Ernesto Moreno Bueno, el cronista del tango en Ecuador

 Foto: Izquierda, Ernesto Moreno Bueno en la actualidad. Derecha superior, en 1958, en la Radio La Voz de la Democracia, como integrante del trío Serenata, formado por Patricio Córdova, primera voz; Jorge Pontón, segunda voz; y Ernesto Moreno Bueno. Derecha inferior, el trío Serenata, cuando realizó el acompañamiento musical el tenor ecuatoriano, que vivió en Colombia, Tony Romay, cuyo verdadero nombre era Raúl Ibarra.

Ernesto Moreno Bueno es músico, guitarrista, escritor y el cronista del tango en Ecuador. La afición por este género se dio desde muy joven, al igual que su apego a la música española tradicional: bulerías, fandangos, tanguillos y pasos dobles. Los tangos y las milongas son parte de su vida.

Su cariño a la radio se inició en La Voz de la Democracia. Ha sido parte de las radios: Católica, Emisora Central, Añoranza y Eres. Es amigo de las grandes voces del país como el narrador deportivo y presentador, Edgar Villarruel Caviedes; y el cantante Fausto Gortaire, conocido como el Quijote de la canción. Así también de Humberto Jácome Harb y su papá Humberto Jácome Maldonado, quien fundó la Orquesta Típica de Quito en 1966. Fue la persona que le invitó a Ernesto para que sea parte de ella, porque sabía que le gustaba y tocaba bien el bandoneón, tuvo que viajar a Loja, porque era el único lugar donde vendían esos instrumentos musicales de viento.  A mediados del 2006 con su amigo argentino, Enrique Lagoa, iniciaron en Eres 93.3 FM el programa “A Puro tango”.

Se inició en este mundo mágico de la radio en 1958, en la Radio La Voz de la Democracia, de propiedad de Aziz Noe Mucarsel. Era el guitarrista del Trío Serenata, cuyos integrantes iniciales eran: Ernesto Moreno Bueno, Patricio Córdova y Jorge Pontón. Patricio Córdova, que era la primera voz, fue remplazado primero por Jaime Quiroga y luego por Luis Sánchez. El Trío actuaba todos los sábados, a las 19:00, en el programa, Simpatía, conducido por el presentador Eduardo Silva French, “un distinguido hombre de radio y un gran amigo”. El administrador de la radio era una persona de origen árabe, Hassan Aiz. También estaban como locutores José Gabriel Villavicencio y Gustavo Cascante.

En ese programa también se presentaba uno de los grandes, músicos y compositores quiteños, Víctor de Veintimilla, autor del albazo “Mi Panecillo Querido”, interpretado por el Dúo Benítez Valencia; el sanjuanito Chamizas y el pasillo Grito del Alma. Este gran artista, en la década de los 50 del siglo anterior, fue director artístico de la Radio La Voz de la Democracia. Ahí actuaba el tenor ecuatoriano que vivió en Colombia, Tony Romay, su verdadero nombre era Raúl Ibarra. El Trío Serenata le hizo algunas veces el acompañamiento musical.  Esta radio era el escenario preciso donde se presentaban artistas aficionados muy buenos, como el Dúo de Las Serranitas, quienes eran hermanas.

En esa época era muy común que los artistas se presenten con el corbatín de lazo y el terno, que se convertía en el uniforme, que debía estar impecable. Hay una publicación de una página entera, del sábado 24 de Mayo de 1958, diario El Comercio anunciaba un evento político con la programación de Radio La Voz de la Democracia, en la onda local 1280 Kcl. Mientras que en la onda internacional era de los 6060 Kcl. 

Los artistas de moda estaban ahí, como el Tríos Serenata, Los troveros, Los Ases, Cuarteto Los Estudiantes, Los Ángeles del Infierno, Esperanza Erazo, Elvia Jácome, Gonzalo Ávila, Hilda Bucheli y Luis Sánchez. Eso se daba como homenaje al 136 aniversario de la Batalla de Pichincha. Actuaban “Las estrellas del futuro”.

Había concursos, amenidades, la ruleta regalona, premios y sorpresas. Siempre recomendaban llegar temprano, porque el auditorio se llenaba inmediatamente. Este evento se realizaba para presentar a los candidatos a concejales de la Lista 1, auspiciado por el Partido Conservador Alianza Popular, Movimiento Popular Ecuatoriano, Movimiento Social Cristiano. Lideraba la lista Jacinto Jijón y Caamaño. Era una publicidad de Moreno Hassan.

El propietario de la estación, Azis Noe Mucarsel, era un empresario que también tenía su almacén, era el más grande de Quito, con productos para fiestas infantiles. Había serpentinas, caretas, muñecos, ollas encantadas… Estaba ubicado frente a la radio, en la calle Caldas, saliendo a la calle Guayaquil, la entrada norte al centro histórico de Quito. Se llamaba el almacén de Azis Noe Mucarsel.

En la década de los 50 del siglo anterior, las emisoras que lideraban la sintonía en la capital ecuatoriana eran: Nacional Espejo, La Voz de la Democracia, Quito, Cosmopolita, Atlántida, Bolívar, después salió Victoria, esta emisora se caracterizó por las novelas que se transmitía bajo la dirección del Gonzalo Proaño y Alma Nuri. Radio Nacional Espejo emitía los domingos en la madrugada “El Gato”, el desenlace de la novela se daba a esa hora. “Yo oía siempre toda la novela”, ese es un recuerdo agradable de la estación de la Cadena Amarillo, Azul y Rojo del Ecuador y su propietario, Gerardo Brborich, destaca el experto en tango.

Era la época de oro de Azucena Durán, “La novia del bolero”; y la voz del locutor de Radio Tarqui, Carlos Cartagena, era muy conocida, luego laboró en el IESS, que en ese tiempo se denominaba Caja de Pensiones, hoy vive en los Estados Unidos y tiene 90 años. Su hermana Piedad Cartagena Flores, cantaba en el colegio La Providencia.

Ernesto Moreno Bueno indica que no es locutor, sino una persona especializada en un género musical: el tango. Siempre le gustó el compás y la poesía, además, los tangos que estaban de moda en ese tiempo. También es seguidor de la música española, que la cultivó en la guitarra. “No soy un concertista ni músico de escuela, pero sí un gran aficionado. Tengo mis discos que los he hecho para consumo familiar”, indica.

El director de A Puro Tango integró Los Bocheritos. El nombre se dio, porque en España había Los Bocheros, que eran de Bilbao, y se pusieron de moda en el mundo. A los colegiales, especialmente del San Gabriel, donde estudió, les agradaba, porque muchos de sus profesores eran sacerdotes españoles, vascos como los Bocheros y se prendió la afición.

“Yo fui invitado a este grupo musical después, porque era menor en un curso”. Estuvo muchos años junto con Humberto Jácome Harb, Manolo Franco, periodista taurino; Gonzalo Bueno, quien trabajó en la Contraloría del Estado; Manuel Reyes, conocido como el famoso Loro, uno de los mejores tenores de Quito; los hermanos Miguel y Fernando Riofrío Pólit, a este último le decían “El Payasito”.

Participó en varios programas en La Nueva Emisora Central con el conocido periodista y odontólogo, Jaime Naranjo Rodríguez, quien tenía un programa regular sobre tango, en una ocasión les invitó a los miembros del Tango Club de Quito. A finales de la década de los 90 e inicios del 2000, estuvo en radio Católica, todos los sábados, al inicio fue de 10:0 a 12:00 y luego en la tarde, de 13:00 a 14:00, permaneció unos 10 años. Esto se dio porque los directivos de la emisora brindaron un espacio al tango Club de Quito, del que es uno de los fundadores. Primero iban dos socios para hablar de tango. “Nosotros íbamos a la estación, que estaba ubicada en la Avenida América, en rigurosos turnos”, repite.

Luego pasó a Añoranza, hoy La Rumbera. Enrique Gallegos Arends ofreció un espacio al Tango Club, del que era presidente Ernesto Moreno Bueno. Todos los domingos a las 19:00 conducían “Tangos en Domingo”. Igual dos compañeros iban a hablar exclusivamente de tango, una hora, y matizarle con una selección buena de temas. Estuvo cinco años.

Esporádicamente participó en revistas de Radio Quito, la Voz de la Capital, en los programas con Gustavo Cevallos Velásquez. Desde hace 18 años está en Radio Eres, 93.3 FM. “A puro tango” se transmite de 19:00 a 20:00, todas las noches, de lunes a viernes.

En el 2007, su amigo argentino Enrique Lagoa, experto en tango se había jubilado y llegó con su esposa al Ecuador, porque sus hijos vivían en Quito, le llamó para que le acompañe a hacer un programa de tangos de lunes a viernes, de una hora. El propietario de Eres 93.3 FM, Raúl Izurieta Mora Bowen, los recibió con mucha deferencia. La sintonía desde el inicio fue muy amplia, a pesar de la hora, porque en ese momento se presentan las noticias. En 2014 falleció Enrique Lagoa, siete años le ha tocado afrontar solo el programa. Los oyentes son gente adulta que gusta de “la canción ciudadana”, los argentinos le denominan así al tango y el vals. “Yo soy feliz dirigiendo el programa y seguimos…”.

Al experto en tango argentino lo conoció en el Uno café Tango. Ahí hubo grandes cantantes y excelentes bailarines. Enrique inició este programa porque quiso hacerle vivir al tango, por ello fue reconocido por la embajada de su país. Hay una placa en homenaje a él, en la Plaza Argentina, a Ernesto le tocó hacer el discurso de orden. Llegó una orquesta argentina era una mañana soleada, el evento duró dos horas.

Es aficionado a la Filatelia y la numismática, sus nietos continuarán su legado, asegura. Fue secretario general de la Sociedad Bolivariana del Ecuador, durante 22 años, una institución con más de 100 años, que promovió la construcción del monumento al Libertador Simón Bolívar, en La Alameda, en el centro de Quito. Cada tres meses tienen una velada-festival de música bolivariana con los socios. Lo hacen en el salón de los Héroes que está en el centro histórico.

Trabajó 36 años en La Caja del Seguro, fue taquígrafo, secretario regional, al final de su carrera profesional ocupó el cargo de secretario general, en esta institución pública se jubiló. A pesar de que no tenía mucho tiempo, por su trabajo en el IESS, pudo compaginar con la música y el arte. Fue parte de la Orquesta Típica de Quito y Los Bocheritos. Al jubilarse creó su propia Rondalla Mayor de la capital de la república, la dirigió Pablo Floril, quien también era inspector patronal en la institución pública, además, fue parte de muchos tríos. En muchas ocasiones le acompañaba el cantante y compositor riobambeño, Fausto Gortaire. La Rondalla estuvo vigente hasta antes de la pandemia, porque hubo bajas lamentables.

Es autor del libro “Tango Bienvenido a Quito. Hace poco salió la segunda edición, porque la primera, de 2006, se agotó. En este texto habla de los pioneros del tango en la ciudad desde 1930. Este género musical cayó en terreno fértil en la capital ecuatoriana, por el contenido de su la música y poesía. Uno de los pioneros y que cantaba profesionalmente, fue Oswaldo Guayasamín a quien le decían “El Trovador Quiteño”. Le pagaban cinco o 10 sucres en sus actuaciones. Un buen pago para la época.

Se presentaba en Radio Bolívar, donde tenía un programa regular y en sus presentaciones se peinaba con la raya en la mitad, como en un tiempo lo hacía Carlos Gardel, a quien le decían el “Zorzal Criollo”. El pintor quiteño, nacido en 1919, no dejó nunca una grabación profesional de aquellos años, pero la familia sí tiene unos temas grabados en su casa, indica Ernesto Moreno Bueno.

Oswaldo Guayasamín quien luego fue pintor, dibujante, escultor y muralista, cantaba tangos en el Teatro Sucre, en el intermedio de las obras, que presentaba el médico e historiador riobambeño, Ricardo Descalzi del Castillo, autor de dramas como Anfiteatro, Caminos Blancos, Clamor de Sombras, entre otros.

Otro de los cantantes que se inició con este género musical, fue el riobambeño, Fausto Gortaire. Era cantor de tangos en la orquesta del profesor Luis Aníbal Granja, llamada “Los Rioplatenses”. Este grupo tenía tres vocalistas: Luis Ernesto Valencia, Leopoldo Iturralde, este último creó el Trío Los Indianos.

El director del programa “A Puro Tango”, que se transmite por Radio Eres a las 19:00, destaca que, al señor del bolero que nació el 27 de enero de 1931, faltó recocerle a escala nacional su talento, porque fue un excelente cantante, músico y autor.  El paso al bolero del intérprete riobambeño se dio porque el tango en Quito no rendía económicamente, el bolero sí, por medio de los tríos y cantores, hombres y mujeres, era más de moda y se direccionó a este género musical. “Mucho se le debe a Fausto Gortaire, la presencia del bolero en Colombia, donde se lo nombra en un libro sobre la historia del bolero”.

Ernesto Moreno siempre regresa su mirada a su niñez y adolescencia. En su libro “Canto a San Roque, mi barrio en la alegría y la nostalgia”, plasma sus vivencias infantiles. En la primera parte se recogió algunas leyendas y memorias de la capital, especialmente de San Roque, que no son de su autoría, sino de otros personajes que escribieron sobre este importante sector de Quito: El barrio de las ventanas curiosas, La leyenda de la Cruz Verde, La calavera del barrio de San Roque, La Casa de los siete patios…

En la segunda parte, Ernesto en verso de ocho sílabas (octosílabos), da a conocer lugares y personajes que conoció en las décadas del 40, 50 y 60 del siglo anterior. Hay algunas poesías dedicadas al barrio, a los lugares y personas como Humberto Jácome Maldonado, el músico Sergio Mejía Aguirre, Luis Humberto Salgado, profesor del Conservatorio Nacional de Música; Las Albán que eran 14 “y muy guapas”, el Teatro Puerta del Sol, la Malta y las cervezas Victoria, La tienda del Quintana, don peñafiel, Luis Alejandro Verdugo, de los pianos. Así como los deportistas Alberto Estrella, gran basquetbolista; el joyero Flor y su maletín en la Mideros… En esa misma vereda, frente a lo que era la Comandancia de Policía, nadie se podía resistir la fragancia de la exquisita fritada, que se servía con la espumante cerveza “La campana”. Lo anecdótico era que la fritada de la Mideros estaba también al frente era la morgue.

El 19 de diciembre 2019, Día del Tango, la Unesco y la embajada argentina, reconocieron a Ernesto por su aporte al precautelar este género musical. Este premio se entregó, en la Circasiana, en la 10 de Agosto y Colón, a dos personas de la ciudad: Claudio Jácome Harb y Ernesto Moreno Bueno. Fue algo novedoso que estos premios, hayan entregado los propios argentinos, a dos personas de Ecuador.

Ernesto Moreno Bueno nació en Ibarra en 22 de agosto de 1938, tiene 85 años. Desde los cuatro años vive en la capital ecuatoriana, su papá era de Cotacachi, la capital musical del Ecuador, cuna de La Rumba Habana y sus descendientes, compró una casa en el tradicional barrio de San Roque, en la calle Imbabura, y Alianza frente al colegio San Andrés, por ello estudió en el pensionado Borja N. 1 y la secundaria en el San Gabriel, cuando estaba en el centro, en la calle Benalcázar, entre Espejo y Sucre. Salieron del barrio en 1961 y pasaron a vivir cerca de la Basílica del Voto Nacional.

Su familia, amigos y público en general valoran su talento musical, así como su conocimiento sobre el tango, sus intérpretes, autores y compositores. Ernesto Moreno Bueno asegura que Quito, el tango y la radio le han dado la felicidad más grande, porque pudo hacer algo por la capital. Está próximo a cumplir 86 años, pero parece de mucho menos…  sigue escribiendo, porque su memoria está intacta y grafica con claridad nombres, lugares y fechas por donde laboró e hizo amigos…

 

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Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

 

 

Iliana Cervantes Lima

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