Holger Vera Moreira, el hombre de las imágenes
Foto: Izquierda, Holger Vera Moreira en una cobertura. Derecha superior con Carlos Acosta, Gonzalo Achig, Alberto Casamen, Fernando Ortega, entre otros. Derecha inferior, en la asamblea de Montecristi.
Trabajó en los principales estudios fotográficos de la capital, como Rendón, Estrella, Las Vegas y Víctor, cuyos propietarios eran Marco Rendón y César Estrella. Entre las personas que admira están Alfonso y Gabriel Espinosa de Los Monteros. “Siempre recuerdo los gestos de los dos hermanos que son personalidades de la comunicación ecuatoriana”, repite Holger Vera Moreira, quien también destaca la calidad humana y profesional de Enrique Arosemena, quien fue su jefe en Ecuavisa y luego en Ecuador TV.
Fue camarógrafo de César Farah, Álvaro Samaniego, Xavier Álvarez, Bolívar Dueñas, José Luis Velásquez, Eduardo Benítez, Eduardo Durán Coussin, que actualmente es embajador del Ecuador en Brasil, quienes con su trato y forma de ser hicieron más llevadero y productivo el trabajo. Cuando se trasladó a los Estados Unidos hizo algunas coberturas con los periodistas José Velásquez y Galo Arellano.
Nació en San Isidro, cantón Sucre, en la provincia de Manabí, el 23 de octubre de 1948. Son 16 hermanos, de ellos viven seis, tres hombres y tres mujeres. A inicios de la década de los 60. A los 13 años viajó a la capital ecuatoriana, para acompañar a su hermano Vicente quien ya estaba radicado en Quito. “Con mi hermano Vicente hicimos un buen camino acá. Siempre tuvo conmigo una actitud paternal y todavía lo sigue siendo”, indica.
Estudió en un colegio que ya no existe y estaba ubicado en el sur de Quito, en la avenida Maldonado, que se llamaba Eloy Alfaro.
En la avenida 24 de mayo, su hermano Vicente era sastre y lo llevó a trabajar en un taller de chompas. Permaneció un año. Fue una etapa hermosa pero dura a la vez, porque los dos hermanos no tenían donde hacer el almuerzo y tenían que ir a un restaurante. Sus padres, Josefa Celina Moreira y Francisco Vera Cevallos, les mandaban para comprar las tarjetas. En ese tiempo había las tarjetas de 30 comidas, Holger y Vicente a los 15 días se terminaban los 30 almuerzos. “Nuestros padres nos mandaban para el mes, pero se acababa”, repite.
En el cuarto que estaba ubicado en la esquina de las calles Ambato y Venezuela, hacían el cafecito de la tarde e igual el desayuno en un reverbero. Compraban el pan y leche en la tienda esquinera.
Gran parte de las familias quiteñas de la época cocinaba en los reverberos, por ello nunca debía faltar la caja de fósforos o la fosforera, para encender, enseguida se daba bomba a un tanque pequeño y ancho, de un metal de color dorado, que con las tres patitas que estaba a los lados se sostenía. Se ponía un sombrerito de hierro para que sostenga la olla. Se demoraba en cocinar porque había que hacerlo cosa por cosa, primero la sopa, después el arroz, luego el estofado, etc.… “En ese tiempo era muy difícil comprar una cocina de dos o tres quemadores”. Al reverbero le ponían la gasolina con el riesgo que conlleva el uso de ese combustible. “Son recuerdos que a uno le ponen nostálgico”, señala.
El Centro Histórico de Quito
Holger vivía en la calle Ambato, donde llegó a tener grandes amigos, muchos de ellos ya descansan en paz y otros con quien todavía se ve, como Napoleón Noboa, quien tiene un estudio fotográfico cerca de la Plaza del Teatro, que se llama Las Vegas, antes era Foto Estudio Rendón. Incluso vivió con los padres de su amigo en “La Barahona”, una calle muy tradicional que en ese tiempo se jugaba fútbol en la calle.
Por la Ambato pasaban los carros llenos de frutas y su amigo Hernán Salinas, se subía al vehículo “a tirar papaya, sandía, naranja… Nosotros desde atrás cogíamos la fruta que más podíamos para que se salven de los golpes y no se dañen, si es que caían al piso. Fue una linda etapa”, relata.
La fotografía
En 1964, al año siguiente que llegó a la Carita de Dios, empezó con la fotografía que aprendió con el dueño de la Foto Estudio Rendón, Marco. Este local estaba ubicado en el segundo piso de una casa ubicada en la esquina de la Guayaquil y Olmedo, donde había una óptica que se llamaba Opticum Kat.
En ese lugar estaba la persona de la que aprendió mucho, a pesar de su juventud, se llamaba Gerardo Toapanta, quien pintaba las fotografías ampliadas, retocaba los negativos de 35 milímetros, 6×6 y 6×9. Esas eran las dimensiones que había en ese tiempo para ampliaciones y tamaño carné, que eran las que más se utilizaban en temporada de inicio de clases. Holger se pasaba noches enteras retocando las imágenes.
Lograr la imagen final era todo un trámite: tomar la foto, revelar, secar el negativo, al negativo hacer el retoque de las imágenes, porque muchas veces las personas tenían muchas arrugas, lunares, cicatrices o tenían labios pronunciados o sumamente delgados. Entonces Holger con un lápiz que era como aguja retocaba el negativo y borraba ciertas cosas para mejorar la imagen de la persona y quedaba perfecta. Se apasionó mucho con la fotografía y después ya era fácil retocar en positivo o en negativo.
Eran las fiestas de Quito en 1967 los fotógrafos taurinos de un periódico capitalino no aparecieron, por ello los contrataron a Holger y su hermano Vicente para que cubran ese evento. En la Plaza de Toros estaban los matadores Paquirri, El Cordovez, Santiago Martín “El Viti”, Palomo Linares, entre otros. Las fotografías eran de 18×24, ese era el tamaño que se entregaba en ese tiempo a los promotores de la corrida Jesús del Gran Poder.
En 1968 pasó a Foto Estudio Estrella, de propiedad de César Estrella, que estaba ubicada en la calle Benalcázar, entre Espejo Chile, Ahí retocaba y tomaba fotografías, Holger siempre está pendiente del encuadre para que la imagen de la persona salga bien. Trabajó hasta 1977 cuando ingreso a Ecuavisa – Quito.
César Estrella también era propietario de Radio El Sol. Ahí conoció a varios locutores famosos de la época como: Roberto Landines ya fallecido, quien fue su amigo.
Ecuavisa Quito
En 1977 Holger se había casado y Germán Andrade, su ex concuñado, quien había laborado en Gamavisión y Teleamazonas, le llevó a trabajar en Ecuavisa, que quedaba frente al Hotel Quito. En esa época había solo cuatro camarógrafos: Germán Andrade, Jorge Aguilar, Fernando Ortega y Holger Vera. Estaban de reporteros Eduardo Durán Coussin y César Farah.
Gabriel Espinosa de los Monteros estaba a cargo del noticiero y le dijo “Holger coge cámara y anda a la Presidencia”. Holger no había manejado profesionalmente. Tenía miedo subir por la calle Guayaquil, para coger la Mejía, que antes era de subida, y llegar al Palacio de Carondelet. En esos años todavía se podía dejar los carros estacionados en la calle, sin ningún problema. “Yo manejaba solo por la recta, la 12 de Octubre” hasta que llegó a La Marín donde dejó el vehículo. “Para mí subir la cuesta me generaba temor, porque no sabía manejar bien”. Sin embargo, se realizó la cobertura con éxito.
Desde la oficina de Ecuavisa Quito se enviaba la señal a Guayaquil en unas cintas gruesas con unos casetes de tres cuartos. En Guayaquil editaban y procesaban todo. Ahí fue el inicio de su carrera en la televisión, porque después el dueño de Ecuavisa, Xavier Alvarado Roca, compró canal 8, Televisora Nacional a la familia Mantilla, que era propietaria de Diario El Comercio. Dejaron la pequeña oficina y se trasladaron a Bellavista, donde está ubicado el canal hasta la actualidad.
En Canal 8 había otros camarógrafos: Gonzalo Montenegro, los hermanos Achig y Rodrigo López. Los tres reporteros pasaron también a este medio, donde también estaban, Gastón González, quien llegó a ser productor de noticias. Entre los asistentes estaban Fernando Ushiña, Ángel Sulca, Lucho Cortez, Ramiro Galarza, Daniel Quelal y César Puco. Estaban en Ecuavisa: Gonzalo Ruiz Álvarez, Rebeca Villota, Alfonso Reece Dousdebés, Hernán Reyes, era investigador de Ecuavisa, con quien le tocó ir al terremoto de El Salvador. Además, Bernardo Abad, Carlos Ochoa, Julio Zary, Xavier Álvarez, Bolívar Dueñas y Álvaro Samaniego, a quienes califica como excelentes personas y de los cuales lleva grandes recuerdos. “El trato es lo que hizo que nosotros nos lleváramos bien. Siempre que hablamos nos acordamos de las cosas que vivimos. Uno se pone sentimental porque todavía se continúa con la amistad sincera de aquellos años”.
El Taurazo
En el Gobierno del ingeniero León Febres Cordero, en 1984, miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), liderados por el general Frank Vargas Pazzos, secuestraron al Mandatario en la Base de Taura.
Ecuavisa estuvo con su periodista Teresa Arboleda y logró las primeras declaraciones del Mandatario. Mientras en Quito, el Comandante de la FAE de ese entonces llegó a la Base Aérea, donde se pudo divisar los tanques que eran movilizados por las calles desde la avenida de la Prensa. Los quiteños en las calles en expectativa de lo que podía suceder. “Todos pensaban que podía haber una guerra civil”. Con las cámaras en la capital estaba Holger Vera y Fernando Ushiña, quien era su asistente.
El Nevado del Ruiz y el Palacio de Justicia en Colombia
Bolívar Dueñas, quien fue reportero de Ecuavisa y hoy vive en la ciudad de Ibarra, cuenta que transcurría el mes de noviembre de 1985, había ingresado hace pocos meses al canal. Una información llegó de Colombia, porque había producido la erupción del volcán Nevado del Ruiz, que afectó a los habitantes de los departamentos de Caldas y Tolima. “Ocho días después de esta tragedia se produjo otra, pero esta vez en Bogotá. El grupo M-19 se tomó por asalto y con armas de grueso calibre, el Palacio de Justicia, exigiendo la liberación de los miembros de ese grupo”.
Manifiesta que el director de Noticias, Alfonso Espinosa de los Monteros, dispuso que un equipo se traslade al lugar. Bolívar Dueñas como reportero debía comandar el grupo, que estaba integrado por Holger Vera y César Puco, como asistente de cámaras. “Tomamos contacto con miembros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), porque se dirigían al lugar aviones con alimentos, vituallas y ayuda del gobierno ecuatoriano para Colombia, específicamente para los damnificados del Nevado del Ruiz”. Con la ayuda de los militares, se embarcaron en el avión carguero de la FAE, el Hércules.
La nave era comandada por el general Marcelo Salvador. Luego de dos horas y media de vuelo llegaron al Aeropuerto “El Dorado” de Bogotá. En otra hora de viaje llegaron a la Base Militar de Palanquero, cerca de Armero, la población más golpeada por la erupción, igual que Mariquita y Chinchiná.
Bolívar destaca que la labor periodística con Holger y César fue óptima, obtuvieron imágenes inéditas, trataron de vencer todos los obstáculos que se les presentaron. Captaron imágenes muy dolorosas, a pesar de la oscuridad. Se iluminaban con una lámpara que llevó el equipo de Ecuavisa.
“Las escenas eran desgarradoras, especialmente en un vuelo rasante que hicimos con los militares colombianos y pudimos conocer a Omayra Sánchez, una niña de 12 años que estaba enterrada hasta el cuello. Así pasó tres días sin que se la pueda rescatar, porque debajo del lodo estaba atrapada con dos grandes vigas de su casa que se destruyó. Así pasó esta niña tres días hasta que falleció”. La revista Vistazo publicó en portada sobre este hecho con el título “Omaira del fin del mundo”
Cuenta que al día siguiente regresaron a Bogotá, donde realizaron un reportaje en el Palacio de Justicia que fue atacado por el grupo M19. El edificio estaba devastado por el ataque. En la escena pudieron conversar con una de las sobrevivientes. “Era una jueza que vivió en carne propia todo este evento trágico, pero que tuvo el valor de contarnos y nosotros sacar en ese reportaje”.
En El Salvador se quedaron del Hércules
Era octubre de 1985, con Hernán Reyes Aguinaga, como reportero; Holger Vera Moreira, camarógrafo; y César Puco Tipán, asistente de cámara, viajaron a Centroamérica para verificar la ayuda que el Gobierno ecuatoriano entregaba a los damnificados del terremoto de El Salvador
Durante la cobertura surgió la posibilidad de realizar el viaje hacia la capital de ese país y registrar en imágenes la entrega de vituallas, medicinas, así como las secuelas del movimiento telúrico y en la tarde emprenderían el regreso al Ecuador. El equipo periodístico constató la gravedad del sismo, que cobró alrededor de 3.500 muertos, 200.000 damnificados y el 80 por ciento de las edificaciones estaban completamente destruidas.
Gastón González, quien era el productor de Ecuavisa, cuenta que el equipo periodístico se concentró tanto en su trabajo, que no se percataron del tiempo que tenían para regresar al avión de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) que los traería de regreso al Ecuador. Se quedaron del vuelo sin tener dinero para la alimentación, hospedaje y sus tikets de regreso.
Señala que en esos días se habían suspendido las conexiones de los vuelos hacia El Salvador y desde Quito no se les podía enviar el dinero de sus viáticos, por ello en la capital salvadoreña ellos se alimentaban en las zonas asignadas a los damnificados. En la noche ellos lavaban las únicas prendas que tenían para vestir y dormían en un hotel donde su estructura estaba muy afectada.
Pasaron alrededor de dos semanas hasta que les llegó el dinero y pudieron regresar al Ecuador.
La Guerra del Cenepa
En 1995, Holger con Alfonso Espinosa de los Monteros realizaron la cobertura de la Guerra del Cenepa. Estuvieron en Twintza. En ese tiempo los camarógrafos cargaban los radios, teléfonos y los woki toki. Félix Narváez era el jefe de Noticias de Ecuavisa, le llamó y le dijo: “Vente, porque te vas de viaje con Don Alfonso, porque él había pedido que yo lo acompañe en su viaje. Los jefes de información de todos los medios podían ir con una persona más, camarógrafo en este caso”.
Se escuchaba que el Perú ya se había tomado Tiwintza y todo lo que es el Cenepa. “Llegamos nosotros y nos dejaron en el helipuerto con botas, camuflaje y ropa militar. Decían tírense al suelo porque ya vienen los aviones militares y el tac tac de las balas de metrallas ya sonaba”. Hay imágenes sobre esos trabajos que lo pasaron por los 40 años de la democracia del Ecuador en Ecuavisa. Están esas imágenes grabadas por Holger y que le toco cubrir con don Alfonso.
Holger asegura que fue un viaje duro, pero a la vez lleno de mucho orgullo, al haber estado en esa difícil cobertura y con una personalidad de la comunicación ecuatoriana como es Alfonso Espinosa de los Monteros.
Itamaraty
Con Xavier Álvarez fueron a la firma de la paz en Itamaraty, Brasil. Álvaro Samaniego ya estaba en SITV. Xavier Álvarez cubrió todo el proceso de negociación, por ello viajaron en varias ocasiones Brasilia, además se fueron a Washington. A este tema el gobierno de Jamil Mahuad le dio mucha importancia. Fueron a Brasilia y tuvieron la posibilidad de entrevistarle al Rey Juan Carlos, porque él era uno de los principales testimonios de honor para que la firma de la paz tuviera la importancia del caso.
Esta cobertura la realizaron durante tres días. Estuvieron antes, durante y después de los preparativos. Con el canciller Galo Leoro Franco y el presidente Mahuad tenían en el avión conversaciones muy profundas sobre el proceso de paz del Gobierno. Antes “había una relación mucho más objetiva entre periodistas y autoridades, donde podíamos hacer nosotros verdadera investigación y poder proponer temas en las salas de redacción”. En esa época había mucho respeto a la prensa.
Las Brujas de Calguasig
En Ambato se venera a San Gonzalo, que está en la Iglesia Medalla Milagrosa. En ese tiempo se conoció que aparentemente había unas dos mujeres que se hacían pasar por videntes, quienes se aprovechaban de la ingenuidad de los indígenas de Quisapincha, en la zona alta de la ciudad de Ambato, les pedían dinero sobre todo a mujeres adolescentes que estaban pasando malos momentos, a quienes les pegaba el mal aire porque les habían hecho brujería o podrían estar ojeadas.
Una muchacha de 17 años falleció. Se secuestró a las brujas de Calguasig en el páramo de Quisapincha. Holger Vera acompañó primero a Xavier Álvarez y luego a Álvaro Samaniego en la cobertura, para hacer las notas completas. Fue una de las noticias que generaron mucha expectativa y curiosidad. Era 1996.
Otra de las coberturas que realizaron Holger y Xavier Álvarez fue a Nambija, en la provincia de Zamora Chinchipe, donde hubo un accidente minero de proporciones, hubo muertos. En el trayecto casi se volcaron. “Nosotros somos parte de la historia que está plasmada en nuestros corazones porque la sociedad no conoce los pormenores de lo que pasa en las coberturas en la vida de las personas que hicieron comunicación”, indica el ex reportero de Ecuavisa.
Don Alfonso en Nueva York
En el año 2000 Holger estaba pasando momentos muy difíciles en lo personal. Se había divorciado de su esposa, con quien tuvo tres hijos: Holger, Giovanny y Valeria Vera Cadena. Decidió irse porque unos sobrinos que vivían en los Estados Unidos le pidieron que vaya al país del norte. “Lo queremos tanto tío, me fue bien, pero con mucho sufrimiento” porque estando lejos de su tierra todo le hace falta.
En el 2006, don Alfonso Espinosa de los Monteros había sido invitado al desfile que la comunidad ecuatoriana hacia todos los años en Queens. Holger estaba presente en el evento que se realiza en Nueva York, de pronto ve al presentador de Ecuavisa.
“Yo tenía una cámara pequeña y empecé a tomar fotos. Yo le hacía con la mano que me vea. No sé la suerte o fue Diosito que puso que los ojos de Don Alfonso me vieran y me saludo también”. El presentador ibarreño le hizo una seña a Holger para que avance y así lo hizo.
La emoción fue grande porque no se habían visto varios años. Cuando Holger renunció a Ecuavisa, don Alfonso fue invitado a la China y no pudieron despedirse. Se encontraron después de que Don Alfonso dio su discurso. El alcalde de Nueva York era Michael Boomberg. Terminó el evento y don Alfonso bajó de la tarima y se dieron un abrazo de padre a hijo. “Fue algo tan bello que nunca voy a olvidar ese gesto de don Alfonso porque él es un personaje muy importante en el Ecuador y el mundo y se acercó donde esta humilde persona. Yo me emocioné y yo lo vi que sus ojos se nublaron porque a los tiempos nos volvimos a encontrar”, repite.
Don Alfonso le dijo “yo no quiero que sigas aquí. Yo sé que aquí andas barriendo y cogiendo basura, es hora de que regreses al Ecuador a trabajar en Ecuavisa”. Holger tenía como 8 años en Estados Unidos y le contestó que bueno que si quería regresar a Ecuador y así fue. Pasaron dos años y a su amigo Gastón González, productor de Ecuavisa en esa época, don Alfonso le dijo que Holger no puede seguir allá.
En Estados Unidos trabajó con José Velásquez en Nueva York, quien es un personaje importante en la televisión latina. Hacían trabajos para el Ecuador. También hizo algunos reportajes con Galo Arellano, para Telemundo.
A José Luis Velásquez lo conoció en Ecuavisa en 1998, cuando Ecuavisa estaba buscando un reportero y le hicieron una prueba y Holger Vera estaba de turno, quien le dio algunos consejos sobre postura, entonación, la forma como coger el micrófono. El comunicador atribuye que le dieron el trabajo por las recomendaciones que le brindó el camarógrafo, “porque es una persona que ha visto crecer y pasar a decenas de periodistas, que ha trabajado con leyendas del periodismo televisivo en Ecuador”.
En el equipo de futbol del canal, Holger era un excelente arquero y eso lo describe a él, “porque el arquero lo que hace es evitar problemas, evitar que lleguen los goles, evitar que perdamos y la función de Holger con la cámara era exactamente esa: ayudarnos a que todos ganemos, evitando que cometamos errores”, manifiesta Velásquez.
El camarógrafo de Don Alfonso Espinosa de los Monteros
El presentador de televisión fue parte fundamental de la trayectoria de Holger Vera Moreira. Con Alfonso Espinosa de los Monteros trabajó durante muchos años como camarógrafo, donde demostró responsabilidad, dedicación y amor por su trabajo.
“Con él cubrimos importantes hechos noticiosos dentro y fuera del país”, destaca el referente de la televisión ecuatoriana. Estuvieron en un momento cumbre para la vida del país, como fue la guerra del Cenepa: llegaron al destacamento de Tiwintza, cuando las fuerzas militares ecuatorianas estaban posesionadas de ese lugar, pese a la desinformación que llegaba desde el Perú, por parte del presidente de ese entonces, Alberto Fujimori, alegando que ese país había tomado ese destacamento”, recuerda el periodista.
Ecuavisa hizo el desmentido a escala nacional e internacional, incluyendo el mismo Perú. Holger fue clave en esa cobertura difícil en medio de la selva, en una zona de peligro, en medio de la guerra, pero se logró cubrir ampliamente, regresaron a la capital con la primicia el mismo día para transmitirla en el noticiero Televistazo.
Alfonso Espinosa de los Monteros indica que todos estos eventos informativos le han unido con Holger, de muchas maneras, como un gran amigo y colaborador. «Es un excelente camarógrafo, con un sentido periodístico completo. Sabe exactamente cómo debe tomar y cuando tomar una imagen”.
Ecuador TV
Con Gastón González, productor de Ecuavisa, se comunicaban permanentemente, hasta que le llegó la noticia que don Alfonso, le había dicho que le llame a Holger porque había un puesto en Ecuador TV. Eso fue en noviembre de 2007.
Holger en Estados Unidos tenía una cámara que era su herramienta de trabajo. Los fines de semana cubría bautizos, matrimonios, cumpleaños de la comunidad latina: colombianos, ecuatorianos, portorriqueños y dominicanos. Recuerda que tenía que entregar tres trabajos, porque un amigo peruano editaba los videos. Estos trabajos no los podía entregar inmediatamente sino en 15 o 20 días, porque el editor tenía muchos clientes.
Holger le indica a Gastón que no podía viajar todavía, porque debía entregar estos trabajos, por los que tenía que cobrar cerca de 1800 dólares. El productor de Ecuavisa le indica que ya se abría el canal del estado, el canal público. “Mira, ya hay puestos”. Holger se apresuró y sacó su pasaporte y entregó todos los trabajos pendientes.
El 8 de marzo de 2008 regresó a la capital. Era un sábado y se fue donde don Alfonso, quien le dijo el lunes tarde te espera Enrique Arosemena, gerente en Ecuador TV, con él ya había trabajado en Ecuavisa.
El salto por la ventana del Dr. Édgar Samaniego
Era diciembre del 2009. Holger Vera, fue el único camarógrafo que pudo captar la imagen cuando Dr. Edgar Samaniego, rector de la Universidad Central se lanzaba por la ventana, porque era agredido por un grupo de personas. Holger estaba acompañado por el asistente de cámara, Daniel Quelal.
Los integrantes del Frente Revolucionario de Izquierda Unida (FRIU) irrumpieron en las sesiones del rectorado. Diario El Universo publicaba que “Marcelo Rivera, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUE) tomó el micrófono ante el auditorio vacío y anunció que se suspendía la reunión del Consejo Universitario”.
El rector fue golpeado e internado en la Clínica Pichincha.
Enrique Arosemena
Holger cuenta que Enrique Arosemena fue el jefe que le dio un carro a Holger para que lo pague poco a poco cuando estuvo en Ecuavisa. “Tengo gratos recuerdos del Ing. Enrique Arosemena, gerente de Ecuador TV”. Cuando Holger se presentó en la oficina de Ecuador TV otro abrazo con él. Fue una emoción inmensa. Enseguida le hicieron el contrato y le dijeron que va a ganar 800 dólares. “Mañana tiene que estar en el aeropuerto para que se vaya a trabajar a la Asamblea, en Montecristi. Fue de una. ¡Vea la suerte que he tenido!”.
“Enrique Arosemena y Alfonso Espinosa de los Monteros son dos personajes muy queridos, porque fueron parte importante de mi vida profesional”, indica. Se encontró con grandes amigos como Patricio Costes, editor de Ecuador TV.
Holger
En 1985 el periodista Patricio Xavier Pérez daba sus primeros pininos en el mundo de la comunicación. Cuenta que Holger Vera fue su primer maestro cuando fue pasante en Ecuavisa. Destaca el profesionalismo y el detalle que le ponía Holger en cada toma, porque no es solo prender la cámara y filmar sino de buscar un ángulo adecuado y estar atento a lo que ocurre.
El periodista se acuerda de la Chevrolet Cargo blanco que tenía Holger, con ese carro se iban a todas partes. “Fueron grandes época con ese carro al que le sacamos más que el jugo para hacer nuestro trabajo”.
El tiempo pasó y llegó la jubilación. Fue muy duro para Holger retirarse de la televisión, porque 36 años de su vida estuvo al frente de las cámaras. Señala que los primeros seis meses fueron difíciles y de mucha nostalgia. Estaba acostado en la hamaca y veía televisión, enseguida le salían lágrimas, porque extrañaba su trabajo, pero el apoyo de su esposa fue fundamental. “Me encontré gracias a Dios con una mujer hermosa en todos los sentidos, por ello le doy gracias a Dios, por tenerla como compañera”. Se casó nuevamente hace 15 años y está radicado en una de las 33 parroquias rurales de Quito, Guayllabamba.
Sugiere a las nuevas generaciones hacer lo que él hizo: poner amor a todas las cosas de la vida. Al trabajo hay que ponerle todo de sí y llevarlo como debe ser. Nunca se imaginó trabajar en los canales de televisión más grandes del país y conocer a personalidades de la comunicación. “Una vez estaba trabajando en el Oriente, tenía la cámara que decía Ecuavisa, un niño se acerca y le dice “oye yo quiero ser como voz”. Qué un niño le diga esas cosas, Holger se sintió tan arriba.
Holger Vera Moreira dice que viene de una familia donde la sencillez y el trabajo son prioritarios y para él fue la base para llegar a los grandes medios televisivos. Con su cámara pudo recorrer el país y el mundo para llevar noticias e imágenes inéditas para los televidentes, por más de 35 años.
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Iliana Cervantes Lima
Voces de la Radio
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