Es productor y animador de radio y televisión. Asegura que es un hombre de campo, cuando era niño cabalgaba en su caballo llamado Rubio. Sus padres primero trabajaron la tierra y luego se convirtieron en comerciantes. Viajaron a Santiago de Chile cuando Alberto Salomón Cañas Leiva, “Cañitas”, tenía 10 años, quien terminó sus estudios en la Universidad de Chile. Quiso ser artista, admiraba a Mario Moreno Cantinflas, es de la época cuando las grandes producciones mexicanas llegaban a Chile y toda Latinoamérica.

Nació en Ovalle, cerca de Serena, en el norte de Chile, en 1938, su pueblo se caracterizaba por tener una tierra fértil donde se sembraba maíz, col, lechuga, cebolla. Le gustan los deportes como el sky, tenis y la natación, que hasta hoy lo practica en el Castillo de Amaguaña, al oriente de Quito.

Es conocido por haber presentado durante 20 años, desde 1973 hasta 1993, uno de los programas infantiles más recordados de la televisión nacional, Telejardín. Regresó al país después de 30 años, esto porque de los 11 hermanos, 10 fallecieron, es el último de” la cañada” y se quedó absolutamente solo, pero la vida le dio otra oportunidad con el amor.

Está felizmente casado con María Teresa Espinosa Valencia, que es de Cayambe, pero desde niña con su familia, hicieron su vida en la capital. A este cantón de la provincia de Pichincha solía ir con la “Caravana del buen humor” con la que recorrió todo el país, con los payasos y todos los personajes: Chapana, Mickey, Bobito encarnado por Jorge Crusat, Flautín, quien se casó con una ecuatoriana; El Oso Pipo, el gorila Rococo, el Mago Dandy, el Maestro Teclitas, entre otros, todos muertos, solo quedan el Indio Manuel y la Tía Ivonne. Del payaso Fosforito desconoce su paradero, le gustaría saber qué es de él, después de 30 años las cosas han cambiado radicalmente, indica. En esos viajes degustaban el dulce de leche y los biscochos que son lo típico de ese cantón de andino.

 

“Fuimos un equipo muy sólido, yo solo no hice el programa, sino todos, yo les inculcaba que el comportamiento frente a los niños debía ser integral, ninguno de ellos debía fumar, ni tomar, porque eran un ejemplo, para los pequeños de la casa”, que, de lunes a viernes en la tarde, siempre asistían o veían por Teleamazonas el programa Telejardín.

Nunca se imaginó que tendría la suerte de llegar al Ecuador en momentos políticos muy difíciles que se vivía en Chile, porque asesinaron a Salvador Allende e inició la dictadura de Augusto Pinochet. En esa época hubo una migración bastante numerosa de chilenos al Ecuador, después muchos regresaron a su país, pero Alberto se quedó 20 años y abrazó casi la nacionalidad ecuatoriana. En el país de la Estrella Solitaria se caracterizó por ser un hombre relacionado con la comunicación, especialmente la radio y televisión, luego fue productor y animador.

En Antofagasta laboró en radio La Portada en el programa “La Portada Usted tiene ingenio”, luego pasó a canal 3 de televisión de la Universidad del Norte, cuyo director era el ingeniero ecuatoriano, César Frixone Franco, quien también era profesor de la Universidad y formó el canal de televisión, donde había una cámara pequeña, cuya señal solo llegaba a unas cuatro cuadras. La esposa del empresario ecuatoriano era de esa ciudad chilena.

El empresario ibarreño le llamó para que haga unas pruebas en el canal. En este medio nació Telejardín. Luego se trasladó a Santiago a la empresa Zig Zag, eso se dio porque descubrieron el talento de Alberto, ahí formó el Club Disneylandia, que llegó a tener 250 mil socios, eran niños en el país. Ahí fue el director y creó un carné que decía “Cañitas”. Ahí nace el personaje.

En ese programa se hizo conocido como Cañitas, estuvo dos años. El Club despareció cuando cambió el régimen de Allende a la dictadura militar. Alberto Cañas se quedó sin trabajo, aunque nunca tuvo que ver con política, porque su único objetivo siempre ha sido educar y entretener, a través de la radio y la televisión.

Estaba por ir a Colombia al programa Gran Sábado conducido por el chileno Alejandro Michel Talento, quien le invitó para que sea productor, pero un vecino que era ecuatoriano y veía el programa Disneylandia, le insistió un día ¿por qué no va a Ecuador? allá no hay programas para niños. Alberto le hizo caso y le fue muy bien en la Mitad del Mundo.

Llegó a la Mitad del Mundo a inicios de la década de los 70 donde tuvo trabajo inmediatamente. Ingresó a radio Colón, de Jorge Aguilar Veintimilla, ahí conducía el programa “Entre Amigos”. La oportunidad de ingresar a la emisora se dio, porque lo conoció como maestro de ceremonias en la discoteca Licorn, que funcionaba en el hotel Colón Internacional, en el centro norte de Quito, en aquella época, era la primera discoteca que se abrió en la capital. Allí Alberto presentó al Grupo The Platters, cuyo tema Only You sonaba en todas las radios, no solo de “La Carita de Dios”, sino en todo el mundo. 

Los cantantes estadounidenses se iban a quedar solo tres días en “La Carita de Dios”, pero extendieron su estancia hasta los 10. El gerente de la discoteca era Hernán Álvarez Palacios, a quién, el comunicador chileno, le agradece porque le abrió las puertas en el país y pudo empezar como presentador, en Chile ya fue animador, por eso poseía facilidad de palabra y manejo escénico.

Jorge Aguilar lo invitó a Radio Colón, que estaba ubicada a inicios de la década de los 70 del siglo anterior, en la avenida Colón y 9 de Octubre.  Alberto necesitaba auspicios y el primero que tuvo estaba en la misma calle, el Helado Chino, en cuyo local estaba un helado inmenso colgado. Uno de los sabores más solicitados era el de coco, que estaba preparado con leche condensada Nestlé. El propietario era Alberto Chang. Ahí conoció a una joven de 18 años, que era contadora y que luego de 50 años es su esposa.

Esta emisora posteriormente la compró el empresario Antonio Granda Centeno, quien era el propietario de la constructora Granda Centeno, que realizó la vía Alóag-Santo Domingo. Al año de comprar la emisora, adquirió Teleamazonas que era de HCJB que significa (Hoy Cristo Jesús Bendice), era en blanco y negro. El empresario oriundo de Calceta, provincia de Manabí, lo transforma y lo convierte en el primer canal a color de sudamericana, era 1973.

Antonio Granda Centeno lo llevó a canal 4 e inició el programa Telejardín. En esos años ya se presentaba el noticiero 24 horas con Diego Oquendo Silva, eran los dos únicos programas que se emitían en el medio, al cual Alberto Cañas bautizó como el canal de la familia ecuatoriana.

Previamente en canal 6, ubicado en el Itchimbia, en el centro oriente de Quito, estuvo un tiempo corto, porque hubo problemas internos entre los empleados y los dueños y quebró. Luego de ello don Antonio Granda Centeno, le dio la oportunidad de tener su propio programa. En 1972 los únicos canales que había era el 6, Teletortuga; y HCJB (Hoy Cristo Jesús Bendice), eran en blanco y negro.

Telejadín se emitió primero los sábados, era un espacio de 15 minutos. Ahí le acompañaba “El Enanito Colorín”, que medía un metro 10 cm, a quien observó en la avenida Amazonas y lo invitó a ser parte del programa. Su compañero era una persona carismática, agradable y con buen léxico.

Luego empezó a trabajar con los payasitos chilenos Chapana, Mickey y Bobito e inició otra época con media hora. Pasó un tiempo y llegó Christian Jhonson, quien era presentador y actor venezolano, uno de sus papeles actorales los realizó en la telenovela “Una muchacha llamada Milagros”, protagonizada por Rebeca González y José Bardina; hizo el papel de médico. Ya en Ecuador inicia el programa Sábados Espectaculares.

Con ese cambio, ahora su programa se emitía de lunes a viernes, de 15:00 a 17:00, 10 horas semanales. La elegancia era su carta de presentación siempre con terno y un corbatín. Cuando se encuentra con los niños que veían Telejardín, en las décadas de los 70 y 80 del siglo anterior, quienes ahora son profesionales, siempre describen y resaltan su elegancia al vestir.

En esos años con La Caravana del Buen Humor conoció todo el Ecuador, desde el Carchi al Macará, porque de los cantones les llamaban para sus fiestas del Carnaval o aniversarios de fundación. “Siempre nosotros estábamos donde las papas queman”. En esos viajes Alberto pudo conocer los lugares más increíbles que tiene el país, así como su gente, donde el cariño era la carta de presentación.

Hasta ahora los niños de esa época recuerdan los temas que cantó Cañitas en su programa: “Telejardín, Telejardín, seremos muy felices en Telejardín. Telejardín, Telejardín, seremos muy felices en Telejardín… En la vida hay que reír, ser amistoso, dar siempre amor. En la vida hay que reír, ser amistosos, dar siempre amor. Y vamos a reír y vamos a cantar juntos como hermanos en Telejardín…”. O quien no recuerda “Somos los bulliciosos, si señor, nosotros hacemos bulla de lo mejor… Alberto Cañas Cañitas condujo alrededor de 2.500 programas.

En 1993 regresó a Santiago donde se dedicó a otras áreas que no tienen que ver con la comunicación, sino con la venta de repuestos automotrices de una marca en especial, Citroën. Le iba muy bien, era gerente del local donde atendía.

Se jubiló, pero sigue trabajando, porque sabe qué puede hacer más, porque, para él, dejar de trabajar es el límite que dice, hasta allí llegó la vida. Cree que hay que caminar hasta el último instante, porque mientras la cabeza piense y cree cosas nuevas hay que seguir. “Todos los programas que hice en televisión fueron creatividad pura”, insiste.

En la pandemia volvió a conversar con su amiga del Helado Chino, María Teresa Espinosa Valencia, surgió el amor y regresó al Ecuador a mediados del 2022. Quiso hacer televisión, pero ahora prefiere la radio por la cercanía a los oyentes. Sintió mucha tristeza al ver que ya no había el edificio de Teleamazonas, que fue construido por Antonio Granda Centeno, para ser específicamente un canal de televisión, pero, asegura que los cambios también hay que aceptarlos.

Siente mucha gratitud hacia el Ecuador, la familia Espinosa Valencia y a su esposa, porque lo acogieron. “La familia de mi esposa antes eran 10 y ahora quedan solo siete y una de esas personas me robó mi corazón, se llama María Teresa Espinosa Valencia”, indica.  A Alberto se le puede encontrar en Mundo de Maravillas, un local comercial ubicado en las calles García Moreno y Mejía, en el centro de Quito. “Me vine porque éramos 11 hermanos y todos fallecieron, me quedé solo yo”. Insiste que ahora vive el presente, aunque hay algunas cosas del pasado que no se debe olvidar, pero sin son positivas.

Hoy labora en FB Radio 105.7 FM, su programa se llama “Cañitas por siempre”. Se emite los lunes, miércoles y viernes a las 17:00 a 18:00. Alberto Cañas “Cañitas” anhela que haya en el Ecuador un programa para niños. Reitera que él ya no lo puede hacerlo, pero es necesario entretener y educar a los pequeños de la casa.

Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

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