Diego “Cheito” Grijalva, el mensajero de la salsa

Foto: Izquierda, Diego “Cheito Grijalva en 2017, en la Franquicia Los 40 Principales. Derecha superior, en 1994 Radio Centro entrevistando al cantante puertorriqueño Chayanne. Derecha inferior en Radio Súper Canal 12 de Sangolquí en 1982.

Siempre habla de recuperar la salsa y apoyar a los nuevos talentos de este género. Entre sus referentes están Cheo Feliciano, Tito Nieves y Rubén Blades. Aparte de la salsa, le gusta la música folklórica y el vals peruano.  Desde 1981 está en la radio y tiene 40 años de vida profesional. Algunos de sus familiares querían que sea médico o diplomático, pero le ganó la comunicación. Ha laborado en Súper Canal 12 de Sangolquí, La Rumbera, Sucre, Democracia AM, Centro, Genial y ahora tiene su propia radio on line Swing Latino Ec.

Diego “Cheito” Grijalva empezó con el gusto por la comunicación desde muy niño, a los nueve años. Su abuelo paterno, Pedro Grijalva, le regaló por Navidad una grabadora de periodista que era de casete y colgante, no las de mano que vinieron más luego. “Yo venía cargado esa grabadora para todo lado. Jugando con mis primos y los vecinos del barrio, haciéndoles entrevistas”. Esos fueron los primeros indicios en los que se forjó en esta carrera.

 

Su padre era músico, era saxofón. Un tiempo también hizo radio. Su madre, Gladys Haro, fue maestra de los colegios Quito Luz de América, Alejandro Von Humboldt y Panamericano. Diego nació el 15 de marzo de 1963, en la Clínica América, que funcionaba por la Escuela Espejo. Estudió en la escuela Hermano Miguel-La Salle, en San Blas; y luego pasó al frente al colegio La Salle, ubicado por la Basílica del Voto Nacional, por la calle Caldas. Cuando tenía 15 años, estaba en tercer curso, inició su curiosidad por los medios de comunicación. Se contactaba y “travesuriaba”, vía telefónica, con los programas favoritos de la época en las radios Atahualpa y Presidente. Recuerda uno de los avances: “Radio Presidente… Estamos en la avenida Amazonas, entre Roca y Carrión. Altos de parrilladas Pototo”.

Diego se ganaba premios en las emisoras. Le entregaban un disco de 45 revoluciones que iba a retirar con todo el gusto del mundo. También un paquete de maicena Iris, en Radio Punto 83, que era la Voz del Tránsito Nacional. “El bichito de la radio” le fue gustando más al conocer los estudios de locución, cuando iba a retirar los premios. Quería saber dónde estaba el locutor y cómo se manejaba la radio.

En una de esas visitas, Alan Flores Valenzuela, locutor de Radio Presidente, le permitió ingresar a la cabina de locución. “Eso se quedó en mí. Luego conoció a otro personaje de la radio, el Dr. Carlos Bracho Velasco, que era director de Radio Visión. Había un programa que se llamaba MusiVisión Lark, a partir de las 16:00. Estaba en el cuarto piso del edificio San Blas. Después la estación se trasladó a Guajaló. Al sur de Quito, donde tenían los transmisores, que era un galpón, y hasta allá se dirigió Diego. Ahí conoció a Ramiro Padilla, operador de controles. Podía divisar los tornamesas que eran extremadamente pesados. “En ese tiempo, ir para Guajaló era como hoy, en diferencias y en relación de tiempo, viajar a Latacunga o Ambato, porque en esa época las calles no eran pavimentadas, ni empedradas. Eran lastradas de tierra y tocaba pasar por charcos y lodo…”.

Diego, por situaciones de la vida, en quinto curso salió del colegio La Salle y empezó a trabajar. Se graduó en el colegio Mejía. Trabajaba de mañana y tarde y en la noche estudiaba en el plantel fiscal capitalino. La infancia y juventud de Diego se desarrolló por la zona de San Blas, La Basílica y el Colegio Mejía. Luego se trasladó a la ciudadela México frente al Colegio Montúfar. Se graduó del colegio e inició con la radio.

Súper Canal 12 y su pasión por la Salsa

 “Cheito” Grijalva cuenta que unos familiares tenían una radio en Sangolquí que en ese tiempo se llamaba Súper Canal 12, ahora es radio Súper K. Como le gustaba este medio les pidió ser parte de la estación.  Su primo, Oswaldo Calderón, me requirió un plan de programa”. Le gustó la propuesta y le dio un espacio el fin de semana. “Como todo el mundo, empezamos fin de semana, la noche o las madrugadas”. Era 1981 cuando inició formalmente.

Esta emisora se identificaba como “la primera radio salsera y merenguera del Ecuador”. Condujo programas con ese género musical. “Mi raíz de comunicador social fue la salsa”. Estuvo en Súper Canal 12 hasta 1986.

El paso a Añoranza

 

Diego comenta que Gonzalo Jiménez, gerente de la discográfica Industrias Famoso, le sugirió al Dr. Enrique Gallegos Arends, director de Radio Añoranza, que cree un programa de música tropical. A mediados de los 80, esta emisora era netamente de música de las décadas de los 50 y 60. El propietario era un amante de la música romántica con los boleros de antaño: Olga Guillot, Los Panchos, Leo Marini… El gerente de la discográfica le pidió que le “dé una buena vida a la emisora” e incluya música tropical, para ello le sugirió el nombre de Diego Grijalva. “Seguramente, por la chispa y la juventud que tenía en ese entonces, tomaron mi nombre para que empiece con este proyecto”.

Cuenta que el Dr. Gallegos Arends le dijo: “Diego usted me va a dañar la radio”. Le contestó. “No, Doctor, estamos tratando de innovar”. En esa época solo dos emisoras hacían música tropical: Radio Centro, con Luis Alberto Pumagualle y su programa “La Hora de la Salsa”. Y Radio Colón, con Eduardo Alvarado C., con “La esquina de la Salsa”. Los dos locutores tenían una trayectoria amplia y vieron en Diego una persona que podía aportar “frescura” al mundo de la radio y en el género tropical.

Emprendió los fines de semana. Este cambio se dio porque había un cliente que le solicitaba a radio Añoranza que quería pautar en un programa que tenga música tropical. Se hizo desde las 20:00 hasta las 22:00 los viernes. Se llamaba “Exitómetro Tropical” y era auspiciado por un licor afín a este género musical… Tuvo “pegue” el programa y lo extendió hasta los sábados.

El Dr. Gallegos valoró que había una preferencia muy especial del público hacía el programa. Un día, Gonzalo Jiménez y Enrique Gallegos Arends le llamaron a una reunión en las oficinas de Industrias Famoso, que estaba situado en el barrio La Luz, al norte de Quito. Le propusieron que se haga cargo de la música tropical en la estación, pero solamente las noches, desde las 18:00 hasta las 24:00. Lo hacía de lunes a sábado. Empezó a funcionar el cambio y le delegaron a “Cheito” la responsabilidad de organizar la radio para hacerla netamente tropical. En ese entonces, eran 18 horas música tropical. Difundían salsa, merengue, fusión tropical… En estos años todavía no sonaba el vallenato, tocaban cumbias, pero seleccionadas, porque no podían irse en contra de la línea de “elegancia” que en ese entonces tenía Radio Añoranza, que con el tiempo se convirtió en la primera radio tropical 100 por ciento en la Frecuencia Modulada.

Antes las radios se prendían a las 06:00 y se apagaba a las 24:00. “Yo ingresaba a las 18:00 hasta la medianoche. Me encargaba de apagar los equipos de la radio hasta el siguiente que iba el operador a las 06:00 y prendía. Cuando ya se la hizo completamente tropical, empezaron a ver como la identificaban porque ya no cuadraba Añoranza con la música que emitían.

La Rumbera

Diego cuenta que tiene una anécdota con el también locutor, Juan Carlos Ricaurte, que era su oyente desde Súper Canal 12. Cuando ya estaba en La Rumbera “me llama y me pide si es que podía ir a conocer los estudios de la radio”. Diego le contesta que sí. “Llegó en la noche y Juan Carlos se quedó extasiado viendo los estudios. Me recordaba a mí mismo cuando años atrás, Alan Flores Valenzuela me hizo conocer por primera vez unos estudios de radio. Ese momento me enterneció mucho”. 

Un día se encontraron a las 09:20 en el reloj del Banco Central, en el centro de Quito, y conversaron que había que ponerle un slogan a la radio, para hacerle afín a lo que estaban tocando. Entre algunas propuestas que se hacían surge “La Rumbera”. “Pongámosle Añoranza La Rumbera” y la empezaron a llamar así. Hasta que con el tiempo eso de Añoranza se quedó de lado y se empezó a llamar “La Rumbera 99.7”.

Juan Carlos vive en Estados Unidos y hasta ahora no son solo amigos y colegas, sino hermanos. Es de esas relaciones que se vuelven entrañables, donde se ha ido cultivando con el pasar del tiempo. “Cada vez que Juan Carlos está por Quito, tenemos la oportunidad de comunicarnos y nos unimos en un abrazo extraordinario.

De la Rumbera a Radio Centro

Antes había los lanzamientos musicales donde existía “una bella camaradería entre todos los locutores y comunicadores”. Indica que los lanzamientos discográficos eran el sano pretexto para encontrarse todos los profesionales de la radio para conversar y molestarse en buena lid. Había una unión extraordinaria. Recuerda que una noche de un miércoles en el Royal Horse, que ahora es la Salsoteca Lavoe, ubicado en la Iñaquito y Naciones Unidas, Roberto Álvarez Wandemberg se acercó y le dijo “oye Cheo quisiera conversar contigo. Podría ser mañana”. Diego le contestó “claro el jueves estoy ahí”. Se reunieron y el viernes empezó a trabajar en Radio Centro.

Se despidió de la Rumbera porque en ese momento la estación estaba viviendo una etapa especial, el Dr. Enrique Gallegos Arends tuvo la intención de vender o rentar la radio. Como había inestabilidad decidió salir cuando se le presentó la oportunidad de ir a 97.7. Fue en diciembre de 1990.

En esa misma temporada otra persona que era de una emisora competencia de Radio Centro le contactó, pero en esa emisora le convocaron para la siguiente semana, no fue inmediato, como sucedió con Roberto y optó por Centro. “Tal es así que el viernes me escucha el director de la otra radio. Me llamó y obviamente me dijo te quiero mucho…”, indica con una sonrisa.

En Radio Centro empezó los viernes y sábados y luego poco a poco se fue extendiendo el proceso. Igual que en Añoranza-La Rumbera. Hasta que le dieron un turno y empezó a conducir música pop y baladas en la década de los 90. En su primera etapa estuvo hasta 1996.

Radio Genial y la música tropical

Diego se retiró un año y medio de Radio Centro, porque el licenciado Gonzalo Rosero le convocó para ser parte de Democracia FM, que luego se convirtió en Radio Genial FM y ahora es EXA. Con el hijo del radiodifusor, Álvaro Rosero, emprendieron esta gran aventura de hacerle tropical a 92.5. El acercamiento con esta estación se dio porque Diego, un tiempo atrás, había trabajado en Democracia AM.

Para logar el objetivo de hacerla tropical, se convocó a personalidades de la radio como Ximena Ganchala, Adrián de la Torre, Manuel Velásquez, su primo Oswaldo Calderón, Luis Eduardo Villacís, entre otros. “Era gente que hizo salsa en diferentes radios. Fue la primera ocasión que lograron reunirse todos los que se habían identificado con el género en esa parte del tiempo. El propietario de la estación estaba satisfecho con la programación, pero la cuestión publicitaria era de análisis. La emisora tenía un transmisor de baja potencia, que no tenía gran alcance. La radio sin la cobertura necesaria no podía ir más allá y era lo máximo que se podía llegar en ese momento”.

Decidió salir en diciembre de 1997. Pasó un tiempo entre las radios Francisco Stereo y Colón. En 102.5 de 11:00 a 12:00 hacía su programa de música folklórica que se llamaba “Raíces” y de 12:00 a 13:00 conducía uno de música tropical. Luego llegó a Colón, dirigida por Marco Vargas Acosta. En esta estación con un amigo colombiano, Yesyb González, caleño, que se radicó en Ecuador, hicieron un programa de salsa.

En esos caminares de la vida se encontró nuevamente con Roberto Álvarez Wandemberg, quien le preguntó qué estaba haciendo y a qué se estaba dedicando. Era finales de 1998. Roberto le dijo ¿por qué no regresas a la radio? “Quiero hacer un proyecto contigo”. Conversó y la propuesta era no tener un turno de programación, porque todos los espacios estaban copados, sino que como se venía el cambio de siglo de 1999 al 2000, el ofrecimiento era que se encargue de hacer una serie de producciones de lo mejor del siglo. Aceptó la propuesta y llegaron a un acuerdo.

Radio Centro se caracterizaba por ser multi target. Se tocaba baladas, pop, rock, música en inglés, latinoamericana, salsa… Fue la época fuerte de la Lambada, la bachata de Juan Luis Guerra y otros éxitos.

Se dedicó a trabajar. Desde ese momento Diego “se enamoró de la producción”, porque antes era locutor-operador. El hecho de investigar, averiguar, preparar libretos, de entrar al estudio de grabación, armar las pastillas, las cápsulas le llevó todo 1999. Luego se quedó libre el turno de mediodía y lo cogió. Actualmente no tiene un espacio de lunes a viernes sino el programa de fin de semana, que es “Al Tope de los Éxitos”, en donde revisa los éxitos semanales. Está encargado de hacer producción con Jorge Gallardo.

Cheo, Cheito o Mr. Cheo

A Diego Grijalva siempre se lo conoce como Cheito, pero cómo nació este apodo. Cuenta que Mr. Cheo es un personaje ficticio que lo creó su primo Oswaldo Calderón, en Súper Canal 12, de Sangolquí. Se presentaba como la mayoría de los locutores-operadores. Oswaldo decía muy buenas noches, muy buenas tardes… les habla Oswaldo Calderón y en los controles está Mr. Cheo, pero este personaje no existía, hasta que Diego llega a la emisora. Ahí Oswaldo locutaba y Diego operaba. “Mr. Cheo se personificó en mí”. De ahí empezó estamos con Mr. Cheo Diego Grijalva y así le identificaban.

Hasta que, en alguna ocasión, David Muñoz, el director de la orquesta Onda Latina, hizo el lanzamiento de uno de sus discos. Entre tantas personas que agradecía utilizó por primera vez el diminutivo Cheito. “Agradezco a Cheito Grijalva y desde ahí se quedó arraigado El Cheito Grijalva. El diminutivo fue un identificativo que le dio a este personaje de la radio.

Muchos pensaban que era por su afinidad con la salsa. Creían que se llamaba Diego José, porque en Puerto Rico les dicen a los José Cheo, pero es Diego Andrés.

Swing Latino Ec

Hace 10 años se puso una radio on line Swing Latino Ec que es 100 por ciento salsera y comenzó a identificarse, no como Diego Grijalva, sino como “Mr Cheo, el mensajero de la salsa”. Asegura que tiene más audiencia internacional que nacional.

En este tiempo asegura que ha tenido más satisfacciones personales que en todos los 40 años que lleva haciendo radio al aire, porque ha recibido palabras extraordinarias de gente que no conoce, pero que son muy influyentes en el medio radial internacional. Su radio forma parte de la Alianza Internacional de Radio (AIR). Está en conversaciones con el Grupo Salsero Radial que se está fomentando desde Colombia para el mundo. Estas alianzas, indica, brindan otras perspectivas y dan pautas para mejorar, cambiar y ofrecer alternativas al escuchar la salsa.

Sus referentes en radio

Sus referentes en la radio son su primo Oswaldo Calderón, porque le abrió las puertas de Súper Canal 12 y le encauzó en la radio. Luego vinieron varias personas entre ellas Marcelo “El Chino” Hernández, Luis Alberto Pumagualle, Germán Carvajal, Sammy de la Torre, Guillermo Jácome Jiménez, Fabricio Cifuentes, Jorge Obando y en lo internacional Jota Fernando Quintero, locutor de salsa colombiano. En Nueva York Polito Vega, el rey de la radio, nacido en Puerto Rico y conduce el programa Salsa con Polito.

A Diego también le gusta la música folklórica y el vals peruano. Le escucha a una intérprete de ese país que se llama Maritza Rodríguez. El apego a este género se produce porque tiene parientes en el país del sur, quienes le hacían llegar los discos de esta intérprete que es muy querida en su familia.

Los intérpretes de la Salsa

Diego, cuando era niño, escuchaba Canal Tropical, que era una de las emisoras que pertenecía al Núcleo Radión, donde emitían la cumbia, la salsa y todos los géneros tropicales. El primer éxito que le agradó fue en 1974, lo cantaba Cheo Feliciano, “El niño mimado de Puerto Rico”, el tema era “El ratón” que es una canción emblemática. Esos años estaban en auge Willy Colón y Héctor Lavoe… “La salsa es una música social y es una cultura que ha hecho que, desde hace varias décadas, como lo define Tito Nieves, tiene 100 años de existencia y no nació en los 70. Inició en décadas atrás, con artistas como Benny More, Tito Rodríguez, Arsenio Rodríguez, el cieguito maravilloso y otras cuantas personalidades de este género de música tropical. “En mi gusto salsero tuvo mucha influencia Cheo Feliciano”.

Le gusta el tema “Tumbador” del Conjunto Clásico. El coro dice “tumbador dale una oportunidad al principiante que también quiere llegar…”. Tumbador se refiere al que ejecuta las congas, instrumento de percusión muy indispensable en el género salsero. “Me llamó la atención porque a la gente joven hay que darle oportunidades”, sobre todo a quienes tienen talento y están arraigados con ese gusto ese afán por llegar a donde ellos sueñan hay que apoyarlos y darles la mano. El mensaje que emite es fundamental.

Asegura que Rubén Blades es clase aparte dentro de la salsa, porque es compositor, arreglista, intérprete, político y abogado… Dentro de la salsa rompió esquemas haciendo canciones que duraban siete u ocho minutos, “cuando en ese entonces las canciones duraban tres o cuatro minutos, ya exagerando, y sobre todas las cosas él supo expresar a través de sus canciones el sentir del pueblo latinoamericano”.  Hay una palabra que se creó en torno a la música de Rubén Blades que se llama La Salsa Focila, que es folklore de Ciudad Latina, porque narraba a través de sus canciones las historias que sucedían en los pueblos latinoamericanos, destaca Diego.

Hay que reconocer a los nuevos salseros

Diego insiste en que una forma de recuperar la salsa es reconocer a los nuevos talentos salseros que hay actualmente “y que son muy buenos, porque tienen conocimiento académico y manejo de escenario”. En Colombia y Ecuador no se escucha salsa nueva, por eso hubo comentarios que la salsa murió, indica.

Tito Nieves tiene un espacio todos los lunes por Facebook y YouTube los lunes que se llama “Conversa con Tito”, en el que trata de fomentar y apoyar la salsa de la gente joven, de la gente nueva. “Eso deberían hacer los medios de comunicación porque no incluyen a los nuevos sino tocan lo mismo y lo mismo. No salen del mismo repertorio de todos los días y eso cansa”. No salen del “Llorarás” de Oscar de León, “Cali Pachanguero”, así como “Mi gente” de Héctor Lavoe y unos cuantos repetitivos que tocan y tocan, insiste “Cheito” Grijalva.

En Puerto Rico hay un programa que se emite una vez al mes y lo conduce el compositor y arreglista musical Norberto Vélez y se llama “Sesiones desde la Loma”, se presentan artistas que tocan en vivo. Es de una calidad impecable. “Uno se pregunta y esto porque no suena en la radio o en la televisión, porque estos artistas que tienen tanto talento no son difundidos”.  “Los medios on line somos los que llevamos la bandera de la salsa nueva para ser difundida”. Salseo Radio toca todo el día la salsa nueva que sale en Puerto Rico y sus alrededores.

Diego concuerda en que la salsa ya no es el contenido de barrio, del ciudadano de a pie, “pero hoy la salsa es más romántica, más con tendencia a la gente joven. La salsa es una cultura y un género musical que hay que respetarlo”. Hay que dejar un legado de ayudar, empujar y salir adelante cuando la gente lo necesita, acota. “Es necesario valorar a los nuevos cantantes de este género. Yo me imagino que estarían opinando, en su momento, Benny Moré o Arsenio Rodríguez, cuando escuchaban a Héctor Lavoe o Ismael Miranda.  Lo mismo las siguientes generaciones, qué estarían pensando Ismael Rivera, Héctor Lavoe, Justo Betancourt y otros cuando escucharon a Domingo Quiñónez, Tony Vega, Luis Enrique o Jerry Rivera. Jamás se escuchó nada en contra, por ello los nuevos talentos deben tener una oportunidad en los medios”, insiste Diego Grijalva.

Cheito cuenta que el músico y compositor de orquesta, Willie Rosario, más conocido como “Mister Afinque”, le denominó a la Salsa Romántica como salsa monga, como una música que iba sería superflua, pero ha pasado el tiempo y la salsa romántica es la que se ha impuesto. “No por ello significa que no exista salsa brava, como se suele decir porque hay artistas actualmente que hacen salsa dura y siendo artistas de salsa dura no se les apoya. Si no quieren apoyar a los salseros románticos apoyen a los nuevos de salsa dura que se desarrolló a inicios de los 70”, reitera. Afirma que ahora la salsa tiene tintes urbanos, pero no se está perdiendo la esencia de lo que es la salsa.

En Perú hay un movimiento de salsa bastante grande. Hay una intérprete que salió de una banda femenina que se llama Daniela Darcourt y su padrino internacional es Tito Nieves. También hay otras como Gaby Gutiérrez, Yahaira Placencia y el Septeto Acarey. “Perú actualmente es la bandera de la salsa en Sudamérica”, reitera.

Siempre es bueno abrir las puertas a nuevos talentos de la radio

Diego Grijalva asegura que siempre es necesario abrir las puertas a los nuevos talentos, y así lo ha hecho a lo largo de su vida, primero con Juan Carlos Ricaurte y luego con Darío Castellanos que es un apasionado de la radio. “Se ha convertido en mi familia dentro del mundo radial, con su hermano Wladimir y todos los que están alrededor”. Resalta el trabajo, el tesón y hasta el desenfreno que tiene por hacer radio. “Hoy ya no hay gente apasionada por la radio, porque solo quieren darse a conocer o lograr la fama”.

Darío es de esos jóvenes que ha dado ejemplo de que hay personas así, manifiesta Diego, quien señala que lo “lamentable es que los medios de comunicación, los canales de aire abierto, no les dan la oportunidad”. Darío fue el fundador de Radio Avenida Tropical que dirige actualmente su hermano Wladimir. “Él está embelesado y absorbido por la radio, se puso su radio on line DC Radio. Podría decir que Juan Carlos Ricaurte fue en los 80 y 90 y Darío es el Juan Carlos Ricaurte del 2020”.

La nostalgia

Siente mucha nostalgia de la radio de antaño, porque era un referente de la cultura de los pueblos y daba el ejemplo al ciudadano de comportamiento. Insiste en que todo evoluciona, pero los principios y valores no deben cambiar. En Radio Centro siempre se escucha el material previamente. “Si esa canción tanto visualmente como en el contenido no es radiable simplemente no la tocamos”.

Extraña la camaradería de antes, cuando se llevaban todos, sin importar el medio al que pertenecía. No importaba si eran de Radio Tarqui, Sonorama, Añoranza, Centro, Colón…. “Todos nos molestábamos, hacíamos bromas. La competencia radial en ese entonces era más fina era más delicada, más de altura, Había familiaridad y compañerismo”.

Aspira que la salsa vuelva estar en la cúspide como estuvo en las décadas de los 70 y 80. “Hay mucha gente que defiende la salsa vieja y está muy bien, yo también la defiendo, pero no podemos negarnos a apoyar a lo que se está produciendo ahora. Mi radio toca desde la salsa más añeja hasta lo que recientemente están botando a la calle las factorías salseras, pero no podemos negarnos a apoyar a lo que se está haciendo ahora”.

Para “Cheito” Grijalva la carrera más maravillosa es la comunicación. “Es la experiencia más placentera, aunque tiene sus agridulces, como en todo. No me equivoqué de haber elegido esta profesión”, concluye.

El video en el siguiente link:

La entrevista en el siguiente link:

Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

Publicar comentario

Puede que te hayas perdido