El coronavirus paraliza el mundo, pero no el cambio climático

Una mujer en un campo de flores en Ardabil, Irán.

A pesar de la disminución de las emisiones por la disrupción de la pandemia, las concentraciones de dióxido de carbono alcanzaron un nivel nunca visto para la temporada en mayo, que a su vez fue el más cálido de la historia. “Es hora de volver a la naturaleza”, es el mensaje de la ONU que propone una recuperación socioeconómica de la crisis de la pandemia más verde y que proteja la biodiversidad que nos queda, así como el futuro de la humanidad. Desde Colombia, más países se comprometen en la lucha.

 

Los indicadores del cambio climático han alcanzado una nueva magnitud: el de 2020 fue el mayo más cálido registrado, y las concentraciones de dióxido de carbono también establecieron un nivel estacional nunca registrado, advirtió este viernes la Organización Meteorológica Mundial.

Los datos se revelan en el contexto del Día Mundial del Medio Ambiente, cuyo tema este año es la biodiversidad y la naturaleza, cada vez más amenazada por los efectos del calentamiento global.

La gente se sorprenderá porque la respuesta al coronavirus no ha disminuido los niveles de CO2. Pero pasa como con la basura en un vertedero: a medida que seguimos emitiendo, se sigue acumulando.

Según el Servicio de Cambio Climático de Copérnico en Europa, este mayo fue un 0,63 grados centígrados más cálido que el promedio de mayo de 1981-2010. Las temperaturas más por encima del promedio se registraron en partes de Siberia, donde estaban hasta 10 ° C más altas y causaron el deshielo temprano de los ríos Ob y Yenisei.

Lo mismo se observó en el oeste de Alaska, a lo largo de los Andes que limitan con Chile y Argentina, y sobre las regiones de la Antártida occidental y oriental. También hubo una temperatura mucho más alta que el promedio en el oeste de América del Norte, el extremo norte y sur de América del Sur, África central y sudoccidental y el sudeste asiático.

En contraste, hubo temperaturas muy inferiores al promedio en la mayor parte del centro y este de Canadá, en el este de Estados Unidos, el sur de Brasil, y partes del sur de Asia y Australia.

Dióxido de carbono disparado a pesar de la cuarentena de coronavirus

Las concentraciones de dióxido de carbono medidas en la estación de observación Mauna Loa en Hawai alcanzaron un pico estacional de 417,1 partes por millón este mayo, la lectura mensual más alta jamás registrada, según los científicos de la administración nacional oceánica y atmosférica de Estados Unidos.

Las concentraciones de CO2 están sujetas a fluctuaciones estacionales y regionales. El máximo estacional generalmente ocurre temprano en la primavera del hemisferio norte antes de que el crecimiento de la vegetación absorba CO2 de la atmósfera. Los niveles dióxido de carbono son más bajos para el resto del año.

«La gente se sorprenderá al escuchar que la respuesta al brote de coronavirus no ha hecho mucho para influir en los niveles de CO2. Pero la acumulación de dióxido de carbono es un poco como la basura en un vertedero: a medida que seguimos emitiendo, se sigue acumulando. La crisis ha ralentizado las emisiones, pero no lo suficiente como para aparecer perceptiblemente en Mauna Loa. Lo que importará mucho más es la trayectoria que tomamos al salir de esta situación «, afirmó el geoquímico Ralph Keeling.

Por su parte, el científico principal del Laboratorio de Monitoreo Global en Hawai, Pieter Tans, explica por qué el progreso en la reducción de emisiones aún no es visible en el registro de CO2.

“Continuamos comprometiendo a nuestro planeta, durante siglos o más, con más calentamiento global, aumento del nivel del mar y eventos climáticos extremos cada año. Si los humanos dejaran de emitir CO2 repentinamente, nuestras emisiones tardarían miles de años en absorberse en el océano profundo y el CO2 atmosférico para volver a los niveles preindustriales”, dijo.

Un mensaje para el Día Mundial del Medio Ambiente

Las actividades de este Día Mundial del Medio Ambiente hacen hincapié en que es “la hora de la naturaleza” y quiere subrayar el vínculo entre la salud humana y el planeta, llamando a alterar radicalmente nuestra relación con la naturaleza.

Para los líderes de las Naciones Unidas, así como para los científicos, es necesario aprovechar la coyuntura de la actual pandemia para recuperar la economía de una manera más verde que ofrezca un mejor futuro para las personas y el planeta.

«Los gobiernos van a invertir en la recuperación, y existe la oportunidad de abordar el clima como parte del programa de recuperación. Hay una oportunidad para comenzar a doblar la curva en los próximos cinco años”, expresó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.

Taalas ha enfatizado repetidamente que la desaceleración industrial y económica del COVID-19 no es un sustituto de una acción climática sostenida y coordinada para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Y es que, según el titular de las Naciones Unidas, António Guterres, la naturaleza nos está enviando un mensaje claro.

 “Estamos dañando el mundo natural, en nuestro propio detrimento. La degradación de los hábitats y la pérdida de biodiversidad se están acelerando. La disrupción del clima está empeorando. Los incendios, las inundaciones, las sequías y las super tormentas son más frecuentes y causan más daños. Y ahora, un nuevo coronavirus está haciendo estragos, minando la salud y los medios de subsistencia de las personas. Para cuidar de la humanidad, debemos cuidar de la naturaleza”, afirmó el Secretario General de la ONU.

Para Guterres, es necesario que toda la comunidad mundial cambie de rumbo, repensando lo que se compra y utiliza, adoptando hábitos y modelos agrícolas y empresariales sostenibles y salvaguardando las especies naturales y la fauna y flora silvestres que aún quedan.

“Comprometámonos con un futuro verde y resiliente. Mientras trabajamos para reconstruir mejor, pongamos a la naturaleza en el lugar que le corresponde: en el centro de nuestras decisiones. En este Día Mundial del Medio Ambiente, es hora de pensar en la naturaleza”, aseguró en su mensaje oficial para la fecha. (I)

Fuente: ONU

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