Foto: Izquierda: Las Hermanitas Lima, Esperanza y Rebeca en 1958. Derecha, cuando ocuparon el segundo lugar en el festival del Pasillo, organizado por Radio Tarqui en Quito.

A mediados de la década de los 50 del siglo anterior, Rebeca y Esperanza Lima Vizcaino, formaron parte del Dúo de las Hermanitas Lima. Fueron hijas de Benjamín Lima y Carlota Vizcaíno, muy niñas se quedaron al cuidado de su padre, porque su madre falleció cuando Esperanza tenía dos años y Rebeca 11.

Con su hermana Blanca vivieron en su casa ubicada en la calle 10 de Agosto y Maldonado, esquina, en el centro de Tulcán. Rebeca nació el 13 de abril de 1927 y falleció en el 2009. Esperanza nació el 15 de agosto de 1936 y falleció el 15 de septiembre de 2023, a los 87 años.

La menor de las hermanas cuando interpretaba Tulcán de mis ensueños decía “ojalá esta tierra me recuerde con esta linda canción”, indica su hijo Joselo Sierra. Este tema es hoy un himno en la capital del Carchi. El disco tuvo un lugar especial en ellas, es un pasacalle de Luis Eduardo Cobos. Otro de los preferidos era “cuando yo muera”, que siempre era solicitado en las fiestas y eventos familiares. Esperanza lo interpretaba con el corazón.

Su inicio artístico se dio porque a las dos jóvenes les gustaba cantar. Fausto Lima, hijo de Rebeca, destaca que Esperanza con apenas cuatro años se subía en un taburete y ponía su mano como micrófono y empezaba a entonar temas de la música nacional. El auditorio, que muchas veces eran sus hermanas y su papá, se sorprendía al ver su manejo escénico y de voz.

A las dos hermanas les gustaba la música de Los Panchos y Carlota Jaramillo. Un día les escucharon los propietarios de radio Ondas Carchenses: Horacio Herrera y Jesús Osejo, quienes les motivaron a que actúen profesionalmente, por ello las invitaban seguido a la estación para que interpreten sus canciones.

Ahí estaba un jovencito, Fausto Almeida Cárdenas, quien a través de los micrófonos repetía: “las Hermanitas Lima son parte de la historia musical de Tulcán”. En esa época la radio no era de propiedad del radiodifusor carchense, que luego de unos años compró la estación, el apoyo a Rebeca y Esperanza continuó y fue incondicional. Las hermanas se presentaban en los teatros Lemarie, Riofrio y Bolívar; también en el salón de sesiones de la Sociedad Obrera.

Eso hizo que participen en la capital de la República en el Festival del Pasillo Ecuatoriano, con las Hermanas Mendoza Suasti y Mendoza Sangurima. Al finalizar su interpretación, las anunciaban como las artistas carchenses “que tuvieron una lúcida presentación y son gloria para su tierra natal”. Obtuvieron el segundo premio, les entregaron “una artística copa de plata”, así publicaba diario El Comercio en 1958.

El primer lugar fue para el Trío Los Indianos. En su discurso de agradecimiento, las cantantes no se olvidaron de su emisora amiga, la Ondas Carchenses, cuyos propietarios les dieron un pequeño apoyo económico, para presentarse en Quito. Viajaron en un bus de la desaparecida cooperativa Jalisco, luego se creó la actual Pullman Carchi. El viaje duró de 16 a 18 horas, cuenta Vicente Almeida Hurtado, quien escuchaba atento estas historias que eran contaban por sus padres Fausto Almeida Cárdenas y Emilia Victoria Hurtado Ramírez.

Luego de ello se trasladaron a Manta para participar en la Feria del Pacífico que se llevó a cabo del 22 al 25 de octubre de 1958. La aspiración era difundir la música nacional fuera del Ecuador, pero no se pudo porque Esperanza se casó con Edmundo Sierra, quien falleció hace cuatro años, a los 92 años. Tuvieron 10 hijos: Rocío, Amílcar, Joselo, Nancy, Fernando, Mónica, Leonel, Gabriela, Leonardo y Alexandra. Rebeca fue madre de Byron, Liliana fallecida, Fausto, Carmita, Mónica, Lorena y Nidia. Estuvo casada con Washington Guerrón

A pesar de lo corta de su carrera, fue muy fructífera, porque trabajaron en la Compañía de Ernesto Albán. Se caracterizaron por interpretar temas inéditos que se convirtieron en éxitos como: carnavalito, escondidito, lágrimas y recuerdos, mitad del corazón, pétalos blancos, madrigal y tulcaneñita.

Fausto Lima recuerda que una madrugada, a las 05:00, llegó don Fausto Almeida a la casa de su abuelo, Benjamín, en sus manos tenía los primeros discos de la grabación que realizaron en Quito, pero lo sorprendente era que esos discos no los había conseguido en el Ecuador, sino en Medellín–Colombia, eran de corta duración de 45 revoluciones por minuto.

En Quito recibieron el apoyo de don Trajano Recalde Cruz, del sello Rondador. Hubo compositores y músicos de la talla de Enrique Espín Yépez, Luis Alberto “Potolo” Valencia, Huberto Santacruz, y Bolívar “Pollito” Ortiz, quienes fueron parte del acompañamiento musical.

Uno de los temas más difíciles que grabaron Rebeca y Esperanza fue “Lágrimas y Recuerdos”, parece que las Hermanitas Lima tuvieron complicaciones, mientras cantaban con el acompañamiento de las recién creadas guitarras eléctricas.

Las Hermanitas Lima Vizcaíno se convirtieron, por su legado musical, en parte importante del pentágrama del Ecuador. Sus voces son escuchadas con admiración, no solo en la provincia del Carchi, sino en todo el Ecuador. Hay coleccionistas que atesoran sus temas, como lo más valioso que ha dado la música nacional, tal es el caso del señor Jorge Quichimbo, de Sígzig, en la provincia del Azuay, que tiene dos LPs y varios sencillos que los guarda con mucho cariño. Las Hermanitas Lima se agrandaban en el escenario, eran muy atractivas y carismáticas, por ello conquistaban al público que las escuchaba, reitera.

Desde hace 50 años, el músico lojano, Ángel Córdova, colecciona discos de música nacional, indica que hace unos 17 años le visitó en su domicilio, en Quito, Atala Cevallos, hija del compositor carchense Cornelio Cevallos, porque quería escuchar el tema pétalos blancos, que su padre le había escrito a ella en su primera comunión. Esta canción fue interpretada en plena eucaristía, en la iglesia de Tulcán, por las hermanas Lima Vizcaíno.

Quizá Esperanza no se equivocó, porque la gente, claro que recordará a las Hermanitas Lima, como las grandes intérpretes de la canción que identifica a la capital de la provincia del Carchi, “Tulcán de mis ensueños”, porque fue la tierra que amaron y siempre extrañaron.

Horacio Herrera, Jesús Osejo y Fausto Almeida

Horacio Herrera y Jesús Osejo eran los propietarios de Ondas Carchenses. Fausto Almeida Cárdenas era locutor de la emisora, a la gente le gustaba su estilo de hablar, porque era muy familiar, además se sabía los nombres de las personas del cantón, de la aún pequeña ciudad de Tulcán, y por el micrófono los saludaba.

A fines de la década de los 50 del siglo anterior salió de la estación porque aceptó un trabajo en el sector público, pasaron unos dos años, y su amor por la radio pudo más. Esta vez regresó, pero para ser el propietario de “La Voz de la simpatía popular”, era 1962.

Desde los micrófonos de la estación presentaba a los artistas nacionales que estaban de moda, muchos de ellos visitaban los estudios como Julio Jaramillo y el propio Olimpo Cárdenas que fortaleció su trayectoria artística en Colombia.

Presentaba los temas de doña Carlota Jaramillo, Los Indianos, Los Latinos del Ande, Los cuatro Brillantes, Los Lemarie, pero cuando lo hacía con las Hermanitas Lima Vizcaino, siempre destacaba su lugar de origen y el triunfo que tuvieron en la capital ecuatoriana, al participar en el Festival del pasillo en 1958.

“A continuación, las Hermanitas Lima, de Tulcán, para todo el Ecuador, con la tonada “Carnavalito de mis amores”, una composición de Trajano Recalde Cruz”. Inmediatamente el disco sonaba. En las fiestas de la ciudad era muy solicitado el pasacalle “Tulcán de mis ensueños” de Luis Eduardo Cobos. Actualmente se ha difundido este tema, con sonido acústico y estilizado, pero la esencia es la misma. Otra interpretación popular fue el sanjuanito Tulcaneñita del autor Manuel Macías. Fausto Almeida Cárdenas y su radio fueron fundamentales en la difusión de sus discos.

Los locutores nacidos en Mira, provincia del Carchi, Ricardo Ruiz Mena, quien laboró en la Radio Municipal de Ibarra; y Juan Montalvo Jurado, actual propietario de Sky de San Gabriel, destacan la calidad interpretativa de Rebeca y Esperanza, “porque son el orgullo del Carchi, cuyo talento artístico se difundió en todo el Ecuador”.

El hijo de Rebeca, Fausto Lima, señala que Fausto Almeida conocía a su madre y tía, porque la radio estaba ubicada, cerca de donde vivían Rebeca y Esperanza, por ello pudo ver de cerca el trabajo y calidad artística de las Hermanitas Lima. Sus voces, primero se escucharon en Ondas Carchenses, luego en Radio Rumichaca, Ecos de Montúfar, y otras estaciones de la zona. En Quito, sus discos eran muy valorados en HCJB, recuerda el querido relator deportivo de Emisoras Gran Colombia y Caravana, Edgar Villarruel Caviedes, quien cuando era niño escuchaba sus canciones.

El festival del Pasillo Ecuatoriano en 1958

Las Hermanitas Lima ya eran conocidas en Tulcán y en toda la provincia del Carchi, cuando en 1958, participaron en un concurso organizado por Radio Tarqui, cuyo propietario era el profesor Gustavo Herdoiza León. Se trataba del Festival del Pasillo Ecuatoriano. Fausto Lima tenía 8 años, recuerda claramente lo que sucedió, porque le dejaron al cuidado de su tía Blanca, porque su abuelo Benjamín, viajó por primera vez a Quito, acompañando a sus hijas en el bus de la cooperativa Tijuana, fue un traslado muy duro, las vías no eran buenas y se demoraron de 16 o 18 horas, comenta el propietario de Radio Tulcán FM, Vicente Almeida.

Rebeca y Esperanza a nivel nacional eran totalmente desconocidas en ese momento. Fueron dos días de concurso y las Hermanitas Lima causaron gran expectativa, porque hubo un empate con las hermanas Mendoza Sangurima de Guayaquil. El primer lugar fue para el Trío Los Indianos, que tenían una trayectoria impecable en el canto. 

Como hubo ese empate la presentación se repitió la noche siguiente. Ese día el auditorio se llenó de carchenses, lo que fue muy emotivo para ellas, por el apoyo recibido. “Volvieron a cantar la misma canción del día anterior, porque no habían preparado más”. Esa canción se titulaba al oído, cuyo compositor es Carlos Guerra.

“Volvamos, pues amarnos, toda vez que lo esperas, con el mismo cariño, con la ternura de antes y verás que seremos, otra vez los amantes. Y verás que tendremos otra vez primavera…” Los asistentes apoyaron con un aplauso sonoro a las Hermanitas Lima, quienes lograron el segundo lugar. En el coliseo les pedían otra, otra, otra… e interpretaron Pétalos Blancos del compositor carchense, Cornelio Cevallos.

Tanto Rebeca como Esperanza contaban como anécdota que “las Hermanas Mendoza Sangurima se enojaron por esta decisión y les decían el relajo del Carchi”. El hijo de Rebeca indica que no era así, “porque hasta en físico mi mamá y mi tía eran muy simpáticas, las dos tenían una voz potente y poderosa”.

El trofeo ahora en manos de sus hijos, lo conservan como muestra de una etapa hermosa de la música carchense. El trofeo entregado por el profesor Gustavo Herdoíza León decía: Festival Nacional del Pasillo, segundo premio, Hnas Lima, Radio Tarqui, Quito 1958.

Enrique Espín Yépez, el Potolo Valencia y Bolívar “Pollito” Ortiz

Fausto, como niño, esperaba que retorne su mamá a Tulcán, pero no fue así, porque se quedaron más tiempo. Al Festival del Pasillo en 1958, a la capital ecuatoriana, asistieron personalidades del mundo de la música, uno de ellos fue el compositor y músico quiteño Enrique Espín Yépez, quien luego se radicó en México, donde cosechó muchos triunfos. El director musical vio que Rebeca y Esperanza tenían unas voces frescas y bonitas y les propuso grabar varios discos, por ello se quedaron varias semanas en la ciudad.

En ese proceso tuvieron muchos contactos con los artistas, intérpretes y músicos de la época. En la guitarra las acompañaba nada más ni nada menos que Luis Alberto “Potolo” Valencia, y Bolívar “Pollito” Ortiz, además Huberto Santacruz, uno de los pianistas más destacados que ha tenido el Ecuador.

Entraron a este mundo musical y se contactaron con la compañía de artistas ecuatorianos dirigido por Ernesto Albán Mosquera, el famoso Evaristo Corral y Chancleta. Ahí tuvieron la propuesta para irse a México, pero regresaron a Tulcán y todo cambio.

En el retorno Esperanza recibe la propuesta de matrimonio de su novio de toda la vida, Edmundo Sierra.  Se casaron y el dúo se disolvió. Eso hizo que no continúen grabando ni acepten contratos, pero mientras estuvieron vigentes tuvieron mucha acogida y apoyo tanto de los medios de comunicación, músicos y público en general.

Pétalos Blancos del maestro Cornelio Cevallos

Uno de los temas que más le gusta a Fausto Lima es “Pétalos Blancos”, escrito por el compositor carchense, Cornelio Cevallos “Hermosa primavera azul que alegra tu vivir feliz…”

Rebeca le contaba a Fabiola Paz, quien laboró desde 1975 hasta 1986 en Fadisa, que, con Cornelio Cevallos, eran amigos desde muy jóvenes en Tulcán. “Doña Rebequita me dijo que había ganado el concurso ese con la canción de su amigo Cornelio Cevallos que también era paisano”.

A modo de broma Rebeca le reclamaba a Esperanza y le decía por tu culpa no seguimos una linda carrera porque te casaste. Luego de eso, Fabiola, perdió la comunicación y ya no pudo contactarles más. “Si había una cámara les tomaba esas fotos lindas que tenía con Ernesto Albán, Los Indianos y con un montón de artistas de esa época, repite.

Lágrimas y Recuerdos, la guitarra eléctrica y cuando yo muera

Uno de los temas más difíciles que grabaron las Hermanitas Lima fue “Lágrimas y Recuerdos”. Rebeca les contaba a sus hijos que en ese tiempo se inició el boom de la guitarra eléctrica y le incluyeron a este instrumento en el acompañamiento musical, pero parece que las Hermanitas Lima tuvieron complicaciones, mientras cantaban.

Por esta dificultad, la grabación se demoró una noche hasta que salga bien editado. Esa anécdota era contada en todas las reuniones familiares, por lo duro que fue la adaptación a los nuevos instrumentos musicales.

Rebeca pudo superar la ausencia de los escenarios, aceptó esta nueva realidad y cantaba en la casa con su nuera Gloria, a quien le invitaba a interpretar y hacían un dúo. Gloria indica que las dos compaginaban con las canciones, “pero siempre me enseñaba, me corregía y me ayudaba”. Le gustaba cantar con ella. “Haber repita, era buena como maestra”, cuenta.

Esperanza siempre tuvo nostalgia por el canto y los escenarios, pero un poco pudo palear este alejamiento, con las presentaciones que realizaba en cada evento familiar. Sus hijos también tienen el talento de la voz y lo hacen con mucha elegancia. De parte de Rebeca únicamente su hija Liliana, que falleció hace unos años, heredó esa afición. Cuando trabajaba en la Empresa Metropolitana de Obras Públicas del Municipio de Quito, como abogada, sus compañeros le pedían que cante en el recorrido. Los dos hermanos Fausto y Liliana también interpretaban algunas canciones, se acoplaban bien.

Fausto indica que cuando su tía Esperanza lo visitaba en la Mitad del Mundo pasaban toda la tarde escuchando música y cantando. Ella tenía una canción particular que la cantaba tan bien, tan parecido a Carlota Jaramillo, “cuando yo muera”. Era muy bonito escucharla…

Otro tema que lo cantaba con sentimiento era “esta pena mía no tiene importancia, no es más que la sombra de una melodía, el íntimo ensueño, de alguna fragancia y todo se muere que la vida es triste, que no vendrás nunca, por más que te espere”. Este tema era para Esperanza un himno, lo interpretó cuando le festejaron los 80 años en la casa de su sobrina hermana Blanca y Myriam González en la Mitad del Mundo.

“En cada reunión social le hacían cantar esta pena mía”, indica Fausto. Luego se incluía en la charla su esposo, ya fallecido, Edmundo Sierra, quien también cantaba bonito.

Un día Fausto y su familia se trasladaron al museo de Carlota Jaramillo en Calacalí, una de las 33 parroquias rurales de Quito, muchas personas que estaban ahí pensaban que la canción “cuando yo muera” era interpretada por las Hermanas Mendoza Suasti, Fausto les dijo no, esa canción es interpretada por las Hermanas Lima y es inédita.

Fabiola Paz recuerda que Don Trajano Recalde, de Fadisa, le comentó que el pasillo cuando yo muera fue el éxito de ellas, pero también hay temas muy populares grabados con el músico Polibio Mayorga, con el sello Fénix en Guayaquil.

Don Fausto Almeida Cárdenas llegó con el disco

Fausto Lima recuerda que una madrugada, a las 05:00, llegó don Fausto Almeida a la casa de su abuelo, Benjamín, en sus manos tenía los primeros discos de la grabación que realizaron en Quito, pero lo sorprendente era que esos discos no los había conseguido en el Ecuador, sino en Medellín–Colombia, eran de corta duración de 45 revoluciones por minuto.

Eso hizo que, en todo programa, en todo evento, tanto del Consejo Provincial del Carchi, gobernación, alcaldía y otros, las invitaban a cantar, porque el político conservador, Julio Robles, un pariente cercano de ellas, ocupaba esos puestos de elección popular en la provincia. “Siempre las invitaban, pero, como es la vida de los artistas, casi nunca les pagaban”, repite el hijo de Rebeca.

Ernesto Albán Mosquera y HCJB

A pesar de que el paso por la música de las hermanitas Lima no fue extenso, dejaron huella por su trabajo, en un programa de la OEA, que fue transmitido por HCJB, La voz de Los Andes, incluyeron dos temas de las Hermanitas Lima como los mejores discos de la música del Ecuador, indica su hijo.

Este criterio es corroborado por el reconocido locutor deportivo y presentador de Emisoras Gran Colombia, Edgar Villarruel Caviedes, quien cuando era niño escuchaba la música de Rebeca y Esperanza en HCJB. 

Rebeca la primera voz y Esperanza la segunda voz

Rebeca era la hermana mayor, estudió en el colegio Tulcán, en este establecimiento las estudiantes tenían la posibilidad de escoger el idioma que ellas preferían, por ello recibía francés, se sabía a la agüita el himno del país galo y siempre lo cantaba. La radio no le fue lejana porque hizo sus primeros pininos en Radio Rumichaca, decía son las 11:00, pero como antes los relojes eran con números romanos, se adelantaba a leer, para no equivocarse.

Era Velasquista y cuando llegaba el cinco veces presidente del Ecuador a Tulcán, las Hermanitas Lima intervenían como intermedio musical, para entretener a los asistentes a los mítines políticos. Cuando estuvo en la gobernación del Carchi, Moisés Fierro, fue auxiliar de secretaría. Rebeca era la primera voz.

Esperanza era la menor, cuando falleció su mamá tenía solo dos años y medio. Carlota Vizcaíno era muy trabajadora quería la mejor educación para sus tres hijas: Rebeca, Blanca y Esperanza. Les compraba lindos vestidos para los programas y eventos que las invitaban.

Siempre solía decir “no supe lo que es tener el calor de una madre, distinta sería nuestra vida si mi madre no hubiera muerto”. A pesar de que ella y Rebeca no estudiaron música, tuvieron el talento innato de interpretar temas que dejaron huella en la música nacional. Su hija Nancy cuenta que admiraba mucho a Carlota Jaramillo, la voz de Esperanza era muy similar a la intérprete quiteña, nacida en Calacalí. Le gustaba escuchar boleros y a los cantantes de música nacional. Esperanza era la segunda voz, tenía voz de solista, insiste su sobrino Fausto.

Todas las tardes escuchaba Radio María, era muy entregada a la fe, al igual que su hermana, Blanca. Se dedicó de lleno a su familia y a ser mamá, pero cuando hubo reuniones familiares siempre era la invitada de honor, para interpretar los temas que les dejaron en la memoria de los tulcaneños y carchenses. Sus restos fueron enterrados en el cementerio Monteolivo de Quito, junto a los de su esposo, Edmundo Sierra.

Colección Especial Rondador “Reliquias Musicales del Ecuador”

Recopilar las canciones de las Hermanitas Lima fue el sueño de Fausto, quien ahora conserva como reliquia las interpretaciones de su mamá y su tía. Un día con esposa Gloria salieron a comprar CDs en los centros comerciales, de pronto observa uno que dice “Reliquias Musicales del Ecuador”. En ese momento abre la tapa y lee un texto que dice “verdaderas reliquias constituyen las grabaciones de discos Rondador, de Trajano Recalde, que se incluyen en este CD, con grandes artistas de música tradicional ecuatoriana y con obras de los mejores autores de nuestro folklor musical”.

“Versiones originales de canciones como cuando yo muera, como si fuera un niño, Rosas, Amarguras, Soy del Carchi, Balcón Quiteño, Endechas, Rosario de Besos, Amar en silencio, entre otras. En las voces de los artistas originales como Olimpo Cárdenas, El Dúo Miño Erazo, Las Hermanitas Lima Vizcaino, Mélida Jaramillo, Las Hermanas Salinas, El Trío Los Indianos, Lida Uquillas y Beatriz Valencia, Azucena Durán con el Potolo Luis Alberto Valencia, Rafael Jérvis, El Dúo Aguayo Guayamabe, El Trío Los Embajadores, hacen de este CD una joya musical, como parte de la colección Especial Rondador. Capítulo especial merece Don Trajano Recalde Cruz, quien con su gusto extraordinario para la música ecuatoriana grabó estos temas que nunca se olvidarán en el folklor musical tradicional del Ecuador”, indica Fausto, quien insiste que este disco es muy relevante, no solamente para sus hijos y familia, sino para la provincia del Carchi y todo el Ecuador. Aunque no fue una carrera larga, si fue muy productiva, porque sus discos todavía se conservan y cantan.

Fabiola Paz y Trajano Recalde Cruz

Fabiola Paz es una mujer que conoce mucho sobre música, autores, compositores e intérpretes, aunque nació en Otavalo, el barrio La Tola de Quito, es su pasión, siempre da a conocer los nombres de los músicos que vivieron en este tradicional barrio capitalino.

Don Trajano Recalde Cruz era su jefe, dueño y gerente general de la fábrica de discos Fadisa. Fabiola recién graduada del colegio ingresó a trabajar en 1975, primero como vendedora al por mayor, luego asistente de secretaria, hasta que llegó a ser asistente de gerencia General y Ejecutiva. Estuvo hasta que se cerró la fábrica el 26 de mayo de 1986. Cuenta que Trajano Recalde Cruz recordaba que cuando grabaron el disco de las Hermanitas Lima, él fue uno de sus impulsores y una de las personas que más confió en su talento artístico, así como el maestro Espín Yépez y los grandes guitarristas de la época como el Pollito Ortiz.

El gerente de Fadisa, luego de la presentación exitosa que tuvieron en el Festival del pasillo en 1958, cuando las hermanas tenían que grabar en la capital ecuatoriana “les pagaba los boletos el avión y con permiso, con carta anticipada al papá, porque antes era bien difícil salir de la casa sin permiso, indica Fabiola Paz. Eso permite conocer cuánto confiaba don Trajano Recalde Cruz Trajano en las jóvenes de la provincia del Carchi. Él apreciaba y valoraba el talento artístico de las dos cantantes”, recuerda Fabiola.

Siempre enamorada de la música, Fabiola, un día visitó a Rebeca, en el norte de Quito, y le obsequió un disco masterizado por su esposo, el reconocido sonidista, José Luis Bolaños, con los temas que habían grabado en Sello Rondador de don Trajano. “Su hijo me espero por el norte y me llevó a la casa, donde tenía unas lindas fotos con don Ernesto Albán Mosquera.

Rapsodia Ecuatoriana, Las Hermanitas Lima y los temas inéditos

Fausto cuenta que un CD denominado “Rapsodia Ecuatoriana, Las Hermanitas Lima y sus invitados” también tiene su historia, porque un día le llama una señora al teléfono. “Creo que buscó en la guía y encontró mi nombre, porque buscaba a las Hermanitas Lima, las cantantes”. Fausto le contesta que es hijo de Rebeca.

La señora le comentó que trabajaba en una radio, por ello está rescatando la música de las Hermanitas Lima. “Quisiera que, por favor, me ayude para entrevistarles”. En ese momento Rebeca ya murió y solo conversó con Esperanza.

Le realizó le entrevista, luego de eso editó el CD con todas las canciones que pudo recuperar: Carnavalito de mis amores (tonada) de Trajano Recalde Cruz, Escondidito (tonada), Cuando yo muera (pasillo) Víctor M. Valencia Nieto, Lágrimas y Recuerdos (pasillo) Miguel Ángel Rojas,  Mitad del corazón (albazo)Luis Alberto Sampedro,  Pétalos Blancos (pasillo) Cornelio Cevallos, Tulcán de mis ensueños (pasacalle) Luis Eduardo Cobos, Madrigal (bambuco) arreglos Rubén Uquillas Fernández, Tulcaneñita (sanjuanito) Manuel Mesías.

Esperanza estaba muy emocionada por la visita, porque sus hijos le acompañaron. Fue una entrevista muy emotiva. “Mi tía se elevaba espiritualmente al cantar sus canciones, porque vibraba con la música desde niña, también tenía algunos dotes de expresión artística, sobre todo practicaba el flamenco”.

Todos los temas interpretados por las Hermanitas Lima son inéditos, es decir se iniciaron con sus voces en el mercado. “Cuando es inédita y adquieren la fama que alcanzaron, eso le hace al artista, porque muchos intérpretes cantan temas de grandes artistas, pero no logran grabar música nueva como lo hicieron ellas”, enfatiza Fausto.

Las Hermanitas Lima hicieron un tiraje de siete discos, es decir, 14 grabaciones. Fausto ha logrado recopilar unos 12 temas, le falta recuperar unos dos. Comenta que hay muchos programas de música nacional que son reiterativos, ponen los mismos temas, cuando en realidad hay muchas canciones valiosas, que son inéditas, porque en cada una de las provincias y ciudades tienen personajes con mucho talento artístico.

El coleccionista Ángel Córdova y Atala Cevallos, hija de Cornelio Cevallos

Desde hace 50 años, el músico lojano, Ángel Córdova, colecciona discos de música nacional. Tiene aproximadamente 600 mil canciones, muchas de ellas, rescatadas en todo el país. Indica que hace unos 17 años le visitó en su domicilio, en Quito, la doctora Carlota de Salazar, con la señora Atala Cevallos, hija del compositor, Cornelio Cevallos. Las dos vivían por el complejo Santa María, en Sangolquí, en la provincia de Pichincha.

Indica que quizá alguien les comentó, que él coleccionaba música nacional, por ello le pidieron la grabación de la canción “Pétalos blancos”, que el señor Cornelio le había compuesto para su hija en su primera comunión, y que, en el momento de recibir la eucaristía, fue interpretada en la iglesia de la capital del Carchi, por las hermanas Lima Vizcaíno. Este disco lo había buscado en Tulcán, Ibarra y Quito, pero no lo encontró.

Atala contó que este bello pasillo no lo volvió a escuchar, desde esa oportunidad. Ángel buscó el disco de 45 revoluciones, las dos visitantes estaban muy tranquilas conversando, pero cuando puso la canción en su equipo de sonido, la alegría de la hija fue tanta que casi le da un infarto. “Fue un impacto tan grande que saltó y dijo vea mi canción, esa es la canción que hizo mi padre, para mí, en mi primera comunión”.

Pétalos blancos la puso, indica Ángel, por las azucenas que antes se utilizaba en las primeras comuniones. Cuando Atala entraba a la iglesia con las demás compañeritas, se sorprendió porque en la parte alta de la iglesia, esta hermosa melodía era interpretada por las hermanas Lima. Ese fue el primero y más grande impacto que tuvo en su vida. “Mi papacito hizo muchas canciones, pero esta es mi preferida”, repetía.

Ángel Córdova es el fanático número uno de las Hermanitas Lima Vizcaino, porque sus voces son únicas. Ellas salieron cuando tenían que batirse en medio de verdaderos astros de del pentagrama nacional, como doña Carlotita Jaramillo, el dúo Benítez y Valencia, Las hermanitas Mendoza Suasti, Salinas y López Ron, así como el dúo Aguirre Prado y muchos artistas más. Voces claras y nítidas que seguirán resonando con toda su dulzura en el sentimiento nacional. Las hermanitas Lima, son las reinas indestronables, del cantar norteño, voces privilegiadas, que descollaron su estilo romántico y festivo”.

Jorge Quichimbo, colecciona los discos de las hermanitas Lima

Jorge Quichimbo es un coleccionista de discos de música ecuatoriana, sobre todo de dúos femeninos. Es docente, tiene 34 años, vive en Sígzig, provincia del Azuay. Empezó a los 15 años a coleccionar la música ecuatoriana de las décadas de los 50 y 60 del siglo anterior.

Posee unos 6 mil discos de vinilo y unos 4 mil de discos de 45. “Yo los conservo como una verdadera joya, porque las letras de las canciones antiguas tienen su propia historia.

En producciones Zapata, de Lola Zapata, luego de buscar logró encontrar a muchos intérpretes. Ahí llegó a sus manos el tema “cuando yo muera”. Le llamó mucho la atención por las voces que tenían tanto Rebeca como Esperanza. “Son únicas y especiales porque no se puede encontrar actualmente ni comparar, ni superarlas”

Por esta afición ha viajado a muchas partes del Ecuador, ahí logró recuperar Tulcaneñita, Tulcán de mis ensueños, lágrimas y recuerdos con una edición que trajo desde el Perú. Siguió buscando y apareció carnavalito de mis ensueños, madrigal, pétalos blancos, que es uno de sus favoritos, luego mitad del corazón, madrecita buena. Son dos LPs en uno se recopila dos temas, lágrimas y recuerdos y cuando yo muera. En el otro están Tulcán de mis ensueños y Tulcaneñita. Hay un tema que tiene un amigo de Jorge se llama Silvia, es una versión original de un tema que hoy se conoce como muñequita blanca.

El coleccionista trató de investigar más sobre ellas, pero nadie sabía. Hasta que se contactó con Fabiola Paz, quien tenía información sobre ellas y una hija de Esperanza le facilitó una fotografía de Las Hermanitas Lima, eso le permitió tener una idea y saber de dónde fueron cómo surgió el dúo.

Una historia aparte merece pétalos blancos, es un disco de carbón que lo compró hace siete años, pero llegó roto en unos seis pedazos, quizá en el envío se trizó y es bien complicado componerlos. “Era tal mi entusiasmo por escucharlo que lo pegue, hasta utilice una lupa, para que los surcos se peguen perfectamente. Le restauré una partecita y el resto ya no fue posible”. Le encantó las voces y el acompañamiento musical del tema. Indica que la letra es especial, pero la interpretación de pétalos blancos es el mejor de todo el repertorio de las cantantes.

En una feria de discos en Cuenca, que se realizó hace unos tres años atrás, encontró este tema en un disco de 45 de finales de la década de los 50. “Yo estoy muy contento por tener, en mis manos, esos ejemplares que ahora son joyas de la música. Llegue a mi casa brincando de alegría, porque logre escuchar integralmente la música y la letra de pétalos blancos.

Otra de las canciones que le llega al corazón es cuando yo muera. “Todas las interpretaciones son buenas, pero yo tengo en mi teléfono estos dos temas que los escucho a seguido”.

El coleccionista azuayo ha recopilado de las Hermanitas Lima, ocho discos de 45 revoluciones por minuto y dos LPs que son recopilatorios, en el uno el tema principal es lágrimas y recuerdos, interpretado por las Hermanitas Lima, “de lo que me comentan fue un éxito rotundo que superó todas las expectativas”. El otro se titula Así canta mi tierra, que es una recopilación que hizo el sello rondador de don Trajano Recalde, ahí está Tulcaneñita y Tulcán de mis ensueños

Jorge asegura que las Hermanitas Lima superaron a muchas voces de la época. “Toda la gente que estuvo en el festival del pasillo en 1958 se puso de pie, no querían que ellas se bajen del escenario, pedían que sigan cantando y no querían a nadie más, solo a ellas”.

 

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Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

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