David Gleason el innovador de la radio en el Ecuador
Foto: David Gleason, la oficina del «dueño» en Avenida Amazonas 1027 en Quito. Derecha superior, en los estudios del Canal 57, los discos fueron el motivo decorativo. Derecha inferior, en el estudio de Radio Musical con el gerente de producción, Edwin Almeida, y «El Pollo» Fuentes, cantante pop más importante de Chile de la época.
Es una de las personalidades de la radio que dejó huella en el Ecuador. Es el creador de las radios Musical, Canal Tropical, Fiesta, Teleonda, Ecos de la Montaña y otras en Quito, Cuenca y Guayaquil. Contó con la amistad del propietario de radio Carrusel y ex alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi, así como de uno de los grandes técnicos que ha tenido el Ecuador y el mundo, el ingeniero eslovaco Al Horvath.
Su pasión por la radio lo llevó a desplazarse a muchos países del mundo, especialmente de América Latina, cuya música e historia siempre le llamaron la atención. En su mente siempre tiene presente al Núcleo Radión y particularmente Radio Musical, “La Campeona”. Siempre postea fotografías de esa época. Recuerda con nitidez los nombres y lugares, parece que nunca se hubiera alejado del Ecuador.
En su página web tiene una historia detallada de cómo fueron creadas las emisoras y quienes formaron parte de las estaciones. En el caso del Núcleo Radión, las personas que participaron desde 1964 hasta 1970 fueron: Guillermo Jácome Jiménez, Jorge Endara, Pepe Rosenfeld, Gabriel Espinosa de los Monteros, Pedro Chassi, Roberto García, Ulpiano Orozco, Jorge Obando, Edwin Almeida Marañón, Luis y Edgar Castellanos Jiménez, Fabricio Cifuentes, Patricio Toro Campaña, Vicente Córdova Franco, Mary Lou Parra, Fausto Vallejo, Patricio Moncayo, Alberto Rivadeneira Byron Guerra, Matilde Lalama, Marco Díaz, Susana Játiva y los ingenieros Fred Simon, Eduardo Cruz y Al Horvath. David Gleason permaneció en el Ecuador desde 1964 hasta 1970.
El radiodifusor nació en Cleveland, Ohio, Estados Unidos en 1946, en esta ciudad vivió hasta los 13 años, a esa edad “comenzó a vagar por el mundo”, indica en su biografía. Es hijo de Charles B. Gleason, banquero de inversiones, que, por la depresión económica de su país, se convirtió en el administrador del cementerio Lakeview al que cuido y amó, por ello, cuando falleció el 12 de diciembre de 1956, fue enterrado en ese lugar. De él aprendió que en la vida lo que se hace y se quiere hay que hacerlo bien, pero con constancia.
Desde niño se caracterizó por su capacidad e ingenio para los negocios y la tecnología. Tenía nueve años cuando compró una pequeña imprenta tipográfica manual, para imprimir tarjetas de presentación y membretes. Paralelamente le impactó todo lo relacionado con el mercado de valores. Tenía una cuenta y negociaba en la bolsa de Toronto, con 20 dólares a menudo se compraba 500 acciones. Luego realizó un primer anuncio de Coca-Cola, de una página completa, el primero lo vendió y no sería el último.
Asistió a la escuela Hawken en Lyndhurst, Ohio, siguió varios seminarios en la Universidad Estatal de Michigan, donde fue redactor editorial del periódico universitario y obtuvo el anhelado certificado. Pasó un semestre en Cleveland Heights High School antes de trasladarse a Ecuador a principios de 1964.
En los años cincuenta, Cleveland no era un sitio que le gustaba a David. Eso hizo que realice una búsqueda de señales distantes en la banda de transmisión comercial de AM. En 1963, el sonido de la XEW de México llegó a Cleveland. Luego escuchó La Voz del Río Cauca, HJED 820 de Cali, Colombia. Las cumbias fueron sus preferidas, de vez en cuando llamaba a la radio mexicana, el DJ de la noche ya lo conocía, porque pedía las canciones de las Sonoras Matancera y Santanera. La música latina siempre tenía su atención, por ello se convirtió en una prioridad conocer y saber más sobre América Latina.
En 1963 viajó a México, visitó la estación XEW e hizo una pasantía en Radio Centro, el joven observó todo lo que pasaba allí, aprendió sobre los noticieros, los anuncios comerciales, jingles, la sala de doblaje y el archivo de los discos. Después de su permanencia en el país Azteca, visitó varias emisoras de radio en Centroamérica y Colombia.
En 1964 llegó a Guayaquil Ecuador, David insistía que quería terminar su penúltimo año de secundaria. Herbert Evans, director, de Peoples Broadcasting (Nationwide) lo ayudó nuevamente, como lo hizo en México, pero cuando llegó a Guayaquil hubo movilizaciones que querían derrotar al presidente Carlos Julio Arosemena Monroy. El joven no deseaba regresar a los Estados Unidos, dejó el programa de intercambio y se trasladó a Quito, donde le aceptaron en el Colegio Americano. Ahí recibió clases desconocidas como Lógica y Ética y Redacción Comercial, le daban en español.
En uno de esos días, hubo la posibilidad de visitar la mayoría de las estaciones en Quito, Radio Ecuatoriana, de Eduardo Granja Estrella, fue una de ellas. El propietario le invitó a que dirija el programa, «Gringolandia”, los sábados, con los 40 mejores éxitos de Estados Unidos. Su estancia duró hasta que tomó la decisión de tener su propia estación.
Es el creador del Núcleo Radión. “Los recuerdos de mis compañeros son tan vivos y presentes, como fueron hace 59 años, cuando lancé Musical (HCRM1) 570 AM en Quito, era la media tarde del 5 de diciembre de 1964”. Con el Ing. Al Horvath en el transmisor y toda la tripulación en los estudios de la Av. Amazonas ¡Todo comenzó!” El pop y el rock and roll eran sus temas preferidos en la programación.
Luego de inaugurar la emisora, salieron a la calle para celebrar el 6 de diciembre en plena Avenida Colón con Paico «El Rey de Copas» y la «doble alegría» de tener su emisora nueva y celebrar la fundación en 1534 de la bella y noble ciudad de Quito. Al inició hubo oposición de la gente conservadora que no aceptaba esta nueva opción de radio, hasta hubo una amenaza de bomba, que fue desactivada por el propio David, indica su hija Marie Louise Gleason Parra.
Cuando Radio Musical salió al aire, hubo 40 estaciones AM en un mercado de 700.000 habitantes de Quito. Se innovó con papelería, tarjetas personales, hojas con tarifas. HCRM1 tenía las tarifas más altas del mercado. Radio Musical el primer día, cuando salió al aire, no tuvo comerciales solo música. El primer cliente no pagó la factura. Al medio año de inaugurada, solo facturaba unos 50 dólares al mes. Estaban a punto de la quiebra.
En junio de 1965, hubo una noticia inesperada y que llenó de alegría a los propietarios y locutores de la estación, todos jóvenes y con mucha ilusión. Llegó una caja desde Guayaquil, de McCann-Erickson, con pedidos de pauta, para toda la programación, con 15 o 20 anuncios diarios de cada marca. La agencia publicitaria había hecho una encuesta y “la nueva y pequeña estación, era el número uno”, por ello la demanda publicitaria era inmensa.
Como corresponde a una estación Top 40, Radio Musical en su programación emitía los «57 de la Semana». La lista de las canciones más populares de la ciudad se publicó todos los domingos por el diario El Tiempo de Quito. Todo el hit parade se contaba regresivamente a las 17:00. David recuerda que la canción número uno, fue del dúo argentino Fedra & Maximiliano, y otra de las favoritas fue «Suspicious Minds» de Elvis Presley.
Radio Musical reprodujo muchos éxitos de Estados Unidos. Su madre, los conseguía en un distribuidor de discos en Cleveland y le enviaba a Quito; eran las nuevas canciones que debutaban en la lista internacional. Unos días después, los mismos temas sonaban en el Canal 57, para evidente deleite de los oyentes. El Núcleo Radión abrió la era de las ‘emisoras disk jockey’, con una programación ininterrumpida, ágil, informal, dinámica y alegre.
Radio Musical tocó los éxitos sin importar el idioma. Hubo canciones francesas e italianas en la lista. Era la época de apogeo del Festival de San Remo, David realizó un viaje a Italia para conseguir las canciones en competencia que siempre tuvieron gran aceptación. Estos programas fueron patrocinados por el Ing. Luigi Perotti, importador de máquinas de coser Borletti.
A David también le gustaba la cumbia, el porro, la gaita y el mapalé, por ello creó Canal Tropical, que debutó el 21 de mayo de 1966. Se emitía música alegre, con uno o dos boleros para darle sabor. El primer tema al aire fue «La Pollera Colorá» de Sonia López. Estaba ubicada en la Avenida Amazonas 1027.
En 1967, Quito tenía un canal de televisión y no había instalaciones de FM independientes. David solicitó una licencia para la primera FM comercial del país. HCTM1, que salió al aire a mediados de año, mantuvo una postura de «sin publicidad» durante 6 meses. Sin embargo, en un almuerzo con un cliente algo sucedió.
Era el propietario del único distribuidor de café instantáneo del Ecuador, quien le pidió que le visite el vendedor de publicidad de la estación. David le indicó que en las FM no se vendía las cuñas. El comerciante le pidió una tarifa. “Simplemente multipliqué mi tarifa AM más alta, por cuatro, para desalentar el trato. Sorprendentemente, contestó que sí… así que dije, los anuncios duran sólo 20 segundos y me respondieron que estaba bien”.
Un año después, Teleonda se convirtió en la primera radio estéreo del país, ocupó el puesto dos en la audiencia de ingresos altos y entre los 10 primeros en la audiencia de ingresos medios. La FM había llegado y tuvo éxito en Ecuador. Un estudio de rating de la empresa Estudio de Datos, S.A de 1969 en Quito, en los niveles de ingresos altos, las estaciones eran las número 1, 2, 7 y 10 y representaban casi el 50% de la audiencia. En ingresos medios, 4 de las 11 estaciones principales eran de David y tres estaciones tenían el 20% de la audiencia de ingresos bajos. Era 1970.
Al cabo de un año, en 1969, un programa de rock de fin de semana demostró ser tan exitoso que la estación se convirtió en la primera FM contemporánea en Sudamérica, reproduciendo los últimos temas de los Rolling Stones, Beatles y Zeppelin.
Durante este mismo año, Las cinco estaciones de Quito tenían casi la mitad de toda la audiencia de radio del mercado. En el período comprendido entre 1964 y 1969, David Gleason, fue propietario único, director, programador del grupo y director de ventas, además de ingeniero jefe.
Con el anuncio del descubrimiento de petróleo en el oriente ecuatoriano y la construcción del oleoducto, solicitó la concesión de estaciones AM en Lago Agrio y Bahía de Caráquez, provincia de Manabí. También construyó una mini Radio Musical en Ambato en los 1480 en AM y obtuvo la licencia. Nunca pudo crear Radio Musical 840 AM en Tulcán.
En 1970, la situación económica en Ecuador parecía deteriorarse rápidamente, con inflación galopante, controles de divisas y escasez de todo, recuerda. Durante 6 meses, vivió en Washington, DC mientras se preparaba para obtener la licencia de operador de radioteléfono de primera clase de la FCC. Paralelamente realizó una investigación de mercado y verificación de la comunidad para solicitar y construir una nueva FM Clase B en el área de Norfolk, Virginia.
El objetivo de este traslado a Estados Unidos fue relacionarse con una empresa que era líder en la transmisión en FM. Esto era con la finalidad de realizar una inversión sustancial con la venta de estaciones en Sudamérica.
En 1970, regresó a Ecuador y continuó con su talento y construyó varias emisoras en AM en Cuenca, Quito y Guayaquil, los tres principales mercados del país. Su socio en este emprendimiento fue el abogado Jaime Nebot Saadi, propietario de Radio Carrusel, a quien le construyó la estación en el Puerto Principal, para ello utilizó el mismo formato de programación y música que Canal Tropical desde Quito.
Otra de las estaciones que creó fue Ecos de la Montaña, bajo la dirección del excanciller Benjamín Ortiz Brennan, que era noticiosa, una radio hablada, por ello tuvo problemas con el régimen militar que gobernaba el país en aquella época y tuvo que salir del país, era 1970. Luego se trasladó a Puerto Rico donde gerenció Radio Uno desde ese año hasta 1992. Luego dirigió 1020 AM de Los Ángeles, asegura que esta es la estación que le ha dado más satisfacciones. Actualmente es asesor de Univisión en temas de programación e investigación.
Actualmente vive en California, EE.UU. Indica que hay muchas cosas que le unen al Ecuador, pero la más importante es su hija Mary Louise y su familia que siguen en Quito. “Así que me mantengo al tanto del crecimiento de la capital, la política y hasta pensando si el cordonazo regresará este año”, indicó en una ocasión.
Sin lugar a duda, fue el iniciador de una nueva forma de hacer radio en Ecuador. Gracias a él se incluyó voces y talentos y que hasta ahora son recordados en el país. David Gleason es el innovador de la radio en Ecuador.
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Iliana Cervantes Lima
Voces de la Radio
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