 1967. En el mismo periodo presidencial realizó la cobertura de la primera visita de un Papa a los Estados Unidos, Paulo Sexto, conocido como el Papa Peregrino, eso fue en octubre de 1965. Además, estuvo en varias conferencias de los presidentes Adolfo López Mateus, de México; y Lyndon Johnson, de los Estados Unidos. Así como de Richard Nixon con Gustavo Díaz Ordaz, una en Coronado, California; y otra en Puerto Vallarta, México, a inicios de la década de los 70 del siglo anterior.
Transmitió muchas peleas: la de Manila en 1975, entre Joe Frazier y Muhammad Ali; las tres peleas de Carlos Monzón contra Nino Benvenuti en Roma, Montecarlo y Milán. Y otras desde Puerto Rico, Las Vegas y Houston. Jaime combinaba el box con el béisbol.
En el 2022 anunció su retiro de la narración oficial de los Ángeles Dodgers, donde se inició en 1959. Diario El Universo de Guayaquil publicó varias notas sobre el trabajo de Jaime Jarrín en los Estados Unidos, escritas por Ricardo Vasconcelos, quien es fanático del béisbol y la trayectoria de Jaime Jarrín. Muchos medios internacionales como Los Ángeles Times, El Diario de Sonora, ESPN al igual que innumerables cadenas de televisión anunciaron el retiro de este gran señor del relato en español del béisbol, quien cuando llegó a los Estados Unidos trabajó unas 18 horas diarias, ahí fue la voz comercial de varias firmas internacionales como Chevrolet durante 25 años.
A lo largo de su vida ha recibido muchos reconocimientos, pero uno que lo recuerda con mucho cariño es el que le dedicaron el año pasado Los Dodgers, durante toda la temporada reconocieron su trabajo, al tiempo que le desearon buena suerte en su jubilación.
La Universidad de California le entregó un Doctorado honoris Causa en Letras Humanas, donde más de cinco mil estudiantes que se graduaron desfilaron, el 90 por ciento eran de apellido latino, de ellos el 60 por ciento mujeres y 40 por ciento hombres. Ahora tiene una fundación que lleva el nombre de su esposa, Blanca Jarrín, que apoya con becas universitarias a estudiantes que no pueden pagar los altos costos en las instituciones superiores en las universidades del sur de California.
Asegura que su voz se da por los genes naturales de su familia, porque su primo hermano, Alfredo Jarrín Maldonado, era un locutor excelente, muy valorado en Quito. Cuando Alfonso Laso Bermeo fue vicealcalde de Quito, le hizo un homenaje cuando vino al Ecuador, fueron grandes amigos, porque Jaime le hizo la locución comercial en sus inicios en Radio Quito.
La voz de Los Ángeles Dodgers siempre tiene en la mente y corazón a su país, ubicado en Sudamérica, en la mitad del mundo. Lo extraña, por ello lo visita con frecuencia, en 1982 fue padrino de JC Radio La Bruja de propiedad del empresario, Pepe Cueva Valdiviezo; el primer director de la emisora fue el conocido locutor baneño, Guillermo Jácome Jiménez.
En Ecuador están sus grandes amigos y cuando regresa al país conversa con ellos: Asdrúbal de la Torre, a quien conoció cuando era caricaturista de diario El Comercio y él laboraba en Radio Quito. Pepe Cueva, con quien mantiene una amistad de más de 60 años, lo califica como un gran hombre de negocios en el Ecuador y un industrial maravilloso. En Guayaquil a dos personas que lo han apoyado y han reproducido muchos artículos sobre él en los Estados Unidos: Ricardo Vasconcelos, jefe de deportes de Diario El Universo; “y otro gran periodista de la televisión, Diego arcos Saavedra. Para todos ellos mi abrazo fraternal”, repite.
Tiene tres hijos, uno de ellos lamentablemente falleció. Jorge, el mayor siguió su apego a la comunicación, fue locutor desde un helicóptero, además con él formaron la primera mancuerna de padre e hijo transmitiendo deportes durante seis años. Hasta que se jubiló un año antes que Jaime. Su otro hijo, Mauricio, posee un rancho en San Diego. Tiene tres nietos.
En octubre de 2023 recibió un homenaje de la alcaldía de su ciudad. Recuerda con nostalgia a Cayambe, donde estudió la primaria, en la escuela 9 de Julio; la secundaria viajó a Quito, porque no había colegios en su ciudad. En el capital estudió en el San Pedro Pascual dos años, luego pasó al Mejía, de ahí al Montúfar. Siguió un curso de locución en la escuela de periodismo de la Universidad Central del Ecuador.
Con su familia siempre regresa al Ecuador, porque desea que sus hijos y nietos conozcan sus raíces, los sitios por donde camino y fue feliz. Los invita a degustar los bizcochos, el queso de hoja y el manjar de leche. El narrador de Los Dodgers siempre se presenta como ecuatoriano, que nació en Cayambe, un hermoso sitio de un país pequeñito que está situado en la Mitad del Mundo.
Alfredo Jarrín Maldonado, “El Romancero de Quito” y la locución
Jaime cuenta que su primo Alfredo Jarrín Maldonado, tenía una gran voz, se destacaba como locutor y cantante de pasillos, por ello se presentaba, en la noche, en la radio La Voz de la Democracia, acompañado por un pianista de apellido Veintimilla. Le decían El Romancero de Quito, él fue quien le inició en este mundo mágico de la radio. “El fue mi maestro y mi guía”.
Esta estación capitalina era de propiedad de Aziz Noe Mucarsel, que tenía también un almacén grande con productos para fiestas infantiles, vendía serpentinas, caretas, muñecos… Estaba ubicado frente a la radio, en la calle Caldas, saliendo a la calle Guayaquil, en la entrada norte al centro histórico. Se llamaba el almacén de Azis Noe Mucarsel.
Recuerda que cuando tenía unos 13 años, su primo lo llevó en varias ocasiones, a Radio Quito, “La Voz de la Capital”. Había programas en vivo los sábados, con invitados y artistas que llegaban del extranjero, especialmente de México. El director de radioteatro, locutor y autor de la Tuna Quiteña, Leonardo Páez, era el animador. Desde ese momento, Jaime se enamoró de la radio.
Alfredo le decía que tenía una voz microfónica, una voz grave, a pesar de su corta edad. En una ocasión le preguntó ¿Le gustaría ser locutor? Le contestó “claro me encantaría ser locutor”. En ese momento le dio un consejo. “La base primordial, para ser locutor es ser un buen lector”. Para practicar le ponía en un rincón de la habitación, durante 30 minutos leía en voz alta diario El Comercio de Quito. Lo hacía en ese lugar, porque desde ese sitio podía escucharse como los demás le oyen y podía mejorar la dicción, pronunciación, énfasis… “Ese fue mi entrenamiento primario”, leer todos los días el matutino quiteño, eso lo transformó en un magnífico lector.
En esos años estaba ya en la secundaria, lo inició en el Colegio Mejía y luego pasó al Montúfar. Después hubo un curso de locución en la escuela de periodismo de la Universidad Central del Ecuador y su primo Alfredo le matriculó. Paralelamente llegó una compañía de teatro con actores españoles y uno de ellos le dio unas clases de locución.
Alfredo Jarrín Maldonado, su primo, actualmente vive en Nueva York, era de una voz espectacular y dominaba varios idiomas. “Él fue mi único maestro que tuve allá en Quito”, repite el comunicador nacido en Cayambe.
El concurso de locutores en HCJB
Aprobó el curso de locutores en la Universidad Central del Ecuador y se presentó la oportunidad de participar en un concurso de locutores en HCJB, La Voz de Los Andes. Estuvieron unos 15 aspirantes, de ellos hubo tres finalistas: Guillermo Jácome Jiménez, Fabián Vizcaino Andrade, y Jaime Jarrín, que fue el ganador.
En un inicio le dieron unas pocas horas los fines de semana en noticias y eventos especiales, pero por su carisma y voz, ascendió rápidamente. A los dos años de permanecer en la emisora logró ser el locutor más importante. A su cargo estaba “El Diario Hablado”, que empezaba a las 05:00 y terminaba a las 10:00. Eran noticiarios de 20 o 30 minutos y luego una cortina musical de unos 10 minutos y continuaban las noticias: titulares nacionales, internacionales, análisis…
Como HCJB era una emisora cultural y cristiana, no había comerciales, solamente noticias, música clásica y ecuatoriana. En la tarde presentaba a los artistas nacionales: Lucrecia Jaramillo al piano, Segundo Bautista, el señor de Veintimilla, La Estudiantina Santa Cecilia, Los Barrieros… Los sábados y domingos presentaba dos conciertos de música clásica, uno al mediodía y otro a la media noche, para los amantes de la buena música, porque HCJB tenía una discoteca “fabulosa”.
El trabajo de Jaime consistía en presentar el concierto, hablar unos 10 minutos previos, sobre los autores, compositores, orquestas, dónde y cuándo fue grabado e información sobre los temas. Eso le gustó mucho y lo hacía con mucha dedicación.
El Congreso Nacional, Radio Quito y Gonzalo Maldonado Quijano
La Voz de los Andes le asignó ser locutor desde el Congreso Nacional. Ahí permaneció durante los últimos tres años que estuvo en Ecuador. Compaginó con Radio Quito.
El trabajo en La Voz de la Capital le sirvió para desempeñarse en los Estados Unidos, porque su experiencia en noticias era de HCJB: noticiarios extensos, amplios de 30 a 45 minutos y eventos especiales del gobierno y ministros. En dos ocasiones tuvo la oportunidad de grabarle el saludo de año nuevo, de unos 30 minutos, al presidente de la República, José María Velasco Ibarra.
Su horario en el senado iba de 16:00 hasta las 19:00, desde esa hora locutaba en Radio Quito hasta las 23:00. Gonzalo Maldonado Quijano, amigo de su primo Alfredo, era el director de “La Voz de la Capital”, fue la persona que lo contrató. Necesitaba un locutor para la noche y como el senado era en el Palacio de Carondelet, le resultaba cerca para llegar, porque la radio que estaba a una cuadra. En esta emisora permaneció su último año, desde 1954 hasta 1955, cuando viajó a los Estados Unidos.
Radio Quito estaba en el último piso del edificio de la calle Chile, ahí aprendió a redactar noticiarios cortos de tres, cuatro o cinco minutos. Eso se dio porque la redacción de diario El Comercio estaba en el penúltimo piso. “Mi trabajo era bajar a la redacción y prácticamente robarles las notas de los cronistas y redactar mis noticiarios de tres, cuatro o cinco minutos”. Eso le sirvió mucho cuando fue a los Estados Unidos, donde la información es clara, concisa y directa.
Panorama, Edison Terán Rivadeneira y Gonzalo Portugal
Jaime también fue parte del programa semanal Panorama que lo dirigían Ricardo Larson y Edison Terán Rivadeneira, lo producían para el Departamento Cultural de la Embajada de Los Estados Unidos en Quito, para la USIS.
Jaime participaba en unas ocasiones como relator, otras como cronista. En la capital ecuatoriana nunca fue locutor deportivo, hacía noticias y eventos especiales.
En HCJB conoció a una de las voces más recordadas de la capital ecuatoriana Gonzalo Portugal, de quien indica guarda los mejores recuerdos, porque tuvo una escuela maravillosa por parte de ellos. Jaime era el benjamín de esas voces potentes de aquella época.
Las voces de Quito, La Voz de la Democracia y Blanca Mora Chanis
En Radio Quito se destacaban las voces de Leonardo Páez, quien, a más que locutor era un excelente director. Ahí también conoció a la voz taurina del Ecuador, Jorge Carrera Viteri, Marco Vinicio Bedoya y Lucho Beltrán, este último fue el narrador del radioteatro, La Guerra de los Mundos, cuando incendiaron el edificio de El Comercio. Ahí resultó quemado un buen porcentaje de su cuerpo.
En el ámbito deportivo conoció al ingeniero Oswaldo Núñez Moreno, Ralf del Campo, Alfonso “El Negro” Laso, “muy querido por mí”, Carlos Rodríguez Coll, Raúl Arias, quien era profesor del colegio 24 de Mayo y conocía a su esposa Blanca Mora; Galo Moscoso que fue su compañero en HCJB y estaba casado con una de las Hermanitas López Ron, muy conocidas en el Ecuador; Edison Terán Rivadeneira, Francisco Darquea que luego intervino en la televisión ecuatoriana y Gonzalo Portugal su gran amigo, quien era muy respetado y estimado por los señores Clark. Gustavo Sáenz era el gerente de La Voz de Los Andes.
Otros nombres respetados de la época eran: Guillermo Jácome Jiménez, Fabián Vizcaino Andrade, Eduardo Silva French, quien conducía un programa muy sintonizado en la Radio La Voz de la Democracia. En una ocasión le invitaron a este espacio, esa fue indirectamente una de las razones para su viaje a los Estados Unidos, porque se casó con una muchacha que fue la abanderada del colegio 24 de Mayo, Blanca Mora Chanis, quien nació en Panamá, igual que sus tres hermanas, porque su mamá era de ese país; pero su papá, Jorge Mora, era ecuatoriano, un hombre bastante conservador, quien buscó, para criar a sus hijas, una ciudad más conservadora y se mudaron a Quito.
La conoció cuando fue parte del coro del colegio, bajo la dirección del profesor Corcino Durán, Jaime era el animador del programa en HCJB. Se enamoraron y se casaron. El relator de Los Dodgers era muy joven y empezaron a invitarle a programas musicales, como el que se emitía en la Radio La Voz de la Democracia, uno de ellos Simpatía, conducido por el presentador Eduardo Silva French.
Blanca quizá tuvo el temor de que, siendo tan jovencito, su esposo ingrese en el ciclo bohemio de los locutores que les gustaba mucho las fiestas y la bebida. “Yo creo que Blanca tuvo el temor que yo ingresará en ese grupo y la cosa sería difícil como matrimonio”. Ella le insistía “por qué no va a los Estados Unidos, por qué no va… Aproveche el hecho de que conoce a varios norteamericanos en HCJB”.
HCJB y la visa como residente legal a los Estados Unidos
Jaime Jarrín en HCJB era el locutor del programa principal de la emisora, que era religioso, se emitía los domingos en vivo “pláticas dominicales”, a las 20:00. Primero lo hacía con el predicador David Clark y luego con Boby Clark. Había invitados trombonistas, pianistas, trompetistas, cuartetos, cantantes…
Solían llegar unas 40 personas al auditorio, entre ellos el cónsul americano en Quito. Se hicieron amigos y un día, mitad en serio, mitad en broma, le dijo que le gustaría ir a los Estados Unidos. El diplomático pensó que, como turista, pero Jaime le reiteró que quería ir, pero como residente legal.
De una vez le pidió tres visas, una para él, otra para su esposa y la tercera para su hijo, Jorge, que recién había nacido. Le pidió que vaya a la embajada y en menos de 24 horas tuvo las tres visas a su disposición, emprendió su viaje a los Estados Unidos, como residente.
A los Estados Unidos con 40 dólares y en barco bananero
Jaime no llegó en avión a los Estados Unidos, sino en barco. Eso porque el senado le dio un pasaje. Varios senadores eran amigos de su familia, especialmente de sus tíos Rogelio y Mario Jarrín, unos ingenieros muy conocidos.
En una ocasión les platicó que se iba a los Estados Unidos y le indicaron que le van a ayudar de alguna manera. En esa época Manuel María Jaramillo Arteaga, que luego puso la casa de cambios MM Jaramillo Arteaga, era senador, él presentó la moción para costear su viaje, otros lo secundaron y aprobaron el pedido, que consistía en enviarle en un barco bananero alemán.
Viajó al puerto de Esmeraldas. Cómo hubo desperfectos mecánicos permanecieron en la Provincia Verde durante tres semanas, eso perjudicó mucho su presupuesto porque llevaba poco dinero y le tocó gastar en hotel y comida. El día del viaje llegó y el barco iba cargado de 100 mil cabezas de plátano, con unos 40 pasajeros.
En esa época, Jaime y su esposa Blanca, tenían una camioneta viejita que la vendió en 5 mil sucres, con la condición de que el amigo que la compró, le pagará mensualmente 500 sucres.
Llegó a los Estados Unidos con 40 dólares en el bolsillo, a la única persona que conocía en ese país era a Manuel Romero, quien le hacía controles en HCJB y estaba en el país del norte desde 1953. Jaime le escribió y su amigo le recibió en su casa, donde durmió esa noche, al siguiente día salieron a buscar una habitación con una familia americana, pagaba cuatro dólares a la semana, incluyendo el desayuno.
En esos momentos le llega una carta de su esposa en la que le indica que el comprador de la camioneta no le había pagado. Eso hizo que, de los 40 dólares, le mande 20 dólares a Blanca, cuyo depósito lo hizo en el Banco de América. Se quedó con 20 dólares. Empezó a trabajar en una fábrica que hacía mallas de alambre, ubicada en el centro este de Los Ángeles.
Manuel Romero y radio KWKW de Los Ángeles
Luego de trabajar en la fábrica, su amigo Manuel Romero inmediatamente lo llevó a la única emisora de habla hispana, la KWKW, ahí presentó una solicitud de trabajo.
A los Estados Unidos llegó solamente con tres cartas de presentación, una era de Gonzalo Maldonado Quijano, director de Radio Quito; Edison Terán Rivadeneira que dirigía el programa Panorama, y de Ricardo Larson. Le hicieron una prueba, se dieron cuenta de que no era un improvisado y que tenía experiencia. Eso fue en junio de 1955 y en diciembre ya empezó a trabajar en la KWKW de Los Ángeles.
Sus inicios en la radio no fueron fáciles, porque no era mexicano, como era la única emisora de habla hispana, la mayoría, un 90 por ciento, era de ese país. No había vacantes, a pesar de que hubo dos posibilidades, pero no le tomaron en cuenta, porque no le cayó muy bien al director de programas, Ernesto Cervera, eso se dio por varios factores: era joven, buena voz y locutor profesional.
Tanto insistió Jaime, que seis meses más tarde, en diciembre, le dieron el primer trabajo, unas horas el fin de semana. Sabía que la cuestión era poner el primer pie, luego ya es talento personal y a seguir. A los dos años le ascendieron a locutor de noticias. Creó un departamento de noticias en la emisora, donde instauró unidades móviles, tenían dos que recorrían la ciudad y cubrían todos los eventos locales.
El béisbol y Los Ángeles Dodgers
Jaime es un caso muy particular porque en el Ecuador nunca hizo deportes solo noticias, la única experiencia que tuvo en deportes en Quito fue acompañar como locutor comercial a quien, luego de varios años fue vicealcalde de Quito, Alfonso Laso Bermeo, en las transmisiones desde la desaparecida Plaza Arenas de los torneos de basquetbol colegial.
La ventaja que tuvo es que siempre le gustó y fue amigo de los deportes, porque cuando estaba en el colegio practicó eventos de campo y pista, con el atletismo colegial. El futbol era su pasión, porque vio a grandes figuras de este deporte, ya que era la época de El Dorado de Colombia y cuando Quito traía al Deportivo Cali, para que defienda los colores de la capital frente a equipos internacionales.
En octubre de 1955 se celebra en Nueva York la famosa serie mundial de béisbol entre los Yankees de Nueva York y los Dodgers de Brooklyn. Jaime observó que en todos los bares, cantinas, hoteles y negocios de Los Ángeles había telerreceptores y radiorreceptores transmitiendo la serie mundial de béisbol. Le llamó la atención la afluencia de gente frente a estos aparatos, quienes observaban, con mucho interés, ese evento en la Gran Manzana. Ahí le explicaron que era béisbol, en ese momento le dio curiosidad por conocer algo más de este deporte.
Hubo dos equipos que no eran de las grandes ligas, sino de segunda división en Los Ángeles: Los Hollywood Stars y el equipo de Los Ángeles. Los fines de semana acudió a observar y aprender. Empezó a arañar el béisbol, a conocer las partes más rudimentarias de ese deporte, porque se necesita concentración, pensamiento y dedicación al juego.
“Necesito dos cronistas y tú eres uno de ellos…”
El interés de los seguidores del béisbol le llamó la atención, sin pensar que eventualmente un equipo de las grandes ligas llegaría a Los Ángeles. Pasaron tres años, en 1958, Jaime ya sabía lo más indispensable del béisbol. En ese año se mudan los Dodgers de Brooklyn a Los Ángeles. Un día el gerente y propietario de KWKW, William Bithorn, les llamó a los 12 locutores de la radio, para darles la buena nueva de que había firmado un contrato para transmitir el béisbol, un equipo muy prominente en nuestro idioma. En ese momento repitió “necesitó dos cronistas”. Inmediatamente un compañero español que hacía noticias, Alejandro Prada, respondió “yo conozco una persona que es profesional en la materia. Recomendó a René Cárdenas, un cronista de béisbol nicaragüense extraordinario. Pasó la prueba.
El dueño de KWKW insistió que necesitaba un segundo narrador e inmediatamente le miró al relator ecuatoriano y le dijo “Jaime yo quiero que tú seas el segundo”. Al inicio le dio temor y no aceptó el pedido. Transmitía los jueves boxeo desde el olímpico auditorio, el director le repitió que tiene talento para los deportes. “Estas haciendo el boxeo y lo estás haciendo muy bien. Te voy a dar de plazo un año, quiero que te profundices en el béisbol, quiero que estés ahí, hay mucho en eso para ti”. En 1958 leyó todos los libros habidos y por haber, las revistas especializadas en béisbol. La televisión no le ayudó mucho porque se transmitía un juego a la semana los sábados, pero escuchaba todas las radios, conseguía grabaciones de juegos por año. Fue un tiempo de mucho aprendizaje y trabajo.
En 1959 habló con el gerente y le indicó que ya estaba listo para el puesto número dos, para transmitir respaldando a René Cárdenas, quien estuvo solo tres años, por ello recomendó a José Fad García, otro relator de béisbol nicaragüense extraordinario. Siguió siendo el número dos hasta que el Fad García murió intempestivamente en un invierno en Nicaragua. Ahí ascendió inmediatamente al número uno en la cabina, era 1973. Ese fue su comienzo, narrando poquito.
La traducción simultánea del béisbol
Jaime indica que Dios le ayudó mucho, porque ingresó a Los Ángeles Dodgers, que es una institución extraordinaria, tomando en cuenta que el béisbol es muy popular y querido en los Estados Unidos. Es muy amplia la temporada porque son 162 juegos que se transmiten durante los meses de marzo hasta octubre y noviembre, 51 juegos en casa y 51 juegos en otras ciudades donde están los demás equipos. A más de doce juegos de postemporada. Ha transmitido 30 sedes mundiales, que es como transmitir 30 copas mundiales de futbol.
En los Estados Unidos cada equipo tiene su grupo de cronistas y relatores. Fueron los primeros en tener una cobertura bilingüe de los juegos, inglés español, español inglés, eso se inició desde Brooklyn en los años 40.
Buck Canel, muy conocido en Ecuador, por las transmisiones de la Cabalgata deportiva Gillette, empezó a relatar los juegos en nuestro idioma. Luego Los Dodgers al mudarse a Los Ángeles. Lo primero que hizo el dueño del equipo cuando se mudó de Brooklyn a los Ángeles fue subirse a un helicóptero y recorrer la ciudad, para ver los aspectos demográficos. Así estableció que la comunidad latina era muy importante y se debía cultivarla en favor del béisbol. “Él fue quien formó con KWKW, la cobertura de los juegos en español así empezó todo”, recuerda Jaime Jarrín.
Al inicio no viajaba con el equipo, los primeros seis años solamente visitaba San Francisco y transmitía. Los demás juegos los hacía de una forma muy especial y difícil, porque prácticamente traducían del inglés al español. Tenían una línea del estadio de Nueva York hacia la emisora. Jaime escuchaba la traducción en inglés y traducía simultáneamente. Cuando había una jugada clave con hombres en base tenían que esperar hasta que concluya la jugada para describirla, esa fue una escuela especial para él y le ayudó mucho y se destacó.
Jaime un hombre de radio, la jubilación y Vin Scully
El narrador ecuatoriano se enamoró del béisbol, al principio pensó que su pasó iba a ser corto de unos cinco años, y pasar luego a la televisión, porque en 1962 nació en Los Ángeles el primer canal de habla hispana en los Estados Unidos, el 34, por ello pensó que ese sería su próximo destino, pero no fue así.
Fue director de deportes del canal 52, Telemundo de Los Ángeles, estuvo durante 8 años, pero nunca le gustó la televisión, por las restricciones de tiempo que había. Le daban dos minutos y medio en el noticiario grande las 18:00. Casi todos los días, le decían “Jaime te vamos a cortar medio minuto o un minuto, porque necesitamos cubrir esta información por la emergencia”. Veía que el tiempo era muy corto para dar los resultados de los juegos. Eso no le pareció, porque siempre fue, es y será un hombre de radio.
Ha tenido la oportunidad de estar cerca de los grandes cronistas de la historia, encabezados por Vin Scully, considerado un personaje brillante de la industria del béisbol. “Yo tuve la suerte de que él me apadrinara y se convirtió en mi guía”. Él fue quien le dio un consejo que lo cumplió en sus más de seis décadas. Le sugirió que no intime con jugadores, porque eso puede afectar su imparcialidad.
Embajador de los Dodgers
Se jubiló en 2023 después de 64 años consecutivos como la voz oficial, en español de Los Ángeles Dodgers, una organización muy completa que han sabido encaminar muy bien el béisbol.
Los Dodgers aceptaron su jubilación, pero no querían que se ausente completamente y le nombraron embajador del equipo, que es un cargo diplomático, porque representa a la organización en algún evento, no más de seis veces al año. Eso le mantiene unido a la organización y se convirtió en el primer empleado, en más de 120 años de historia de Los Dodgers, en recibir un contrato de por vida con esa denominación.
La anécdota con Pancho Segura y el Salón de la Fama
La prensa de los Estados Unidos ha dedicado espacios amplios sobre la trayectoria de Jaime Jarrín y en todos ellos el relator de Los Dodgers resalta que nació en Ecuador, un país pequeño, pero hermoso y único en el mundo.
Hay dos ecuatorianos en el Salón de la Fama: Pancho Segura, por haber sido campeón mundial de tenis, y Jaime Jarrín, en el relato de béisbol. Hace unos 25 años hubo una invitación a una cena a todos los miembros del Salón de la Fama de los cinco deportes: béisbol, fútbol, baloncesto, boxeo y tenis. Era en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York. Llegaron 150 delegados.
Con el campeón mundial de tenis ya se conocían y eran amigos. Pancho le decía a Jaime “Cholito”. Cuando se encontraron, el deportista guayaquileño, le pregunta “oye cuántos habitantes tiene el Ecuador”. Jaime le contesta como 14 millones.
El tenista le dice “oye cholito de tantos millones solamente dos estamos en el Salón de la Fama, pero tú me ganas en algo”. El relator nacido en Cayambe le responde “en qué te puedo ganar a ti, imposible”. El tenista le insiste, “Jaime tú tienes una estrella de la fama en Hollywood y yo no la tengo”.
Su voz fue conocida y escuchada en Buenos Aires
La voz de Jaime Jarrín también se escuchó, en 1970, en Buenos Aires, Argentina, cuando gobernó la Junta Militar. Tenían el canal 11 que era de deportes, servía para apaciguar y entretener a la gente y alejarse de los problemas cotidianos fuertes que vivían en ese entonces.
Hizo innumerables transmisiones deportivas de boxeo especialmente. En ese país de Sudamérica fue muy valorado por los directivos, eso se notó cuando una vez el coordinador de los espacios le dijo “Jaime si tú no puedes hacerlo, no habrá transmisiones. Las peleas se desarrollaban en los meses de octubre, noviembre, diciembre y enero, cuando no hay béisbol y pudo compaginar los dos deportes.
Ecuador, Quito, Cayambe
Siempre recuerda al Ecuador, a la escuela 9 de julio. Cuando era niño la distracción más grande era saltar de piedra en piedra por el río Blanco hasta llegar a las faldas del volcán Cayambe. En una ocasión les llevó a sus hijos, nietos, sobrinos, 11 en total a Galápagos. Fue un viaje maravilloso.
Llegó al Ecuador en octubre de 2023, ahí vio como “la nueva ola de Jarrines” ha crecido y conoció a muchos primos y sobrinos en primero y segundo grado que constituye una “nueva Jarrinada”, se reunieron cerca de 140 en Cayambe. Asegura que regresará al Ecuador con más frecuencia, porque en este país están sus raíces y sus sueños.
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Iliana Cervantes Lima
Voces de la Radio