Foto: Patricio Jarrín Hidalgo en la actualidad. Derecha superior, en 1983 con el equipo de Pitazo Final de Ecuavisa: Carlos Tapia, Omar Rivillas, Floresmilo Sánchez, Gustavo Jaramillo, Jesús Martínez, Milton Aldaz, Ramiro Gómez (+), Rodrigo López, Patricio Baquero (+), Patricio Jarrin Hidalgo, Patricio Yánez (+), Eduardo Jarrin Hidalgo (+) y Gonzalo Rodríguez. Derecha inferior, en junio de 2023 en la reunión de ex compañeros de Ecuavisa. Primera fila sentados: Francisco Mazón, Patricio Jarrín Hidalgo, Honorio Pozo, Guido Acevedo, Jaime Núñez, Eduardo Benítez. Segunda fila: Gustavo Jaramillo, María Salas, Bernardo Abad, Rosita Carranco, Silvana Carrillo, Janet Quirola, Mireya Saa, José Batallas, Héctor Moreano. Tercera fila: Franklin Jaramillo, Francisco Herrera Luna, Lenin Suárez y Yolanda Saavedra.
Ha trabajado en radio, televisión y marketing. Es una de las voces más queridas y respetadas del país. Posicionó un estilo propio tanto en el relato deportivo, como en la lectura de noticias, en este competitivo mundo de la comunicación. Patricio Jarrín Hidalgo nació en Quito el 9 de enero de 1944. Cuando estaba en la escuela Municipal Espejo, su papá Modesto Jarrín Barba, maestro de Literatura y Castellano, compró la radio La Voz de los Lagos de Otavalo y se trasladó con su familia a la provincia de Imbabura.
Trabajó en las radios Javier, Atahualpa, Ondas Azuayas, Gemas, Gran Colombia, Quito, Positiva y los canales 5 de Cuenca y 8 de Quito, hoy Ecuavisa. Fue propietario de Radio Positiva, esta emisora antes era Visión en AM de propiedad de Diego Oquendo Silva.
La primera narración la hizo en 1956 cuando tenía 15 años, en La Voz de Los Lagos en Otavalo. Su ingreso a la radio se dio un domingo, cuando su madre, le insistió que hay que leer un aviso urgente de una familia, los típicos de ese tiempo… “Hoy viajo a tal hora… espérenme en tal sitio…”. Este mensaje fue grabado y lo escuchó su padre, quien aseguró que ahí estaba la nueva voz de la radio.
Sus referentes son su hermano Raúl, su papá Modesto Jarrín Barba y el propietario de Radio Atahualpa, Gonzalo Maldonado Quijano, quien siempre confió en su trabajo.
Entre sus pasiones estaba ser militar o piloto, pero como no pudo optó por estudiar para policía de aduanas. Ahí tuvo un accidente. Un sargento instructor justo antes de que pique para dar el salto, le puso una zancadilla, se estrelló contra el muro y cayó a la fosa. Le trasladaron al hospital, tuvo lesiones en la columna vertebral.
Patricio también quiso ser arquero, el profesor Pedro Pareja, le dio la titularidad en el arco, cuando su colegio, el Nacional Otavalo, jugaba con el Manuel María Sánchez de Quito. Un jugador del equipo rival le dio un puntapié en el estómago y no reaccionaba. El director del hospital, Edmundo Moreno Jarrín, quien era pariente de su papá, le tomó algunas radiografías, los resultados dieron que tenía peritonitis y debían operarlo inmediatamente. Otra razón para volver al micrófono. “Mi destino estaba marcado”, repite con una sonrisa.
El Relator de la Verdad se graduó del colegio Nacional Otavalo y se trasladó a Quito. Su hermano Raúl, laboraba en radio Javier, Patricio se quedó en su lugar, porque Raúl pasó a Radio Atahualpa, de propiedad de Gonzalo Maldonado Quijano, quien también fue presidente de la Unión Nacional de Periodistas (UNP).
Su hermano también era relator de fútbol en Radio Nacional del Ecuador, un lunes no llegó al noticiero de las 06:00, y su padre le insistió que vaya a remplazarle. Patricio se presentó con Gonzalo Maldonado Quijano, quien dio el visto bueno, después de escucharlo le insistió “usted queda al frente del turno, usted es locutor de Radio Atahualpa”, así se convirtió en la voz de las noticias. El locutor y director de radioteatro, Gustavo Cevallos Velásquez, asegura que no ha escuchado a ningún locutor que lea las noticias como lo hacía Patricio Jarrín Hidalgo.
Su ingresó al relató deportivo se dio por casualidad en 1970, en una ocasión no llegaron los narradores, Gonzalo Maldonado Quijano cogió el micrófono y le dio el paso al joven locutor: “los siguientes minutos relata Patricio Jarrín Hidalgo”. Se enfrentaban Deportivo Quito y Aucas. Desde ese día, integró el personal de deportes, con Oswaldo Núñez Moreno y su hermano Raúl Jarrín Hidalgo. Se inició leyendo comerciales.
Cuando estuvo frente del noticiero HCMQ realizó contactos con amigos de otros países y le salió una posibilidad de viajar a los Estados Unidos. Salió con visa, todo legal, porque su hermana vivía en Norteamérica. Ingresó a la radio WRUL, donde tuvo el apoyo de Tito Arriagada, subdirector de la división Latina.
Patricio ya quería retornar al Ecuador, pero en esta cadena no querían que renuncie, les había gustado el estilo y la forma de locutar, por ello le dieron dos meses de permiso para viajar a Quito, pero no regresó, porque ingresó nuevamente a Radio Atahualpa, donde se sentía muy bien, además su trabajo era muy valorado.
En Radio Atahualpa estuvo 11 años, el propietario Gonzalo Maldonado Quijano, le decía “Chico Veleta”, esto porque según el registro del IESS tuvo cuatro salidas con retorno en la estación. Pero hubo un momento que tanto Gonzalo como Patricio sabían que ya era la última vez, porque los hermanos Jarrín tenían una emisora propia, Radio Gemas, una estación con una programación novedosa para el momento: novelas, aquí se estrenó en el Ecuador el programa Tres Patines, además se difundía los jingles cantados de la hora y la identificación de la estación.
Patricio era joven y quería conocer otros escenarios, por ello se fue a Cuenca a Ondas Azuayas, emisora de propiedad del Dr. José Cardoso, quien también era propietario de canal 5 de televisión, ahí condujo el noticiero con una locutora española, también hacía la parte deportiva. Los viernes era el presentador de un programa de artistas. Ahí conoció y sostuvo un romance con la cantante Nedda Huambachano, la voz y sentimiento del Perú.
En “La Atenas del Ecuador” estaba muy cómodo y era muy querido, pero un día estaba de visita en la ciudad una delegación de diario El Comercio, de propiedad de la familia Mantilla, quienes también eran dueños de Radio Quito y canal 8, Televisora Nacional, aún no era Ecuavisa. Recibió una propuesta de trabajo en la capital, por parte del gerente Leonardo Ponce, pero al llegar a “La Carita de Dios” conversó con Pepe Almeida y Fernando Fegan Pólit, quienes no sabían nada del tema y no se concretó.
En ese momento apareció Eduardo Cevallos Castañeda, propietario de Emisoras Gran Colombia, quien se enteró que él iba a retornar al austro. El radiodifusor le propuso que no viaje que se quede en su estación. Así lo hizo y se quedó en “La Voz Deportiva de la Capital”. El contrato se firmó por un año, pero a los tres meses hubo una transmisión de fútbol desde el Estadio Olímpico Atahualpa. En el escenario deportivo le esperaba Pepe Almeida, quien le dijo “hola, Patricio, quieres venir a Radio Quito, es por pedido de doña Guadalupe Mantilla”. Las oficinas estaban en la 10 de Agosto y Colón.
Una etapa importante fue su llegada a Radio Quito. En “La Voz de la Capital” estaban figuras destacadas del comentario y relato deportivo como Alfonso Lasso Bermeo y Blasco Moscoso Cuesta. Patricio fue director de deportes de la estación durante 20 años.
El locutor ya tenía experiencia en televisión, porque fue parte de canal 5 en Cuenca, además en canal 8 ya estuvo en el programa Telepullana, que significa tele jugando, donde estuvo con los conocidos periodistas deportivos: Luis Castro Espinosa y Edgar Villarruel Caviedes. En este espacio se presentaba a los futbolistas que tenían afición por la música, unos cantaban, otros tocaban la guitarra, era un espectáculo verlos. Por ello cuando ingresó a laborar en la cadena de televisión Ecuavisa no tuvo problema y fue uno de los periodistas que más tiempo estuvo en el canal. Según indica Pepe Granizo Cisneros, presidente de la Asociación de Deportistas Deportivos de Pichincha (APDP) compitió con el mismo don Alfonso Espinosa de los Monteros su permanencia, porque estuvo por un lapso de casi 35 años. Por su desempeño y trabajo fue director nacional de deportes del canal.
Patricio siempre quiso algo más en su vida, ya no se conformaba con solo tener su programa en Radio Quito. Un día hizo acercamientos con los ejecutivos de los almacenes Briz Sánchez, ahí conoció a su esposa Cecilia con quien inició un noviazgo el 16 de agosto de 1983.
Luego de ello Patricio decide independizarse y fundar su propio equipo de deportes, que lo denominó “Equipo Positivo”, que luego sería la base fundamental para inaugurar en octubre de 2002, Radio Positiva, una de las primeras emisoras deportivas del país. Era en los 860 AM, estuvo al frente 20 años.
A Patricio Jarrín Hidalgo le dicen el relator de la verdad, esta frase tiene su historia. Estaba en la ciudad de Guayaquil cuando transmitía un partido de fútbol, siempre escuchó los consejos de las personas que estuvieron presentes en su carrera periodística. En su relató casi nunca utilizó los diminutivos, gerundios, apodos y sobrenombres. Trató siempre, en lo posible, decir los nombres y apellidos de los jugadores.
El experimentado narrador quiteño relato seis campeonatos mundiales, muchas Copas América, Libertadores y Sudamericanas. Es el creador de una frase cuando marcó un gol Agustín Delgado, indica Pepe Granizo Cisneros, presidente de la APDP. “Seguimos la pelota por la punta izquierda, atención viene el centro con Agustín Delgado, le mete el tin Delgado un cabezazo impresionante goool, goool, goool, goool del tin tin tin tin, la campanita del gol Delgado…”
La actividad gremial tuvo espacio en la carrera del locutor quiteño, porque fue presidente de la Asociación de Periodistas Deportivos de Pichincha y miembro del directorio de la UNP. Concurrió a varios congresos de periodistas deportivos de América en Chile y Argentina. Actualmente escribe sus memorias en un libro autobiográfico que está dedicado a su familia y a los amigos. Ramiro Alarcón Flor le ha ido guiando en este caminar.
Muchos locutores, relatores y narradores recibieron las enseñanzas, consejos, así como las prácticas para salir adelante en este trajinar de los medios de comunicación. Hoy muchos de ellos son destacados periodistas deportivos en diferentes medios de comunicación, tal es el caso del comentarista de ESPN, Fabián Vizcaino Rugel.
La herencia que ha dejado en sus hijos también es fundamental, porque siguen su paso. Primero fue Patricio, su hijo mayor; luego Diego Andrés, un joven ingeniero en administración de empresas, quien es un brillante narrador deportivo; el tercero es Pablo Esteban, a quien se lo conocía como la voz más joven del relato ecuatoriano.
Hasta el momento la misión está cumplida, aunque asegura que faltan todavía muchas cosas por hacer. Eso se debe a que siempre le gustó hacer cosas nuevas. Patricio siempre fue inquieto, se preocupa de “alguna novelería en la radio… Su madre cuando era chico le decía que era andariego y mujeriego, parece que es así, indica con una sonrisa.
Patricio asegura que el tiempo que se le quita a la familia no se recupera jamás. “Se puede compensar, pero no se recupera jamás”, aunque siempre trató de cumplir con sus hijos. En una conversación, Patricio, su hijo mayor, le dijo “ahora me doy cuenta y me pregunto cómo hacías, si siempre nos tuviste contentos. ¿Cómo te dabas modos para cumplir con nosotros? Cuando tú tenías tantas cosas qué hacer en el trabajo”. Esas palabras hicieron que se dé cuenta que no todo lo hizo estuvo mal, indica.
Patricio Jarrín Hidalgo no ha tratado de ser ejemplo, porque cree que cada persona construye su camino de acuerdo con sus intereses, conveniencias, habilidades, expectativas y capacidades. Aunque añora los momentos felices, pero también los tristes, porque todo es un aprendizaje en la vida. “Se lleva el lema de la Madre Teresa: “Trata de que quien llegue a ti, se vaya más feliz de lo que llegó”.
Le encanta ver las fotografías de Otavalo y Quito, las de papel y en blanco y negro, porque se acuerda de su niñez y sus años juveniles. “Si volviera a nacer volvería a cometer los mismos errores, pero más temprano. Soy feliz porque la gente no se ha olvidado de mí y yo tampoco de ellos”, insiste.
Se siente orgulloso de su padre y sus hermanos, porque sabe que la familia Jarrín Hidalgo es parte fundamental de la historia de la radio ecuatoriana. Este camino se inició con Modesto y continuaron sus hijos Raúl, Patricio y Eduardo.
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Iliana Cervantes Lima
Voces de la Radio