Joel Sánchez Aréstegui, la voz de México que conquistó Ecuador
Foto: Izquierda, Joel Sánchez Aréstegui cuando estaba en el “Trío Los Embajadores” en 1960. Pepe Quevedo y Guillermo Rodríguez eran los otros integrantes. Derecha superior, en el “Trío Los Embajadores” con Rafael Jervis y Bolívar Lara en 1958. Derecha inferior, Los Diplomáticos en 1963 con Washington Avilés y Guillermo Rodríguez.
Es mexicano de nacimiento y ecuatoriano de corazón. Formó parte de varios grupos, tríos y dúos musicales que dejaron huella en el corazón de los románticos de siempre: El Orfeón Infantil, El Trío Imperio, Los Embajadores, Los Madrigales, Los Diplomáticos, Los Reales, Los Supremos, Equinoccial, Internacional y el Dueto Joel y Joel, que lo integró con su hijo del mismo nombre. Hizo el acompañamiento musical de las grandes figuras del país como Carlota Jaramillo y las Hermanas Mendoza Suasti. Además, fue el primer inspector de la Asociación de Artistas Profesionales de Pichincha.
Joel Sánchez Aréstegui fue admirador de los grandes cantantes y tríos de la época de oro del cine mexicano, como Jorge Negrete, el Dueto Carmela y Rafael, el Trío Calaveras, las Hermanas Águila que con Gonzalo Curier, en el piano, interpretaban temas del compositor Agustín Lara, de Los Tres Caballeros y Javier Solís, a quien le decían “El Rey del Bolero Ranchero”, Los Tres Ases, Los Panchos y quien sería su gran amigo Marco Antonio Muñiz, cuando integraba el Trío Los Tres Ases.
De sus 50 años de carrera artística, 40 los hizo en Ecuador donde se quedó por amor. Su cuñado fue el requinto de oro, Guillermo Rodríguez. Es el compositor del tema “Quién sino tú”, dedicado a su esposa Susana. Sus grandes amigos fueron el guitarrista Nelson Dueñas, el compositor Luis Nieto, el músico y compositor Segundo Bautista, el compositor y músico Enrique Espín Yépez y el músico Heriberto Bedoya, conocido como “El Chinito”.
Guadalajara, Jalisco, México y el Trío Imperio
El compositor, músico y cantante azteca nació en Guadalajara, (Jalisco-México), el 22 de noviembre de 1931. Siempre fue un apasionado de la música. Sus padres, Benito Sánchez y Amelia Aréstegui, apoyaron su talento, pero cuando era de enviarle de viaje a otros lugares sí se preocupaban y no lo permitían. “Mi padre, desde los 10 años, integró en la ciudad de México El Orfeón Infantil”, cuenta su hijo Joel Sánchez Rodríguez. Esa hubiera sido la primera vez que hubiera visitado el Ecuador, porque se programaba una gira como parte del coro, pero su padre no dio el permiso “temeroso por la corta edad de su hijo”.
Luego, a los 18 años, cumplió el servicio militar y se produjo un paréntesis en su vida, que no cortó su interés por el canto. Era la época del bolero y las composiciones románticas, aprendió guitarra y requinto. Con la inquietud de la juventud, con dos amigos, entre ellos José Luis Pagaza crean el Trío Imperio. Joel estaba en el requinto y segunda voz. Los Panchos lideraban el gusto del público, por ello interpretaban sus temas. Eso les permitió ganar un concurso y obtuvieron un premio 300 pesos, que era una cantidad muy alta para la época, además de un contrato en la radio XEW, “La Voz de Latinoamérica”. A los jóvenes más que el dinero, lo que les impactó fue que tenían la simpatía popular y el gusto de los oyentes.
Joel hacía los estribillos y las introducciones de Alfredo Gil. Un día se presentaron en un teatro y él pensó que se caía el escenario, pero, en realidad, era que el público estaba muy contento por las interpretaciones y esa era la sonora respuesta de la gente: los aplausos.
El Rincón de Goya y Guillermo Rodríguez
En la capital de México había un sitio donde se concentraban las grandes figuras del canto, música y composición, era El Rincón de Goya. Se caracterizó por ser el sitio preferido de artistas que estaban apegados al bolero, a la música vernácula, es decir a la música folklórica mexicana. Había solistas, duetos, tríos, grupos flamencos, veracruzanos y de diversas regiones del país. En este lugar Joel puso de manifiesto su talento y llevó la música hasta esas instancias. Fue valorado por los expertos gracias a sus cualidades artísticas.
Joel Sánchez Jr. cuenta que la década de los 40, era la época de los tríos, había unos mejores que otros. Los precursores fueron Los Calaveras, ellos son de la época cuando no se había creado el requinto. Solamente se tocaba con guitarra y se cantaba a tres voces. Luego en 1950 el bolero ya era el rey y los tríos eran los consentidos del público, eso le apasionó a Joel.
En México, en Los Panchos estaba Alfredo “El Güero” Gil, quien es considerado como el creador y constructor del requinto. Estaba a la par el Trío Los Tres Diamantes, con Saulo Sedano, requintista y segunda voz. En esa misma década llegaron desde Ecuador “Los Embajadores”, lo integraban los azuayos Carlos y Rafael Jervis, primera y segunda voz, y quien ejecutaba el requinto era el quiteño Guillermo Rodríguez Vivas, a quien, Alfredo Gil, lo bautizó en México como “El requinto de oro de América”. El creador y precursor de este instrumento valoraba el talento del artista nacional.
En 1957, el Trío Los Embajadores se desintegró. Los hermanos Jervis se separaron, Carlos regresó a Colombia y Rafael se quedó en México. Guillermo, al no tener a sus compañeros para las presentaciones, se unió a dos mexicanos José Luis Corona y José Luis Núñez. Así integraron el Trío Los Madrigales. Realizaron múltiples presentaciones en el Distrito Federal. Se conoció con Joel en el Rincón de Goya, donde también se presentaba con su trío.
En una actuación, un integrante del trío se enfermó y perdió la voz totalmente, por ello “El requinto de oro” le invitó formalmente a Joel para que integre Los Madrigales. “Mi padre, en primera instancia, le dijo: yo sí le conozco a usted, se llama Guillermo Rodríguez, creo que me está jugando una broma, porque usted es del Trío Los Embajadores”. Después se dio cuenta que la propuesta era verdad y empezaron a trabajar.
Gira de retorno de Los Embajadores, Joel Sánchez llega a Quito
Era 1956 y apareció Rafael Jervis, quien le propuso a Guillermo Rodríguez recuperar el nombre y la trayectoria del Trío Los Embajadores. El músico lideró la idea de reagrupar y dar vida a Los Embajadores en una segunda etapa: “Guillermo Rodríguez, requinto y tercera voz; Rafael Jervis, primera voz y guitarra y Joel Sánchez, segunda voz y guitarra.
Este trío se caracterizó por interpretar varios estilos musicales: pasillos, valses, albazos y boleros. Entre los temas que más se escuchaban del trío estaban: “Ronda, ronda rondadora”, “El provinciano”, “El Gran Bohemio”, “Confesión”, “Sé que me matas”, “Cuando seas mía”, entre otros.
Tal era el éxito de Los Embajadores que, en 1957, realizaron una gira desde México, hacia Centroamérica y Quito-Ecuador. Los medios de comunicación de la época lo denominaron como el “Retorno Triunfal de Los Embajadores”.
Susana Rodríguez Vivas
En la capital ecuatoriana, Guillermo Rodríguez Vivas vivía con sus padres, Eduardo y Zoila, así como sus hermanos, en el barrio de San Roque, en el Centro Histórico de Quito. Su casa estaba ubicada en las calles Alianza e Imbabura.
El músico ecuatoriano invitó a Joel a su casa, donde conoció a la hermana menor del cantante, Susana, de quien se enamoró. Joel tenía 26 años y Susana 14 años. Luego de cuatro años se casaron. En esta casa se realizaban los ensayos para las presentaciones y se convirtió en el centro de operaciones musicales.
Joel Sánchez Jr. recuerda que su papá contaba como anécdota que le preguntaban ¿Guillermo es su cuñado? Y el respondía “no, yo soy el cuñado de él, yo le robe a la hermana”.
Otro integrante en Los Embajadores
Luego de un tiempo el músico azuayo, Rafael Jervis, decidió dejar el trío e ingresó Jaime Pacheco, como primera voz. Inició una nueva etapa y grabaron discos con temas nacionales y extranjeros, bajo el sello Rondador y en la Revista Musical Ifesa. “Entre los pasillos estaban: “Noches Sombrías” y “Filosofía”; el albazo “Eso si que no”, el sanjuanito “Yesca”, los boleros “Aquella Melodía” y “Sufrir”, el vals “Reminiscencia”. Fue una etapa de mucha aceptación, a pesar de ello terminó el caminar de este famoso trío.
Al tener desavenencias con Rafael Jervis, decidieron cambiar el nombre del trío. Joel sugirió que se llamen Los Diplomáticos, porque estaba a la par de Los Embajadores, los nombres tenían relación y podría impactar en el público. Y así fue.
Trío Los Diplomáticos y Quién sino tú…
A inicios de la década de los 60, Joel con su cuñado Guillermo incorporaron a un nuevo miembro para formar un nuevo trío, que haría la primera voz, se trataba de Pepe Quevedo, quien era oriundo de la provincia de El Oro. Fue parte del grupo Los Lemarie y compartió también con Homero Hidrobo.
En 1961, en México se prensó unos dos temas en un sencillo de 45 revoluciones, de acetato, para el sello Peerless. La una canción era un bolero cubano llamado “Qué chiquitito es el mundo” y la segunda composición, el bolero “Quién sino tú”, de este último tema Joel fue el compositor y se inspiró en su compañera de vida, Susana Rodríguez Vivas, con quien tuvo tres hijos: Joel Alejandro, Ivonne Guadalupe y Daniela Irán.
En el programa “La Historia de mis Canciones” que se emitía por Radio Quito, cuyo avance decía: “Los más famosos compositores de aquellos tiempos, hablándonos de la verdad y la leyenda. El cómo y el porqué de sus más famosas composiciones. Dispónganse a escuchar… La Historia de mis canciones”. De pronto, salía la voz del conocido locutor Gustavo Cevallos que decía… “Con ustedes el compositor y cantante Joel Sánchez”. El intérprete y músico mexicano señalaba… “Les habla Joel Sánchez, en México se pensó en una canción que compuse en el año 1960, ya que yo estuve más o menos en el año 1957. Esa canción me nació, porque me inspiré precisamente, en lo sublime, en la mujer que es la vida y la vida es la mujer. La grabamos con Los Diplomáticos. En la primera voz estaba Pepe Quevedo, en la guitarra y requinto Guillermo Rodríguez, a la cual titulé, Quién sino tú, y la inspiración fue para la compañera de mi vida… muchísimas gracias…”
La letra dice así: “Quién sino tú, que me tienes sufriendo de amor. Dame el placer de apartarme de tanto dolor. Si mi vida, mi pecho y mis manos solo son de ti. Tú comprendes por ti estoy penando, me siento morir. Quién sino tú estás lagrimas puede secar. Quién sino tú a mi alma podrás consolar. Quién sino tú como llanto de luna en mi ser, como brillo de sol en mi amor. Dime quién sino tú…”.
La despedida del programa decía: “Y así hemos presentado, una vez más… La Historia de mis Canciones” … La narración personal de los más famosos compositores de nuestros tiempos, diciéndonos cómo y porqué nos dieron sus más hermosas composiciones. Gracias y hasta muy pronto con la charla de los compositores favoritos que nos cuentan una a una… La Historia de sus canciones…”.
El compositor Víctor Valencia
Joel y su familia habitaban en la ciudadela Luluncoto, centro-sur de Quito. En este lugar vivía también el compositor Víctor Valencia, quien fue condecorado por los presidentes Carlos Alberto Arroyo del Río y Camilo Ponce Enríquez, porque fue el mejor calígrafo de Latinoamérica. Trabajó en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Entre los pasillos que fueron creados por el compositor oriundo de Machachi estaban: “Lejos de ti”, “Oye mujer”, “Mi voluntad”; los yaravíes “Quiero”, ¡“Aborrezco y Olvido! Los albazos “Hay no se puede” y “Tormentos”, entre otros.
Hicieron una gran amistad con toda la familia. Joel siempre conversaba con él e intercambiaban anécdotas y canciones. Fue una temporada de muchos conocimientos, pero luego la familia Sánchez Rodríguez se trasladó a vivir al barrio de San Roque.
Otra primera voz se incorpora a Los Diplomáticos
Luego de un tiempo, Washington Avilés se unió como primera voz al Trío Los Diplomáticos. Los ensayos continuaban en las calles Alianza, entre Imbabura y Chimborazo. Estaban también Joel Sánchez y Guillermo Rodríguez.
“En esa época grabaron varios pasillos, entre ellos: “Inspiración” y “Lamento”, el vals “Culpable”, la tonada “Ensueños”, de Marco Vinicio Bedoya. Hubo composiciones de Heriberto Bedoya, como el sanjuanito “Dulce Amor” y el vals “Estoy Enamorado”, así como el pasillo “Negras Pupilas”. Fue una época de mucha aceptación. Caminaron un buen tiempo juntos, pero los integrantes de Los Diplomáticos se separaron. El trío se disolvió. Esto era común en esos años, tomando en cuenta que su tío Guillermo, cuando fue parte de Los Embajadores también salió e ingreso el requintista Bolívar Lara.
Trío Los Reales
Con la separación de Los Diplomáticos, Joel empezó como solista. Hasta que un día, en Guayaquil, Carlos Dueñas, quien fue primera voz y parte del Trío Los Andinos, Los Tres de América y Los Tres del Ecuador, junto a Guillermo Rodríguez y Arturo Hidalgo, tenía una buena amistad Homero Hidrobo.
En el mundo de la música nada estaba escrito. Eran unos años en los que los tríos y dúos eran parte de los escenarios musicales. Coincidentemente, en 1966, se separaron los integrantes de otro trío que tuvo aceptación, no solo en el Ecuador, sino en Latinoamérica: Los Brillantes, que estaba conformado por los músicos quiteños Homero Hidrobo, Héctor Jaramillo y la argentina Olguita Gutiérrez.
El cantante riobambeño Carlos Dueñas, conocedor del talento de Joel Sánchez, le contó al hijo del cantante mexicano que, previamente, a Guayaquil había llegado una cantante argentina de una excelente voz, se trataba de Amelia Bertha Martín, quien luego se haría llamar Consuelo Vargas. Interpretaba tangos argentinos y pasillos ecuatorianos, eso impresionó mucho a Homero Hidrobo. Se trasladaron a Quito y contactaron al único músico, cantante y guitarrista con el que deseaban integrar al grupo: Joel Sánchez “El Mexicano”. Homero llegó a la capital y le propuso integrar un nuevo trío. Joel aceptó.
En 1966, se unieron estos tres talentos y formaron el Trío Los Reales. México, Argentina y Ecuador son los países de origen de estos tres músicos. Joel Sánchez, Consuelo Vargas y Homero Hidrobo iniciaron una nueva etapa en la música. Fue un trío que compaginó en los ensayos y las presentaciones. Acoplaron sus voces y entraron en el gusto de la gente.
Ya estaban las voces unidas y formaron un trío lleno de armonía, pero ¿qué nombre le pondrían? Joel le sugirió a Homero: “Mira maestro, en México hay muchos grupos que se llaman Los Gallos reales, ¿por qué nosotros no le damos ese sentido de realidad y no de nobleza? “Que seamos reales porque somos palpables y tangibles. Estamos al alcance de las personas”. Esa idea fue aceptada inmediatamente por el músico quiteño. “De acuerdo Joel de hoy en adelante somos El Trío Los Reales”.
Al primer LP le titularon Ronda de América, constaban 12 temas en discos de acetato. Se grabó en las instalaciones de Fadisa, que estaba situada en el antiguo camino a Conocoto, por San Rafael. Dentro de esos temas se incluyó la balada rítmica “Soledad”, que se convirtió en una especie de himno para el trío. Donde se presentaban, dentro y fuera del país, pedían ese tema.
Ganaron un disco de oro por tener un récord en ventas. El trío obtuvo muchos reconocimientos por parte de los gobiernos seccionales del país y del Gobierno Nacional, como el del presidente Otto Arosemena Gómez. Recorrieron toda América. En Estados Unidos, Perú y Chile fueron algunos de los países donde fueron ovacionados por su talento.
Con la compañía de Ernesto Albán, cuyo propietario hacía el personaje quiteño de Evaristo Corral y Chancleta recorrieron Estados Unidos. El trío se mantuvo con los tres integrantes desde 1966 hasta 1979, cuando falleció Homero Hidrobo.
Grabaron cuatro LPs: el primero “Ronda de América”, el segundo “Con ustedes Los Reales”, donde hay temas, pasillos, valses, y boleros. Los temas que destacaron fueron: “Pasional”, “Imploración de amor”, “Hacia el ayer”, “Pequeña ciudadana”, “Mentías”, “María sueños”, “Como una visión”, “Te voy a besar”, “Bravo” y un mosaico mexicano donde incluía “Cielito lindo”. El tercero “Por Amor”, que era un disco totalmente orquestado con músicos de la Sinfónica y el piano de Segundo Bautista, no había intervención de requintos ni guitarras, y el cuarto “Puerta de Oro”, que era un vals y se incluía otro vals “Regresa”, “La vida mía”, “El último brindis”. Hubo boleros como “Amor en las nubes”, “Sin mí”, “Pedestal”, “Todo acabó” que tenía arreglos sinfónicos, porque este tema lo grabó previamente Johnny Albino y su Trío San Juan.
Chabuca Granda
En una de las innumerables que giras que tuvo el trío Los Reales por Perú, expusieron el pentagrama musical ecuatoriano. En un encuentro casual con Chabuca Granda, compositora de los valses “Flor de la canela”, “Fina estampa”, “El puente de los suspiros”, cantaron el vals “María Sueños”. La compositora estaba sentada en la alfombra de una sala y se puso cómodamente a escuchar al trío la versión de su composición. Lloró de emoción y les felicitó porque era la mejor versión que había escuchado de su creación. También se presentaron en Chile, cuando iniciaba el programa de variedades “Sábado Gigante”, con Mario Luis Kreutzberger Blumenfeld, más conocido como Don Francisco.
Joel Jr. considera que los discos hubieran sido más, porque hubo la idea de crear dos más de larga duración, que tenían el auspicio de Mutualista Benalcázar y el Municipio de Quito. Además, hubo una invitación del Gobierno de España para participar en ese país. No se pudieron concretar estos proyectos, porque falleció el maestro Homero Hidrobo, el 25 de agosto de 1979.
Los Supremos y María Esther Bowen
Después de muchos años de éxito en Ecuador y luego del fallecimiento de Homero Hidrobo, Joel formó parte del Trío Los Supremos que lo creó al inicio con su compadre Jorge “chino” Cando, Joel era padrino de su hija, Lilián Guadalupe.
La primera voz femenina era de María Esther Bowen, “La Alondra del Ecuador”, nacida en Pasaje, provincia de El Oro. Se mantuvo por un tiempo, pero los otros dos miembros se separaron para iniciar una carrera en solitario. Luego Joel mantuvo el trío, pero con otros integrantes: Consuelo Zambrano, el requinto y la tercera voz de Félix Sixto Galarza. Estuvieron así hasta inicios de la década de los 80.
De vuelta a México y el Dúo Joel y Joel
Joel decidió retornar al país que lo vio nacer: México. La idea era conocer a la familia. Viajó con su esposa e hijos, para abrazar también a sus parientes y amigos luego de 24 años de ausencia. En este país participó en las festividades del 10 de Agosto, en 1981. Ahí también estaban el actor quiteño, Jorge Fegan Pólit y Leo Rivas (El Duende).
En la residencia presidencial Los Pinos de México DF, Joel Sánchez Aréstegui, junto con el violinista Enrique Espín Yépez, quien era su amigo en el barrio de San Roque, le ofrecieron una serenata de bienvenida –con música ecuatoriana- al flamante presidente de la República del Ecuador, Jaime Roldós Aguilera, quien había ganado en las elecciones al candidato del Partido Social Cristiano, Sixto Durán Ballén. Estaba acompañado de su esposa, Martha Bucaram.
En la semana cultural que organizó la Embajada y la colonia de ecuatorianos residentes en México, se apreciaba la poesía y escritura. Hubo una estampa quiteña donde participó el actor quiteño Jorge Fegan, quien se caracterizó por su sencillez y calidad humana. “Con su bigotote y sus lentes, era un señor muy cordial”, indica Joel Sánchez Rodríguez.
Dentro de la estampa quiteña hubo una serenata quiteña. Joel Jr. le dijo a su padre, “si desea, podemos cantar porque yo me sé pasillos y varios temas”. Su papá con mirada un poco incrédula le dijo: “seguro”. A su hijo le gustaba la música desde la escuela y el colegio. Realizaba los deberes escuchando como fondo la música de Los Tres Ases, Los Panchos, Los tres Caballeros, Javier Solís, Marco Antonio Muñiz…
Su papá le contestó: “haber, intentemos” y cantaron temas como: “Invernal”, La oración del olvido, así como albazos. Se presentaron en el Foro Cultural Contreras, con capacidad para 1 500 personas, la mayoría era público mexicano y les gustó la música nacional. Así nació el dueto Joel y Joel. Ese día Joel Jr. también hizo dueto con una artista guayaquileña Fresia Vasco, radicada en México. Le hizo segunda voz. Cantaron el albazo “Si tú me olvidas” y “Vasija de barro”.
En México, en 1983, nació un dueto Joel y Joel que estaba integrado por Joel Sánchez papá y Joel hijo. Los dos artistas interpretaban la música ecuatoriana para el público mexicano. Lo hicieron en el evento denominado “El Ecuador en México”, que fue organizada por la colonia de ecuatorianos residentes en México y la Embajada del Ecuador en el país azteca. La semana cultural se cerró con el juego del 40, en las instalaciones de la sede diplomática. Se prepararon platos típicos como la guatita.
En 1983 la familia retornó de México: Joel y Susana, sus hijos Ivonne y Joel. Su madre regresó embarazada de su hermana Daniela Irán. Continúa el Dúo Joel y Joel. Se presentaban en la Ñucanchi Peña, Pan y Canto, dirigida por Gustavo Carrera y Pachamama, de don Milton Rodríguez.
Primer inspector de la Asociación de Artistas Profesionales de Pichincha
Joel siempre estaba interesado por el gremio artístico. Por esta razón fue electo el primer inspector de la Asociación de Artistas Profesionales de Pichincha, ahí pudo dar la bienvenida a varios artistas de su país, entre ellos Angélica María y Marco Antonio Muñiz, conocido como “El Lujo de México”, quien fue su buen amigo desde cuando conformó Los Tres Ases. Fue un encuentro muy sentido. Lo invitó a un lugar tradicional en ese entonces en la capital ecuatoriana “La Cueva del Oso”, que era de propiedad del señor Rafael “El Oso” Mosquera, para recordar esa época bonita de la música en sus inicios. Estaba ubicada en el Centro Histórico, en la calle Chile, entre García Moreno y Venezuela.
Los dos artistas mexicanos eran buenos conversadores. Joel le enseñó a Marco Antonio el juego del 40. A este sitio acudían cantantes, locutores, periodistas. En La Cueva de Oso se consumía el famoso Flores de barril, el aguardiente del guagua montado. Era un sitio de camaradería, amistad y alegría.
Rincón La Ronda Restaurante
Joel fue parte de otros tríos muy famosos de la época. En 1984 integró el Trío Equinoccial, conformado por Washington Avilés y Fausto Gallardo, requintista y arpista. Luego ingresó Víctor Sosa, como primera voz en remplazo de Washington Avilés. La segunda voz y guitarra fue Joel. Laboraron en el Rincón La Ronda Restaurante, de propiedad de Luis Cisneros. En esa época estaban en boga y en el lugar Los Hermanos Yacelga: Luis Fernando y Jorge.
Salió del Rincón La Ronda con el Trío Equinoccial y retornó al año siguiente, en 1986, con el Trío Internacional. Sus compañeros eran Luis Heredia, como primera voz; y Washington Coba, en el requinto.
Joel Jr. estudiaba programación e informática, después de los horarios nocturnos de clases, iba al restaurante a escucharle a su papá. Una noche se registró una anécdota. Lucho Heredia tuvo una dificultad de salud y faltó dos días. “Mi padre me dice: oye mijo, échanos una mano”. Estaba en jean con un buso informal y los libros de estudio. Lucho Heredia había dejado en el camerino del restaurante su estuche con las maracas. Le facilitaron un terno de los meseros: una camisa cuello militar y su padre, como no había botones, le puso un botón de oro que tenía en su solapa de un reconocimiento que les hicieron al Trío Los Reales en una boîte en Nueva York, ya no necesitó corbata. Salió a cantar las dos noches, “ese era el Trío Internacional de casualidad”. Así volvió a incursionar en la música.
Washington y Lucho salieron. Se quedaron Joel y Joel como el Trío Internacional, pero con otro arpista: Wilman Huachi, oriundo de Píllaro, quien aprendió a tocar el arpa con Gonzalo Castro, el maestro de arpa ecuatoriano.
El acompañamiento y marco musical
Luego la salud de Joel se afectó. Tuvo problemas de nódulos y de pólipos a nivel de cuerdas bucales, perdió muchísimo la voz y su calidad vocal no estaba a la altura y se retiró un tiempo. Joel Jr. se quedó en el Trío Internacional junto a Wilman y Pepe Rivadeneira. Laboró como 8 años.
Para afectarse más todavía su garganta, una tarde, Joel padre regresando de una visita a sus cuñados que vivían en el sur, sufrió un asalto en pleno centro. “Le hundieron la manzana de Adán (cartílago tiroides)”. Eso ahondó más el problema de salud. Desde ahí perdió la facultad para cantar.
Joel integró nuevamente Los Reales que se había convertido en dueto con las voces de Consuelo Vargas y Eduardo Erazo, Joel en el acompañamiento. El público los reconocía, el cariño estaba latente.
Joel no podía dejar su pasión por la música. Aparte de los tríos famosos también hizo el acompañamiento musical y alternó con iconos del país, como Bolívar “Pollito” Ortiz, Nelson Dueñas, Segundo Guaña, Guillermo Velarde, entre otros”. Acompañó con la guitarra, en Radio Quito, a la reina de la canción nacional: Carlota Jaramillo, las Hermanas López Ron, Mendoza Suasti y Los Hermanos Miño Naranjo.
Su vida artística en Ecuador
Sin lugar a duda, Joel Sánchez es una de las personalidades de la música que más amó al Ecuador, donde formó su familia y afianzó su talento musical. 50 años dedicó a la música, 40 de ellos en la Mitad del Mundo. Alan Flores Valenzuela lo califica como una persona jovial, tranquila sencilla, que supo ganarse el cariño y respeto de todos quienes lo conocían y valoraban su talento.
Tenía una sonrisa en la que se podía notar su transparencia. “Siempre estuvo acompañado de su aterciopelada voz, su mágica guitarra, su lealtad y, sobre todo, su calidad humana e integridad”, cuenta su hijo Joel.
“Mi padre supo reconocer y puso todo su amor en este país lindo, que es el Ecuador que lo acogió, por ello lo consideró como su segunda Patria. Aquí el dio el todo por el todo. Dio al máximo su arte, su voz, su manera de ser, su don de gentes. Todo le entregó al Ecuador. Mi padre fue millonario en amigos, porque supo ganarse el corazón de la gente”.
Sus amigos
Cuando Joel y su familia vivieron en el Centro Histórico de Quito, en el entorno no solamente había grandes músicos, sino amigos de verdad como Nelson Dueñas. Al frente de la casa de Joel vivía el compositor Luis Nieto. En La Chilena estaba Segundo Bautista. Antes de irse a México, al final de la calle Alianza, en la escalinata, vivió Enrique Espín Yépez. En La Cruz Verde vivía su compadre don Heriberto Bedoya, conocido como el “Chinito”, de él grabaron el sanjuanito “Dulce Amor”, el pasillo “Negras Pupilas”. “Con estos personajes eran encuentros inolvidables donde compartían música, anécdotas e historias.
Joel Sánchez dejó un legado de pasión por la música, porque al interpretar las canciones, las sentía y las vivía. Amó la tierra donde nació y la que lo acogió. Su legado musical es reconocido no solo en Ecuador sino en México y Latinoamérica. Este mexicano de nacimiento y ecuatoriano de corazón dejó este mundo el 17 de agosto de 1997.
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Iliana Cervantes Lima
Voces de la Radio
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