Antonio Ubilla Mancheno, el arquitecto de los datos

 Es guayaquileño e hincha del deportivo Quito desde los 10 años. El amor por el fútbol y la estadística la heredó de su padre, don Antonio, quien guardaba desde 1939 todos los recortes que los diarios publicaban sobre los campeonatos sudamericanos de fútbol. Es fanático de la música de los años 60 y 70, posiblemente porque en 1965 conoció personalmente al ídolo de ese entonces: Enrique Guzmán, cuando grababa la película “Romance en Ecuador”. Colecciona publicaciones y discos de los grupos ecuatorianos de las décadas de los 60 y 70: Bodega, Los Corvets y Los Dragones, con Pepe Parra. Le gusta recopilar historia, por ello tiene un archivo con los datos históricos de asesinatos no resueltos, entre ellos el de Ludovico Andrade Copiano, que sucedió en 1962.  

Cuando tenía 8 años, su padre le regaló un micrófono con dos parlantes. Tenía como 60 metros de cable y los ubicaba en algunos lugares de la casa. Los domingos de tarde narraba y comentaba los partidos. Se imaginaba voces y entrevistaba a los jugadores de aquel tiempo y los hacía conversar. “Los vecinos me odiaban porque a las 14:00 o 15:00 querían ir a la siesta, pero el sonido era alto y yo presentando el programa de dos horas, donde también había comerciales”.

Su ingreso en el mundo de las estadísticas también fue temprano, a los 12 años. Se preocupó por anotar todo lo que le interesaba en cuadernos espirales universitarios, que todavía conserva. Fueron escritos a mano, como antes se hacía, y con esfero negro. Este hábito lo tiene hasta la actualidad.

 

A inicios de 1960, en su casa compraban las revistas Estadio que hasta ahora las conserva. En 1963 salía quincenalmente, pero desde los 80 comenzó a emitirse semanalmente, cuenta. Los primeros datos que guardó fueron los relacionados con el campeonato ecuatoriano de fútbol de 1971. Anotó las fechas, dónde jugaron los equipos, como quedó el marcador y quienes anotaron los goles.

En su estudio constan unos 60 cuadernos y unos 80 álbumes con toda la información deportiva. Constan los jugadores extranjeros, nacionales, arqueros… Los datos los obtiene de diarios, revistas y calendarios de la época. Muchos recortes los publica en sus redes sociales. Es arquitecto y comunicador deportivo. Ha laborado en las radios Super K 800, Caravana, City, I 99, Sonorama, Redonda y Atalaya. 

Su ingreso a la comunicación

Recuerda que a inicios del 2000 estaba con Diego Arcos y otros amigos en la cancha de la ciudadela Kennedy, en Guayaquil. El presentador deportivo de El Noticiero de TC Televisión le preguntó un dato y Antonio le contestó que Rubén Darío Insúa tenía, en ese tiempo, 10 goles en Copa Libertadores, con Barcelona. “Me dice no puede ser, y yo le insistí que sí. Te voy a traer la información de todos los goleadores de Barcelona en Copa”. Antonio le dio información unas tres o cuatro veces, Diego, en ese tiempo tenía un espacio en la revista Estadio que se llamaba “En el Corcho” y los publicó ahí.

Antes de trabajar para algún medio, escribió un libro que se llama “La Historia de Fatty”, que le encargó su amigo el publicista Eduardo Maruri. Fatty era el abuelo del publicista: Agustín Miranda Franco, quién fundó a finales de la década de los 60 un equipo de béisbol en Guayaquil. El libro contaba la historia del equipo de béisbol, del que fue jugador desde chico. Desde ahí con sus buenos amigos, como Diego Arcos y Aurelio Paredes, de la revista Estadio se inició en el periodismo deportivo.

Una anécdota con el relato de Petronio Salazar

Cuenta que, durante un partido entre Barcelona y Universidad Católica, donde había unas 20 mil personas el Estadio Modelo, estaba un árbitro uruguayo, que vino algunas temporadas al país. En esa época Petronio Salazar llegó a ser tan popular en el Puerto principal que, en 1976, el árbitro se acerca al juez de turno y le pide que baje el volumen ambiental del estadio. Le contesta que no puede hacerlo, porque el ambiental eran todos los aparatos de radio que tiene el público con el mismo relator, en la misma emisora.

“Todo era como un parlante con Petronio Salazar, quien se jactaba de eso porque la mejor medición del rating la dan ustedes”. Todos los que están en el Estadio saquen algo blanco, un pañuelo, una servilleta, una gorra y se veía una mancha blanca inmediatamente. Eso era espectacular, destaca.

El fútbol y los jugadores de antes

Antonio asegura que en el fútbol antes se jugaba mucho más. Ahora se pelea mucho más. Aunque las condiciones físicas son diferentes, porque el futbolista de ahora se prepara mucho más, son más altos, pero antes jugaban más pelota. Recuerda que había un defensa al que Pablo Aníbal Vela, “El Rey de la Cantera”, le puso de apodo el “cajón con patas”, era Fausto Carrera. En Quito le decían el “rey del anticipo”. “Era un jugador vivo, que te anticipaba, te pegaba. Fausto Carrera, no pasaba de 1:75. Ese tipo de jugadores no veo ahora con esa malicia para jugar”. Fausto Carrera jamás ponía los brazos para que no pase el otro jugador, sino que entraba a resolver. Comenta que a los jugadores no se los veía mucho. No había tanta exposición mediática, como ahora, pero proyectaban un imán y los niños les seguían a Jorge Bolaños, a Lupo Quiñonez…”.

El mejor técnico, Fernando Paternoster

Se sabe “a la agüita” la historia del fútbol ecuatoriano y al periodismo deportivo. Ese conocimiento le permite asegurar que el mejor relator deportivo de Guayaquil fue Ecuador Martínez Collazo y luego Rudy Ortiz Iriarte. A su criterio los mejores jugadores que ha tenido el Ecuador son: Pedro Alberto Spencer Herrera y Jorge “El Pibe” Bolaños. Le siguen Polo Carrera Velastegui, Alfredo Bonar, Luis Capurro, Vicente Lecaro, Galo Vásquez, Alex Aguinaga e Ítalo Estupiñán…

Sobre el mejor técnico que ha tenido el Ecuador, habla de Fernando Paternoster, quien fue director técnico de Emelec. De él relata que Llegó al país en 1962 y se fue el 8 de mayo de 1967. En esos cinco años, el técnico argentino ganó títulos de la ASO Guayas en 1962, 1964 y 1966. Fue campeón nacional en 1965, subcampeón de la Aso en 1965 y subcampeón nacional en 1963 y 1966. “Mi buen amigo Otón Chávez le visitó a su familia, en Buenos Aires, y habló con la esposa. Ella le dijo que Fernando, cuando llegó de Guayaquil, ya no era el mismo, no soportaba haber dejado Guayaquil y Emelec”. A los 26 días de su salida del club eléctrico falleció, en Buenos Aires. Era el 6 de junio de 1967.

Al comunicador guayaquileño siempre le ha gustado guardar las publicaciones de fútbol, pero también las fotografías del Guayaquil que él recuerda, cuando había las caminatas por el barrio Centenario, Urdesa. En esa época se vivía en las esquinas, se conversaba con los amigos, se reunía, era la época cuando se hacía vida de barrio. Su frase es “todo tiempo pasado fue mejor”.

Andrés Guschmer y Canal Uno

En las dos últimas décadas ha trabajado en Canal Uno, Super K, Caravana, Radio City, I 99, Sonorama, Radio Redonda, Atalaya…  Sus compañeros han sido Diego Arcos, Carlos Víctor Morales, Mauro Velásquez… Con los periodistas deportivos capitalinos ha trabajado con Fabián Gallardo, Sebastián Machado y Andy Larriva. Mantiene contacto permanente con quienes recopilan datos y estadísticas deportivas, como el “Pato” Granja, Mao Castillo, Aurelio Dávila, Fernando Espinoza que tiene la página web Vamos mi Ecuador; Roberto Omar Machado, Alfonso Laso, Pepe Granizo, Óscar Portilla, Patricio Díaz, entre otros. En los medios primero apareció como comentarista de fútbol, pero más le gusta hacer opinión, análisis, recordar la historia, lo que ha pasado en el tiempo.

Andrés Guschmer le invitó a ser parte de un proyecto en Canal Uno, que se llamaba “Juguemos el mundial”. Ahí estuvo Carlos “Palillo” Torres Garcés, Agustín Febres Cordero, “Cuchi” Bastantes, Chistian Chaparro y Eduardo “El Tanque” Hurtado. Esta fue la primera vez que hizo televisión. Posteriormente, hizo el programa “El Camerino” y “Eufóricos”, desde el 2006 hasta los 2013.

La información estadística que conserva le permite asegurar cuántas veces han jugado, los triunfos, empates, derrotas, cada equipo, cada jugador. Le gusta recopilar historia, fotografías del fútbol nacional e internacional. “Me apasiona saber cuándo nacieron o aparecieron los hechos importantes. Me gusta hacer tendencias, por ejemplo, que pasó con los jugadores serranos en los equipos costeños”, describe.

Considera que el jugador costeño rindió más en la Sierra, en comparación con el número que los serranos que rindieron en el fútbol costeño. Mauricio Argüello fue un serrano destacado en la Costa, fue campeón con Barcelona. Pudo ser Polo Carrera, si es que no se lesionaba en 1967, porque tenía muchas condiciones para hacerlo en el Equipo del Astillero. Ricardo “Bocha” Armendáriz, que era de Babahoyo, y Pedro Mauricio “El Potro” Muñoz, de Ancón, triunfaron en Quito. En 1958, Barcelona vinculó a Ernesto Guerra, pero ese fue un año malo para el equipo y solo marcó un gol en un clásico, que Barcelona ganó a Emelec. “El Trompudo” guerra era goleador del Deportivo Quito.

No se considera el mejor, ni el único, pero destaca porque tuvo la oportunidad de ser pionero en tema de las transmisiones con datos y estadísticas. Antes estuvieron personajes como el Dr. Mauro Velásquez o Xavier Espinoza. “Tuve la suerte de comenzar las transmisiones en un canal de televisión y le dieron importancia a eso que antes no se lo consideraba”. Era un nicho que nunca fue explotado, porque hasta hace unos 15 o 20 años se hablaba solo del presente, pero ahora ya se dice el clásico número tal. “Son semillitas que de alguna manera algunas personas fuimos poniendo”.

Los primeros estadísticos del fútbol ecuatoriano fueron del comandante Jorge Leoro Dueñas, que escribió durante muchos años para la Revista Estadio, lo hacía manualmente, “como yo también lo hago”. Mauro Velásquez tenía muchos datos y lo hacía en el ámbito local, no nacional.  y en la capital de la República, Jaime Naranjo Rodríguez. Ellos son los pioneros en llevar las estadísticas.

Su profesión es la arquitectura, la ejerció durante muchos años, ahora lo hace eventualmente, porque su pasión siempre fue el deporte, en especial, el fútbol. Asegura que continuará en su hábito por conservar los datos. Y ese es el legado para las generaciones presente y futura del periodismo deportivo.

 

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Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

 

Iliana Cervantes Lima

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