Francisco Herrera Luna, un enamorado de la radio

Foto: Izquierda, Francisco Herrera Luna a inicios de la década de los 80. Derecha superior, en Contacto Directo con Francisco Borja Cevallos y Margarita Dávalos. Derecha inferior, en Ecuavisa con Alfonso y Gabriel Espinosa de los Monteros.

Siempre le gustó hablar en público. Cuando estaba en la primaria y en la secundaria, se subía a los escenarios para ser el presentador y animar los eventos estudiantiles. Sus referentes fueron el chileno Iván Silva Acuña, y los ecuatorianos Guillermo Jácome Jiménez, Gonzalo Maldonado Quijano, a quien califica como su maestro, y Fernando Fegan. Francisco Herrera Luna fue presentador de los canales 6, 8 y 4.

Trabajó con Edwin Almeida, Lolo Echeverría, Diego Oquendo, Mercedes Erazo, Francisco Borja Cevallos, Ana María Granizo, Margarita Dávalos, Alfonso y Gabriel Espinosa de los Monteros. Fue parte de las radios Atahualpa, Gemas, Ecos de la Montaña, Musical, Latina en sus inicios, Centro, Sonorama y Zaracay.

Nunca pensó que iba a ser parte de la radio, pero siempre le atrajo el micrófono y la comunicación.  El día en que sus padres oyeron que estaba locutando en la radio se asombraron, no sabían que su hijo quería ingresar en este mundo de la voz. Le escuchaban practicar la lectura, no pensaron que esa sería la dirección profesional de su vida, hasta que un día, les pidió que le sintonicen, que estaba en el informativo. Al inicio, no le creyeron. Después, les encantó escucharlo. Su mamá le decía “mijito que bien se te oye, que Dios te bendiga, tienes que ser cumplido, siempre puntualito…”. 

De dónde sale la voz…

Cuando era niño, había las radios de tubos, se emitía programas de noticias, música y radioteatro. Francisco iba por detrás del aparato para ver quienes eran las personas que hablaban. Le preguntaba a su papá, Julio Herrera Sánchez, dónde está la gente. Su papá le explicaba cómo funcionaba una emisora; un día le llevó a la casa a una de las voces más cotizadas de la época, Fernando Fegan, de quien había sido su alumno en el Colegio Borja. En ese entonces ya trabajaba en Radio Quito. Con su padre conversaban sobre los años estudiantiles, pero con Francisco dialogó sobre locución y radio. “Con él inicié mis primeros pasos con el auspicio de sus conocimientos y experiencias”, destaca.

Antes, la jornada escolar era de 07:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00. Llegaba del colegio en la tarde y noche en las emisoras había radionovelas, a su mamá, Carmen Marina Luna, le gustaba escuchar esas series. “Toda la familia se reunía alrededor de mamá y de la radio para oír las novelas, ese era un gran entretenimiento”.

Posteriormente, salieron los radios transistor pequeñitos y era más fácil llevar el aparato a cualquier lugar. Sintonizaba la emisora de preferencia y cuando se acababa las pilas había que sacarlas al sol, para que se carguen y el sonido volvía a la radio.

Escuchaban Kadir el Gitano, protagonizada por Vicente Rojas. A Francisco una serie que le gustaba y le quitaba el sueño, por el suspenso y lo interesante de su contenido: El Gato, que transmitía Radio Nacional Espejo, una producción cubana narrada por Guillermo Rodolfo Valdez. La presentación decía: “La famosa crema Colgate y el jabón embellecedor Palmolive presentan: las aventuras de Roberto del Cid El Gato… Un extraño personaje que surge de las sombras para acabar con el crimen…”.

Francisco, a los 11 años, se trasladó a estudiar en Ibarra, en el convento de los padres capuchinos, donde fue compañero de Marcelo Hernández Llerena. Esos años fueron de aprendizaje y nostalgia, pero en Quito estaba la realización de su pasión profesional: la radio.

“Radio Atahualpa, Que informa primero e informa mejor”

Francisco era un adolescente interesado en la locución. A pesar de que le gustaban los escenarios y ser el presentador, cuando ingresó a los medios de comunicación, tenía un poco de miedo escénico. Poco a poco fue logrando seguridad y confianza. A finales de la década de los 60, a su compañero del colegio Juan Montalvo, Carlos Peñaherrera, le gustaba que locute, porque podía imitar a varios presentadores populares de la época, como el chileno Iván Silva Acuña, y el cubano Guillermo Rodolfo Valdez. Le acompañaba a una y otra radio porque le gustaba “el color” de la voz de su amigo. Le decía: tú tienes el prospecto para convertirte en un locutor. Así conocieron las radios Gemas y Atahualpa, en esta última conoció a una persona que sería decisiva en su vida: Gonzalo Maldonado Quijano, quien le enseñó y le entrenó para que se convierta en locutor.

Estuvo tres meses en el estudio haciendo todos los ejercicios de voz que son necesarios: respiración, dicción, vocalización, ritmo de la noticia… Luego de eso salió al aire, a las 07:00, en el noticiero HCMQ (HC eran las siglas para el Ecuador de la radio y MC era Maldonado Quijano). No se complicaba en ir caminando a la estación, ya que vivía en San Juan y la estación quedaba frente al cine Atahualpa, en la calle Venezuela. Estaba en el último piso del edificio. Llegaba siempre antes para revisar libretos e iniciar el informativo.

Esta estación se caracterizaba por tener un estudio amplio, con todos los implementos técnicos. Era impresionante ver las cabinas de sonido todo de cristal, separados por vidrios. Había el estudio de locución con un micrófono grande para leer las noticias. El sonidista tenía su lugar. En esa época la gente acudía a las estaciones, por ello los espacios eran grandes para todos los programas en vivo. Lo más impresionante era la sala de los teletipos a través de los cuales se receptaba la información internacional. “Hoy, hay la internet que es rápida y se obtiene la información al instante y no utiliza un sitio, pero en aquella época el teletipo era fundamental para alimentar los noticieros, con información actualizada. Radio Atahualpa era de las pocas que tenía este servicio informativo. En esta emisora estuvo casi un año.

El slogan del noticiero decía, “Radio Atahualpa, que informa primero e informa mejor”. Estaban personajes consagrados del periodismo, como Patricio Jarrín Hidalgo y otros compañeros con quienes había una diferencia de edad de dos tres años con Francisco. Estaban Enrique Saá Montés, quien hacía el noticiero de la mañana; también era parte del equipo Filemón Gracia Rodríguez, Ernesto Guevara, entre otros. En esos años las emisoras líderes en sintonía en la capital eran Tarqui, Espejo, Gran Colombia y Quito.

Radios Gemas y Ecos de la Montaña

En 1969 Francisco estuvo en Radio Gemas, una estación que se caracterizó porque fue la primera emisora en usar jingles cantados y orquestados. Eso se dio porque llegaron a Quito varios radiodifusores cubanos e introdujeron esta técnica en la radiodifusión ecuatoriana. Previamente, esta estación era una radio familiar, que pertenecía a los hermanos Patricio y Raúl Jarrin Hidalgo. La frecuencia fue traída de Otavalo, de una radio que pertenecía al padre de los locutores.

Los propietarios del medio se asociaron con los radiodifusores cubanos, transmitían radionovelas y series como “Tres Patines”, “Raffles, el ladrón de las manos de seda”, del autor José Ángel Buesa y la dirección de Sol Pinelli. Era una radionovela de intriga y suspenso. Tenía el auspicio de Mejoral. Ahí conoció al presentador de noticias, el Dr. Oswaldo Pulley, quien era médico y falleció víctima de la Covid, hace dos años. También estaban Terry Williams Aguilera, José “Pepe” Granizo Cisneros, Lito Pavón del Pozo y Víctor Emilio Sánchez.

Francisco también tuvo la oportunidad de participar en las transmisiones deportivas. Sus amigos de la secundaria fueron importantes en este proceso. En el colegio García Moreno, regentado por profesores de la Universidad Católica, era el Gonzaga (nocturno), ahí fue su compañero Edwin Almeida Marañón (fallecido), quien trabajaba en Canal Tropical y posteriormente en Radio Musical. Un día, Francisco lo visitó en la estación, era la época en que a todos los locutores querían ser parte de Radio Musical, pero para ello debían pasar las pruebas. Ahí surgió la posibilidad de ser parte de una emisora que se llamaba Ecos de la Montaña, ubicada en la Amazonas y Pinto, en el edificio donde también funcionaba el Núcleo Radión. Era una emisora que innovó la presentación de noticias, con textos cortos y lectura rápida, entre noticia y noticia había efectos electrónicos que le daban más dinamismo al noticiero. En este medio estaban Benjamín Ortiz, Marco Díaz, Raúl Guevara Falconí, los dos últimos ya fallecidos.

Francisco recuerda que en esos años se registraron manifestaciones en las calles, en contra del Gobierno de Velasco Ibarra. Las torres de transmisión de Radio Nacional del Ecuador resultaron afectadas y no podían emitir los programas. Ecos de la Montaña, 660 kcs, estaba junto a la emisora del Estado que se quedó con esa frecuencia. La gente que trabajaba en los 660 Kcs se quedó sin trabajo.

Radio Musical canal 57

El locutor y presentador buscaba incursionar en un medio que tuviera una programación actual, porque su sueño siempre fue estar en Radio Musical. Francisco ya era amigo de la gente del Canal 57 y del propietario de la radio, David Gleason. Junto a su esposa, Mary Lou Parra; su paso a la estación se dio cuando Alfonso Espinosa de Los Monteros contrajo matrimonio y viajó a Miami. Hubo una vacante, era muy difícil ingresar como locutor a ese medio, porque había personalidades con mucho talento dentro de ella, indica.

Así llego el día de su debut en Radio Musical 570 Kcs. De pronto, se encontró en el estudio “en medio de grandes estrellas de la radio, que se habían congregado, para dar la bienvenida al joven que empezaba a incursionar en la modalidad del disc jockey”. Eran Edwin Almeida, Gabriel Espinosa de los Monteros, Raúl Guevara, Marco Díaz, entre otros”.

El inicio no fue fácil porque se impresionó, estaba nervioso al ver a Mary Lou Gleason, a su esposo y a los locutores de la estación.  Eso le sirvió de motivación para permanecer en el número uno, icono de la juventud quiteña. Francisco se presentó y les agradeció, porque era una gran oportunidad de ponerse en contacto con el público.

Esta emisora se caracterizó por los jingles. Entre los principales estaban estos que decían: “Los 57, los 57, los 57 de la semana…”. “57 Radio Musical… 57 Radio Musical…”. Otro que era muy difundido decía “Hola, hola, hola que tal, yo soy tu radio Musical, gente joven, gente informal, en su mundo de Musical laralaralalarala con la música hola que tal…”. “Radio Musical, la campeona, la campeona, la campeona, la campeona, la campeona…”.

La primera vez, Francisco estuvo en este medio seis años, porque ya incursionó en la televisión. La segunda, fue en 1977 ahí permaneció cinco años más.

Llegó a la televisión en canal 6

Su ingreso a la televisión se dio por casualidad. Canal 6 tenía sus instalaciones en el Itchimbía, en el centro oriente de Quito. Se podía llegar en los buses que pasaban por el lugar. Francisco cuenta que un día llegó un ciudadano chileno a Radio Musical, se hicieron amigos y hubo un acercamiento con el medio.

El comunicador iba a realizar los comentarios, pero un día llegó y le dijo Francisco tienes que hablar de este asunto. Había fotografías, todo el material y un poco de texto. Leyó previamente y vio que se trataba de una película de 1971 que se llamaba “Aguas azules, muertes blancas”.

Cuando llegó a la estación televisiva estaban haciendo un programa en vivo, Revista Familiar, que era conducido por la Beatriz Calero, quien le dice “venga jovencito acá, siéntese y cuando yo le diga al aire, usted hable…”. Esta fue su primera experiencia en la televisión.

En el canal quiteño hizo el espectáculo de la F grande

En 1971, pasó al canal quiteño, que estaba ubicado en Bellavista. Francisco, en Canal 8, hacía el Show de la F Grande, fue invitado por Guillermo Jácome Jiménez, quien era el director, a quien conoció entre la Fábrica de Discos S.A (Fadisa) y Radio Musical.

Realizaba comentarios de música, de artistas, respaldado por videos. Venía listo todo el programa, solo para ser presentado nada más. Guillermo era un gran productor y director de radio. Trabajaba en la disquera y recibía las primicias musicales, la F era de Fadisa, porque tenía toda la música que llegaba a esa empresa.

El hipódromo La Favorita

En el mismo canal le pidieron que se incorpore para que presente, con Rosalina Samper, el programa “El Hipódromo La Favorita”. Era producido por Freddy Ehlers, junto a Polo Barriga, Walter Wright, Patricio Baquero, entre otros.

Era un programa – concurso en el que se promocionaban todas las marcas y productos que estaban en los anaqueles de La Favorita. El juego era una carrera de caballos, en cinco andariveles. Había un invitado, quien lanzaba los dados y, según su resultado, los caballitos avanzaban por diferentes sitios donde estaban los productos, y marcas. Francisco Herrera le ponía drama en el relato y el comentario. En este espacio conoció a Waldie Wright, el iniciador de Mercados La Favorita, quien le ayudó en esa primera parte del programa.

Los noticieros en el primer canal a color

En 1975, Francisco era estudiante en la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Central. En esos años la novedad era que Teleamazonas iba a transmitir en vivo, en directo y a todo color. Francisco fue a las instalaciones del canal y se presentó. Se encontró nuevamente con su amigo y compañero de colegio, Edwin Almeida, quien era productor. Estaban también Guillermo Jácome Jiménez y Lolo Echeverría.

Le dieron la oportunidad de hacer un micro informativo en la noche que se llamaba Noti Tiempo. Relata que “era sencillo: salía la pantalla y leía las noticias”. Después surgió otra oportunidad, cuando lo llamaron para el Noticiero 24 Horas, que dirigía Diego Oquendo, quien hacía periodismo de opinión.

El noticiero del mediodía lo conducía con Mercedes Erazo, con quien hasta ahora mantiene una buena amistad, al igual que con Rubí Rodríguez. Todos eran muy jóvenes en el canal, tenían de 20 a 22 años y ya estaban incursionando en algo bastante serio, como son las noticias, las entrevistas y la producción. Estuvo seis años.

Contacto Directo

En 1979, Francisco salió de vacaciones de Teleamazonas y le surgió otra propuesta para trabajar en Canal 8. En esa época Francisco contrajo matrimonio con Daysi Espinosa de los Monteros y se emparentó con los hermanos Gabriel y Alfonso. Un día surgió la posibilidad de que se haga un noticiero en Canal 8, Gabriel ya había trabajado en esta área en el canal. Le comentó que había esta posibilidad en el medio.

Francisco acudió y fue entrevistado por la señora Cristina Mantilla, con quien conversaron, le gustó el perfil del comunicador y se quedó en el canal. Ahí conoció a Ana María Granizo, quien fue su compañera durante 15 años en el canal quiteño y en Ecuavisa, porque en esa época se vendió Canal 8 a la familia Alvarado, de Guayaquil, y llegaron a ser parte de Ecuavisa.

En este medio condujo Contacto Directo y Televistazo. Hacían el noticiero de la noche, que era el estelar, con Ana María. Había un equipo de producción, reporteros, la secretaría que escribía las noticias y una persona que pasaba la información al telepronter, donde los presentadores tenían la posibilidad de leer. “Si se pasaba un poquito el telepronter, dejaban en blanco el asunto, por ello había que leer antes el contenido del noticiero para ver de que se trataba”.   

Con Margarita Dávalos conducía Contacto Directo, así inició una nueva etapa en la televisión capitalina, donde estuvo con Francisco Borja Cevallos. Luego Margarita fue una productora de éxito, primero en Canal 8 y luego en Teleamazonas. En este medio, Francisco estuvo 15 años.

Su regreso a la radio

Francisco terminaba las noticias en Ecuavisa y se trasladaba a Radio Latina, “cuando era todo un suceso la emisora y se identificaba con jingles. Ahí compartió espacio con Ximena Aulestia”. Era mediados de la década de los 80. Estaban también Patricio Borja Reyes, Solange Viteri, Roberto Rodríguez Reyes, entre otros.

Luego de un tiempo pasó a Radio Centro, donde estuvo con Gabriel Espinosa de los Monteros, Gustavo Cevallos, Humberto Jácome y Gustavo Darquea. Formaron un equipo en la radio, con diferentes turnos y espacios. Francisco estaba en el turno de 17:00 a 19:00 y conducía el programa Novísimo.

En 1990 inició otra etapa en Gamavisión, simultáneamente laboraba en Sonorama. En Canal 2 estaba Francisco Huerta Montalvo, quien hacía opinión de las noticias. Conducían el noticiero con María Caridad Dávalos. Lolo Echeverría era el director. Estuvo seis años.

La coproducción

En algunas radios pagaban un sueldo a los conductores de los programas, pero en otras no, ya que realizaban convenios de coproducción. Francisco lo hacía en coproducción. En ese tiempo era un poco más fácil, ya que la imagen que proyectaban en la pantalla ayudaba para tener auspiciantes. “Para mí fue un gran sustento económico el tener el apoyo y confianza de muchas empresas”, repite. Asegura que la radio le dio el sustento para vivir.

Sus referentes

Su maestro fue Gonzalo Maldonado Quijano, quien fue presidente de la UNP, propietario de Radio Atahualpa y dirigía el noticiero H.C.M.Q. También hubo una persona que, cada semana, en su receptor desde la Voz de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington, le impactaba por su timbre y modulación: era el chileno Iván Silva Acuña. Él, con su voz, fue quien le motivó para hablar, porque Francisco le imitaba igualito: “Desde la Voz de la OEA, en Washington, Iván Silva Acuña les dice Selecciones Panamericanas”. Él era si ícono a quien Francisco al inicio le copió el estilo, pero luego posicionó el suyo propio.  

Otros personajes a los que admiró fueron Guillermo Jácome Jiménez, quien dejó un legado de responsabilidad y talento. “Una voz comercial impresionante, difícilmente volveremos a encontrar otra similar”. Fernando Fegan, que trabajó en Radio Quito y otras emisoras, fue otro referente. “Era una voz maravillosa que me dio los primeros consejos para incursionar en este mundo mágico de la radio…”.

Francisco Herrera Luna es un enamorado de la radio y de la comunicación, sigue en sus proyectos personales en medios digitales. Además, locuta mensajes motivadores y de Dios en el espacio diario “Reavivados por su palabra”, “Creciendo en Conciencia un momento contigo y la palabra del Señor Hablando a tu corazón”, donde da a conocer los capítulos y versículos de la Biblia.

“Dios nos dio a los seres humanos talentos para desenvolvernos en la vida. Todos tenemos talento, solamente hay que descubrir en qué área está su talento”, es su mensaje final.

 

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Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

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