La crisis humanitaria nunca ha sido peor en Yemen

Trabajador humanitario carga un costal de frijol del almacén de distribución de comida del Programa Mundial de Alimentos en Sana´a, Yemen.PMA/Mohammed Awadh

Una vez más hay hambruna en el horizonte, escalada del conflicto, devastación económica y falta de fondos para las agencias humanitarias. Por si fuera poco, el COVID-19 se propaga sin control y un buque petrolero flota a la deriva frente a sus costas, dice el coordinador de la ONU para Ayuda de Emergencia. “Yemen vive los peores momentos”, agrega el enviado especial a ese país y apela a las partes en conflicto a sellar un acuerdo.

Las negociaciones entre el gobierno de Yemen y el movimiento houthi Ansar Allah iniciaron hace cuatro meses y aún no llegan a un consenso. El enviado especial de las Naciones Unidas para ese país, mediador de esas conversaciones, previó un futuro desolador si las partes no consiguen un acuerdo antes de que se cierre la ventana de oportunidad para que los yemenitas alivien su sufrimiento.

 

En un informe al Consejo de Seguridad de la ONU, Martin Griffiths recordó que el objetivo de las negociaciones es acordar una declaración conjunta que incluya un alto el fuego nacional, medidas económicas y humanitarias y la reanudación del proceso político para poner fin al conflicto en Yemen.

El diplomático indicó que si el gobierno yemení y los houthis no consiguen un punto de encuentro, el país entrará en una fase de más violencia, un avance descontrolado de la pandemia del coronavirus y una profunda crisis económica y humanitaria.

Los peores momentos

“Yemen vive los peores momentos. (…) He advertido sobre la delicada coyuntura en la que nos encontramos, es mucho lo que está en juego”, subrayó apelando a la cooperación de las partes.

Griffith reportó que la situación militar no ha mejorado durante el último mes, con las devastadoras consecuencias humanitarias y económicas que esto acarrea.

Detalló, por ejemplo, que en Hudaydah la violencia no ha disminuido y que cada vez se producen más violaciones del alto el fuego acordado para esa ciudad portuaria del Mar Rojo con la intención de permitir la entrada de suministros vitales para la población civil.

Para cerrar su informe, el enviado especial llamó a todos los Estados miembros, incluidos los del Consejo de Seguridad, a apoyar a las partes en conflicto para que alcancen un acuerdo que coloque a Yemen en el camino hacia un futuro de paz y prosperidad.

Griffiths concluyó subrayando que la responsabilidad principal recae en los actores de los enfrentamientos y que aseveró que las próximas semanas estará a prueba su voluntad política de llegar a un acuerdo.

Hambruna en el horizonte

En el frente humanitario, Yemen “nunca ha estado peor”, declaró el secretario general adjunto y coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU.

“Quiero ser claro en eso. La hambruna está de nuevo en el horizonte El conflicto escala nuevamente. La economía está hecha jirones otra vez. Las agencias humanitarias otra vez están al borde de la bancarrota. Y luego están los problemas nuevos: el COVID-19 se propaga sin control y tenemos al buque carguero Safer frente a las costas”, apuntó Mark Lowcock, quien también participó en la reunión del Consejo.

El alto funcionario expresó gran preocupación por la situación a la deriva del petrolero ya que, si llegara explotar o derramar el combustible los puertos de Hudaydah y Saleef quedarían inutilizados por semanas o meses, aislando aún más a Yemen y privando a su población de la asistencia humanitaria que entra por ahí.

En este sentido, Lowcock instó a Ansar Allah a que permita a un equipo acercarse al buque para darle rumbo y evitar una catástrofe humanitaria y ecológica.

Con respecto a la protección de civiles, informó que las hostilidades se han agudizado en todo el país con diez frentes activos más que en enero.

Sin recursos

Agregó que el acceso de la ayuda humanitaria es muy difícil y que las operaciones de asistencia se están quedando sin fondos, lo que ha obligado a las agencias de socorro a reducir muchas actividades esenciales.

Lowcock alertó de la propagación del coronavirus y explicó que, además de enfermar a la población en el país, la crisis mundial causada por la pandemia ha generado una reducción del 70% de las remesas que recibe de sus familiares en el extranjero. “Una encuesta reciente revela que la mitad de las familias has perdido al menos el 50% de sus ingresos a partir de abril”, detalló.

Finalmente, consideró que, con recursos adecuados, las agencias humanitarias podrían atender las necesidades más urgentes para evitar una hambruna. “Esto ahorría un sufrimiento innecesario a millones de personas, lo que a su vez ayudaría a abrir más espacios para el proceso político. El mundo tiene la misma opción que el mes pasado: ayudar a Yemen ahora o mirar al país hundirse en el abismo”, puntualizó. (I)

Fuente: PMA

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