Edgar Rodríguez Bárcenas, la voz de la radio y la música tropical

Desde 1965 todo ha sido micrófono: programas de radio, televisión, presentaciones artísticas y ser parte de las mejores orquestas de música tropical. Ama lo que hace y le pone siempre el corazón. Le gusta que le digan “Viejo Edgar” porque es una palabra que en Colombia se la utiliza, cuando se quiere y se aprecia a una persona. “Nada de viejito, solo Viejo”, repite. Tenía 14 años, todavía estaba en Pasto-Colombia, cuando decidió llamarse así, eso porque se quiere muchísimo.

A Edgar Rodríguez Bárcenas la gente lo encasilla con la salsa y música tropical, pero también sabe y domina sobre deportes, noticias y radio. Fue el iniciador del Cuarto de Hora Sonorama. Asegura que con el micrófono ha hecho todo: cantado, conducido programas, presentado eventos, siempre ha estado junto a la gente. “Todo lo que tengo sea mucho o sea poquito, lo he hecho con mi garganta, mi voz, mi estilo y con el micrófono”, reitera.

Laboró en las radios: Nariño, Ecos de Pasto y La Voz de la Amistad, en Colombia. Mientras que, en Ecuador, lo hizo en Marañón, Sideral, La Rumbera, América, Sonorama, Rumba, Pichincha Universal, Latina, Tarqui, Iris, Canela y La redonda, además del canal 23.

Fue parte de las disqueras Famoso y Codiscos; así como de las orquestas Los Dangers, Los Padrinos y el Quinteto América. Fue vocalista del grupo de Hugo Realpe y su Onda 3, que se presentaba en el Royal Horse, ubicado en calle Iñaquito, entre La Avenida Naciones Unidas y UNP. Realizó una composición para discos Famoso con temas de su hermano, el gran compositor Ricardo Realpe.

Sus inicios en este mundo mágico de la radio se dieron a mediados de la década de los 60 del siglo anterior. En Pasto había Radio Nariño, de propiedad de César Acosta, de Ibarra Ecuador. Edgar Rodríguez Bárcenas, más conocido como “El Viejo Edgar”, salió de vacaciones de la escuela Santo Domingo de los Hermanos Maristas. La emisora quedaba a media cuadra del trabajo de su papá, Eduardo, que era gran amigo del radiodifusor.

César Acosta le propuso que sea mensajero. El niño aceptó con la autorización de su padre. Ahí fue observando cómo era el manejo de la emisora: la parte técnica, la música y le fue entrando el bichito de la locución.

Se levantaba a las 04:00, se iba a pie, porque la emisora se prendía a las 06:00. La radio Nariño quedaba muy distante de su casa. Su talento se notó e inmediatamente pasó a ser operador de sonido, también se les decía ingeniero de sonido. Trabajó muchos años en el lugar, por ello el bachillerato lo concluyó en el colegio nocturno, Instituto Libertad.

Luego pasó a Ecos de Pasto, una de las más sintonizadas, de propiedad de la Comunidad Religiosa Jesuita, que también tenían Radio Mariana, que era musical. Un día Antonio Terry Gallego, gerente propietario de la Radio La Voz de la amistad, le contacta para que sea ingeniero de sonido en esta estación.

Esta emisora sería el paso que necesitaba para entrar en la locución. Un domingo que jugaba el Deportivo Pasto con el Deportivo Cali, le enviaron al estadio. Era la época cuando se “tiraba bastante cable, a unas dos o tres cuadras, a la casa más cercana donde había teléfono, hasta llegar con la línea al estadio”. Comenzó a enviar sonido por interno, pero el relator, Roger Muñoz, nunca llegó.

Edgar para mantener la comunicación, con el estudio de la radio, arrancó el partido y comenzó a transmitir, a pesar de que es mal hablado, en ese día no le salió, ni una palabra fuera de tono. El operador de audio, Hernaldo Guerrero, deja de escuchar el relato por interno y lo saca al aire. Al finalizar, Edgar desconectó los cables, para él no había pasado nada.

Al día siguiente cuando llegó a la radio, a las 09:00, el propietario le llama a la gerencia. Le pregunta que, si sabe lo que hizo ayer, el locutor y cantante, le explica que no fueron los relatores, pero instaló el equipo, pero nunca llegaron. “Sabe que salió al aire”, le insiste el radiodifusor.

El joven técnico se quedó frío y dijo “hasta aquí llegué”, pero la sorpresa fue mayúscula, cuando el gerente le insiste que le gustó su estilo. “Vamos a comenzar con un programita musical”. Le dieron un turno de tres horas en la tarde. Ponía baladas, luego incluyó deportes. Era una de las voces más jóvenes de Nariño. Le fue bien.

En esta radio se armó una rondalla, que hacía música, con las voces de los locutores. Ahí salió el Grupo América Libre, antes se llamó los Cinco de Amorel, porque les patrocinaba uno de los almacenes más grandes de Pasto.

En una ocasión les invitaron a Ecuador, para las festividades de Ibarra y el Yamor en Otavalo. Su amigo. Jorge Quintana, que cantaba en la orquesta Los Padrinos, le invitó a un baile, cantó un par de temas y le propusieron que se quede.

En la Voz de la Amistad le dieron permiso viernes, sábado y domingo, el lunes tenía que reintegrarse, pero, a modo de broma, indica, que no sabe si ya lo remplazaron, porque desde ahí, no regresó y se quedó en el Ecuador.

Sus inicios en la capital ecuatoriana fueron en Marañón, de propiedad de la Lic. Ligia Wilches Tacuri, pero el estilo de la radio no le llamaba la atención, por eso cuando Max Cortez, que hacía un programa deportivo en la Nueva Emisora Central, le invitó a esa estación, aceptó gustoso. Hizo una pasantía cortita en la radio de Carlos Efraín Machado. Con Oscar Iván Laso, realizaron una transmisión en el Estadio Olímpico Atahualpa y les gustó, pero cuando llegó a la radio, no hubo acuerdo económico, para su permanencia.

Seguía como vocalista de las orquestas: los Dangers, Los Padrinos y el Quinteto América, para esto Luis Ernesto Terán, que trabajaba en Sideral,1340, le llamó para que sea parte de la estación. En esa temporada desapareció Canal Tropical, que tenía una sintonía total.  “La máxima nota de la capital”, cogió ese bache que había, por ello era necesario captar más oyentes.

El director del programa 10 sobre 10, Luis Ernesto Terán, dejó la estación, a los pocos días, El Viejo Edgar se quedó encargado de la programación, como director de la radio.  El propietario de la estación, Jorge Aguilar Veintimilla, le tuvo mucha confianza y apoyó su trabajo.

Se convirtió en una de las estaciones más sintonizadas de la época, era 1977. “Quien no escuchaba Sideral, la máxima nota de la capital no estaba en nada”. La locución era diferente alegre dinámica y siempre con música tropical.

Paralelamente a Radio Sideral pasa Industrias Famoso, donde fue productor, subgerente, gerente de marca y promoción. Viajó por todo el país. Hizo tours promocionales con los artistas de la época, Los Chicos, Oscar de León, Cristal, Lorenzo Antonio, entre otros…

Luego de ello, un 13 de diciembre de 1980, estaba en su oficina y siempre monitoreaba todas las radios por su trabajo. Se paseaba por el dial. Todas las estaciones tenían casi la misma programación: música en inglés, instrumental y suave, porque así eran antes las FM, no tocaban una cumbia. “No daban cabida a la música tropical”.

Le llama al gerente de la disquera, Gustavo Jiménez, su jefe en la disquera Famoso, y le explica que todas las emisoras tocan lo mismo. Edgar estaba acostumbrado a las emisoras colombianas, que, desde octubre, ya sonaban los villancicos, los temas alegres y guapachosos, “para homenajear el nacimiento del niño Dios”.

Gustavo le comenta, “yo tengo un amigo, se llama Enrique Gallegos Arends, propietario de Añoranza”.  Ese momento, Edgar se fue a 99.7 FM y le presentó una propuesta para hacer música tropical. Desde ese momento, la estación comenzó a tocar a las grandes orquestas: Los Melódicos, la Billos Caracas Boys, Pancho Galán, entre otros… “El teléfono, que nunca sonaba, empezó hacerlo, en las dos horas del programa. “El doctor se quedó loco, porque las llamadas no paraban”.

El Viejo Edgar le propuso cambiar la programación y si en tres meses no había resultados, no pasaba nada, “no me paga”, pero si se ve resultados, hablaban al final, para realizar un convenio comercial. Ahí nació La Rumbera, le cambió el logotipo e invitó a profesionales que consideraba eran los mejores: Jorge Víctor Bravo, Alberto Pumagualle, Ximena Ganchala, Silvia Villa, Juan Carlos Ricaurte, Diego “Cheito” Grijalva, Lorena Terán…

Hicieron una “rumba especial” en la emisora, uno de los programas más escuchados fue “Tiempo de Vallenato”, conducido por Jorge Víctor Bravo, se difundía todos los sábados, a las 18:00.

El grado de aceptación de la música tropical fue tan grande, que, en una ocasión, le pidió algo muy importante al Trovador de Antaño. “Me atreví a decirle” que le iba a quitar de la programación, “A ritmo de bolero”, espacio que conducía, de lunes a viernes a las 18H00. Esto, “porque no iba de acuerdo con lo que estoy haciendo, porque la quiero hacer netamente tropical” … No le gustó mucho este pedido, eso se notó en su mirada, pero aceptó. Salió del aire unos ocho días. Luego de ello, Gallegos Arends le señala: “yo soy el dueño, quiero seguir haciendo el programa”, así siguió a Ritmo de bolero”.

Su paso a Sonorama se dio, porque su paisano, Rommel Rodríguez, en esa época era gerente de ventas de esta estación. Le propuso hablar con Santiago Proaño, gerente de la estación, así lo hizo, por ello e reiteró que le gustaría que vaya a 103.7 FM, porque había salido el director, Fabricio Cifuentes.

Se pusieron de acuerdo inmediatamente. Regresó a La Rumbera, conversó con Enrique Gallegos Arends, a quien le dijo que se quedaba, pero si le igualaba la cifra que le proponía la otra estación, que era unos 300 mil más de lo que ganaba en La Rumbera. El Trovador de Antaño le contestó “Edgar, no puedo, te agradezco mucho por lo que has hecho, pero si allá te pagan más, estás en todo tu derecho”.

En esos años tuvo un acercamiento con el propietario de Radio América, 102.5 FM, Galo Enríquez, quien, en una ocasión le insistió “toma este cheque, en blanco, has lo que quieras y cambia la programación de la radio”. Edgar le contestó que no era muy ético hacerlo. “Te voy a ayudar, pero no así tan directamente”. Lo primero que hizo fue formar un equipo de deportes, parecido al que hizo luego en Sonorama, les fue muy bien.

En Sonorama creó el equipo de deportes con Fabián Gallardo, Oscar Portilla, Fernando Behr, Giovanny Sánchez, Juan Leo Reyes. Ahí le propuso a su amigo, Romel, que organicen el “Cuarto de Hora Sonorama”, que consistía que cada hora, se emita 15 minutos de noticias. Así estén programas musicales, deportivos…

Como no tenía bien la idea fue a escuchar el Cuarto de Hora Caracol y regresó con la idea clara. Invitó a Oswaldo Morocho, Raquel Coronel y otros para que sean parte del equipo inicial… el resultado fue positivo.

Estuvo en Radio Rumba que nació en 1998, eso se dio porque cuando iba a viajar, con el equipo de Sonorama, al Mundial de Francia, tenía todo listo, cuando Freddy Moreno, le hizo la propuesta, que dirija la radio. En Sonorama le acompañaba otra voz espectacular de Colombia, Favio restrepo, quien era la voz oficial del cuarto de hora Sonorama. Él viajó en remplazo de Edgar al Mundial.

Se quedó con Rumba donde hizo mucha música afroantillana y se rodeó de un grupo selecto de locutores, para que le cobijen “porque no se puede lograr el éxito si no se está bien cobijado, porque si crees que tú eres el amo y señor, estás equivocado”. Eso porque hay que rodearse de gente que tenga talento, sean amigos y sean las personas idóneas para que te acompañen en cualquier proyecto, repite.

Tuvo la propuesta de ir a Servidinámica, que era un grupo radial inmenso, que en ese tiempo tenía alrededor de 60 emisoras a escala nacional. Fue director de todas ellas. En Colón implantaron el espacio informativo, que era noticias todo el tiempo. Una radio hablada las 24 horas.

Su acercamiento con las radios Canela y La Redonda se dio, porque con el propietario, con Jorge Yunda Machado, siempre se ha llevado, desde que era director musical del grupo Sayro. Con el recientemente fallecido locutor, Patricio Díaz Guevara, detallaron el sistema para hacer La Deportiva, que en principio salió como Fútbol FM, luego se llamó “La Redonda”.

Cuando ya estuvo en esta estación, Juan Carlos Ricaurte, conducía los sábados y domingos de 08H00 a 10H00, en Canela, Señora Cumbia, pero renunció. Jorge Yunda, le indicó que la única persona que puede desarrollar con éxito ese programa “eres tú, te interesa”. El Viejo Edgar le contestó, claro. Lleva 10 años al aire, en la franja horaria ocupa el puesto número 1.

Su apego a la música ha ido de la mano con la promoción musical. El Viejo Edgar un día recibió un disco de los Fantasmas del Caribe, de Venezuela, que se llama Agüita e Coco.  Edgar insistió que el hombre ideal para hacer este tema era Hugo Realpe. Grabaron el tema, que tuvo un éxito extraordinario, tal es así que los discos Cabaney, radicado en Miami, para su CD de Grandes Éxitos, de fin de año, incluyó esta versión para este álbum, que se vendió masivamente en los Estados Unidos.

Como era productor de Famoso, le llegó una copia del grupo musical de la selva peruana, Juaneco y su Combo, llamado “Busco un amor”. Le invitó a Roberto Rojas, trompetista de ese país, para los arreglos, en principio no lo iba a grabar él, pero decidió hacerlo, con el Combo Mayor, que era una orquesta de grabación de estudio. Asegura Edgar que “nunca existió”, porque él se inventaba los nombres, también grabó el gavilán pollero. “Los Dukes con k, es un nombre mío, porque en ese tiempo se necesitaba una orquesta grande, el primer vocalista fue Andrés Valencia”.

Al llegar al Ecuador, admiraba a Gustavo Velásquez, quién ahora es su amigo, porque en su tierra lo escuchaba con don Medardo y sus Players. El Viejo Edgar es amigo de Los Titos, Los Hermanos Baca, Los Sibonei, Los Padrinos, Los Dangers, Los Fabulosos, Onda Latina…

Ha hecho especiales y tributos musicales de dos o tres horas, donde se hablaba exclusivamente de un cantante, con sus respetivas interpretaciones. Estos programas los conducía con otra querida voz de la radio, Jorge Víctor Bravo. En la Rumbera, recuerda un especial en homenaje a Julio Jaramillo. Lo último que hizo fue para la radio digital del conocido locutor, Ernesto Panamá. Fue sobre el Gran Combo de Puerto Rico.

Fue representante de Famoso en Ecuador y Codiscos de Colombia, que es la compañía que más ha grabado vallenatos. El Viejo Edgar, realizó un gran trabajo al difundir el talento de Las Musas del Vallenato y el Binomio de Oro. Rafael Orozco, en uno de sus discos, le nombró. También tuvo la oportunidad de ser representante de Discos Victoria, Fuentes y Sony Music. Siempre estuvo en contacto con las disqueras de Colombia. Se enteraban de su trayectoria en el Ecuador y le buscaban para que sea su representante y promotor.

En una de esas presentaciones, con Jorge Víctor Bravo le hicieron el coro a Rodolfo Aicardi, en el coliseo Julio César Hidalgo, en el centro de Quito.  Era la canción “que no quede huella que no y que no… que no quede huella…”. Edgar era la primera voz y Jorge Víctor la segunda.  La primera vez que vino Lizandro Mesa se presentó en el coliseo Julio César Hidalgo, acompañado de la orquesta Zeta Mar de Esmeraldas y de la Sonora Metropolitana de Quito.

El Viejo Edgar fue presentador y animador de los espectáculos musicales con artistas internacionales, el primero que abrió los espectáculos en el coliseo general Rumiñahui, fue el cantante puertorriqueño, Aldo Mata, quien con su tema “Derroche hizo roncha en el coliseo”. Hasta el año pasado animo el festival de salsa en el Bicentenario.

Los hijos de Edgar Rodríguez Bárcenas son ecuatorianos, tiene ocho nietos, quienes sienten un apego muy grande por la música, “son vallenateros a morir”. Edgar es residente en el país, no es nacionalizado. Asegura que al Ecuador le debe todo, porque llegó muy jovencito, con su amigo Jorge Quintana.  Muchas veces no tenían para pagar el hotel y dormían en La Alameda, en el centro de Quito. Compraban una botella de licor, para amortiguar el frío y listo… pero caminando poquito, a poquito logró sus sueños.

Cuando anima en la radio, siempre da a conocer los nombres de los autores, compositores, arreglistas e intérpretes del tema. “A esas personas hay que darles el crédito necesario”, esa ha sido su propuesta siempre.

No le gusta ser del montón, en todo lo que hace, es el protagonista. “Si me pones a barrer calles, lo hago bien y que digan: ese man, qué bien que barre”.

Insiste que la locución es una profesión para bendecidos, porque es noble y linda, por ello la valora y respeta. Todos los días se preocupa por aprender un poquito más, porque de la persona que menos se piensa, se puede sacar cosas interesantes. “No cualquiera puede ser comunicador o médico, aunque todos piensa saber y conocer sobre ello”.

Se siente inmensamente satisfecho con lo realizado. “Si volviera a nacer, sería y haría lo mismo, porque al micrófono lo lleva en el corazón”.

 

Si desea ver el video: https://acortar.link/f5JKMc

Si desea leer la nota: https://acortar.link/s1JCfb

Si desea ver la entrevista: https://acortar.link/4oiXPA

 

Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

Publicar comentario

Puede que te hayas perdido