Jorge Suárez Ibarra, el locutor de la impecable voz

Fotos: Izquierda: Jorge Suárez Ibarra en Teleonda Musical en 1985. Derecha superior, en 1970 en Emisoras Central. Derecha inferior, en 1997, cuando era productor de Contacto Directo de Ecuavisa, junto a Gastón González y Fernando Ushiña.

“La radio debe tener misterio. Los locutores de la Voz de América y los grandes maestros de la radiodifusión colombiana nos trasladaban a ese mundo mágico y desconocido que generaba escenarios, vivencias, pero también anécdotas”. Así relataba, en 2016, Jorge Suárez Ibarra, en una entrevista sobre su trayectoria en los medios de comunicación.

 

Jorge Suárez Ibarra falleció en febrero 2018, pero dejó un fructífero legado para la radio y televisión del Ecuador. Laboró en las radios Marañón, Gran Colombia, Quito, Emisora Central, Suceso de Guayaquil, Teleonda Musical, Sucesos, Proyección, Onda Azul, Tarqui y Cobertura. Tuvo casi 50 años de experiencia en la locución y comunicación, 27 de ellos laboró en Televisora Nacional, que posteriormente sería Ecuavisa. En ese canal fue locutor en off, productor de avances de continuidad, avances de noticieros, editor de noticias nacionales e internacionales, asistente de producción, hasta que llegó a productor general. 

Nació en el tradicional barrio de San Marcos, el 14 de abril de 1946, en el Centro Histórico de Quito. Sus padres fueron Rosa Ibarra y Luis Alfredo Suárez. El timbre de voz lo heredó de su papá, quien tenía la voz grave. En su barrio jugaba marros, tillos, fútbol… En las Fiestas de Quito, había los palos encebados, a los que Jorge se subía con dificultad, pero alcanzaba la cima. En esa época, se salía a las calles con toda tranquilidad, no había el temor de qué pase algo malo. En Carnaval se jugaba con bastante agua, con los propietarios y trabajadores de la Imprenta Zúñiga y del Café Minerva, que también vivían por esa zona. Existía una unión barrial muy interesante. “Siempre se respetaba a las personas que no querían participar del juego”, recordaba.  

En ese barrio vivió otro de los referentes de la locución ecuatoriana, el riobambeño Agustín Guevara Morillo, quien más tarde hizo su vida profesional en Guayaquil y fue narrador deportivo de Teleamazonas. “Los dos compartíamos la misma afición, porque a él le gustaba, desde chiquito, hacer narraciones deportivas”. Era inicios de la década de los 60, “en la casa de Agustín, él narraba los goles del Deportivo Quito y yo imitaba los avances comerciales”. Con sus hermanas: Alida Virginia, Enma Beatriz, María de Lourdes, Mariana recientemente fallecida; y Cecilia del Pilar, ensayaba como presentador de artistas.  Ellas cantaban y él les hacía las presentaciones. El tema de la comunicación ya fue ingresando en ese momento de la vida.

Sus inicios se dieron en 1967, en radio Marañón, cuando Jorge “El Chino” Carrera, era parte de la emisora. Con Agustín Guevara Morillo pidieron una oportunidad laboral en la estación capitalina, cuya propietaria hasta la actualidad es la licenciada Ligia Wilches. La emisora estaba ubicada en la calle Chile, frente al edificio del diario El Comercio. Este medio se caracterizaba por hacer concursos, Jorge participaba en estos programas, más que en la locución. Hasta que un día, la principal del medio, le dijo “usted tiene que venir a locutar” e inició presentando un programa de música ecuatoriana.

Un año después en 1968, un amigo le comentó que en radio Quito necesitaban un locutor. Para el puesto había nueve postulantes, pero el Dr. Eduardo Brito Mieles, director de la estación, lo entrevistó primero. Al terminar la prueba, Eduardo Brito (quien posteriormente llegó a ser Magistrado de la Corte Suprema de Justicia) les dijo a los otros candidatos: “se acabó la prueba, el señor Jorge Suárez se queda trabajando acá”. Consideraba que la oportunidad “es el tren que uno coge ese instante y, si no lo coge, se pierde”. A Radio Quito, la escuchaba, tenía la ilusión y el deseo de conocer. Los lunes, miércoles y viernes conducía “Canciones del Alma”. La introducción del programa era el yaraví ‘Van cantando por la Sierra’, en la voz de Gonzalo Benítez y Luis Alberto Valencia.

En esa época había un locutor del noticiero que era la voz de las mañanas de Radio Quito, La Voz de la Capital, se llamaba Jorge Carrera (que no era “El Chino”), quien se iba de vacaciones y Jorge tenía que reemplazarle. “Me dijo, venga guambrito, para acá por favor. Usted tiene que aprender a leer muy bien.  Vamos al estudio”. Le llevó un periódico y le pidió que lea. “Yo leía y me decía: no, no, no ese no es mi estilo. Usted va a reemplazarme y tiene que leer de esta forma, él me enseñó a leer a su estilo, pero luego tuve el mío propio”, recordaba.

En esta emisora conoció a grandes personajes de la radio y el periodismo, como René Torres, Jorge Zaldumbide, Jorge Cascante, entre otros. En mujeres hubo voces espectaculares como Erika Von Lippke e Hilda Sampedro, quienes hacían radioteatro.   La estación funcionaba en el mismo edificio del diario El Comercio. “Ahí nos conocíamos todos: periodistas, locutores, narradores, actores… Fue en época linda…”.

Pasó el tiempo y se trasladó a la Emisora Central, que estaba ubicada en La Recoleta, frente al Ministerio de Defensa, entrada sur al Centro Histórico de Quito. Era 1970, y ahí conoció a otro referente de la radio: el lojano Germán Carvajal, quien luego laboró casi toda su vida profesional en la radio HCJB, La Voz de Los Andes. Jorge en la mañana hacía el noticiero “Buenos días, Ecuador”, espacio en el que leía las noticias de los periódicos y, de vez en cuando, salían en vivo con alguna información. Eran los inicios de los noticieros de radio. En Emisora Central también compartió micrófono con Agustín Guevara Morillo.

Los amigos de la infancia también hicieron que tome nuevos rumbos. Por pedido de Agustín Guevara Morillo, se trasladó a Guayaquil y laboró en radio Suceso, que era una de las estaciones con más presencia en Puerto Principal. Agustín le dijo “ven acá” y se quedó un tiempo trabajando. El locutor riobambeño, que también laboraba en Ifesa, llevó al Puerto Principal a varios locutores de Quito y de la Sierra, como Víctor Hugo Cisneros, Galo Jiménez, Douglas Argüello, quien era sonidista del Núcleo Radión; Raúl Rosero, Tito Baquerizo, Juan Alvarado, Ricardo Ruiz, Lucho Paredes, Francis Carrión, Gabriel El Juri, recientemente fallecido, entre otros…

Posteriormente, retornó a Quito y participó en un concurso para ingresar en Radio Musical, porque ese era el requisito inicial que solicitaban en el Núcleo Radión, conformado por Musical 570 AM, Canal Tropical 805 AM, Fiesta 590 AM y Teleonda 95.3 FM. Uno de sus compañeros era Marcelo “El Chino” Hernández Llerena. El ingreso a este medio fue la puerta de entrada a la televisión.

 

Su vida estuvo llena de anécdotas al iniciar un trabajo en los diferentes medios. Un día de 1973, Jorge Suárez Ibarra estaba de vacaciones y fue a cobrar su sueldo y Marcelo “El Chino” Hernández Llerena tenía que reemplazarle en el canal a su familiar René Torres. Le pidió que le acompañe a Televisora Nacional, Canal 8 Quito.

De pronto, entrando al canal de televisión, de Musical le llaman a Marcelo y le indican que el reemplazo no llegaba y le pidieron que retorne a la estación. Le dice “Jorge anda a la radio” y Jorge le contesta que no. “A la radio yo no voy, estoy de vacaciones”. Jorge le propone quedarse en el canal en su reemplazo. Marcelo Hernández en ese momento le llama al gerente del canal y le comenta que le toca ir a la radio, pero Jorge se queda. Le contesta que no hay problema. “Yo ya me llevaba con René Torres, por la radio Quito, y con el gerente del canal, Leonardo Ponce, también. Me quedé trabajando ese día y pasaron 27 años más”. Fueron tiempos productivos, llenos de aprendizaje y aporte, relataba.

Antes en la televisión se tenía que anunciar en vivo. “Nuestro siguiente programa La mujer y el Hogar. Nuestro siguiente programa Los Picapiedra” … Cuenta como anécdota que en el canal se transmitía un espacio que se llamaba “Los problemas de Papá” y dijo “nuestro siguiente problema los programas de papá”. Fue una carcajada de todo el canal. Todos los gerentes y subgerentes fueron a la cabina de locución a reírse.

Pero hubo también otra anécdota que ocurrió cuando estaba de viaje en Riobamba, porque un primo tenía una estación de radio en esa ciudad. Cuando regresaba a Quito, estaba en uno de los parques y le dio deseos de tomar una gaseosa. Entra a una tienda y en la televisión del local estaba el programa “Nuestros Artistas”, Ecuavisa hacía la transmisión y salía en la cadena de la Asociación Ecuatoriana de Canales de Televisión, los sábados de 12:00 a 13:00. Era inicios de los 90, el conductor era Jorge Suárez Ibarra. El propietario de la tienda se sorprende y le dice: “señor, usted está ahí y ahora está acá. Ahhh grabado ha sido no…Yo pensé que era en vivo”. Luego le pregunta que deseaba. Le pidió un sánduche y una cola. A la hora de pagar no le quiso cobrar, porque “era el señor que conducía el programa en la televisión”.

Eduardo Benítez, quien estuvo en Ecuavisa, desde 1987 hasta 1994 como reportero de la noche y la madrugada, cuenta que en la noche trabajaba con Fernando Larenas, quien era el productor, y Jorge Suárez Ibarra, productor de sonido. Jorge locutaba las noticias internacionales y se quedaba hasta las 22:00 o 23:00. En esa época las sesiones del Congreso Nacional iban hasta la madrugada. Durante esa misma temporada, Jorge Ortiz era el entrevistador; y Yolanda Torres, era la presentadora de Contacto Directo. Eduardo y Jorge Suárez dejaban todo listo para el noticiero que se emitía de 06:00 a 08:00.

En el turno de la noche hicieron un buen equipo Jorge Suárez Ibarra, Guido Acevedo Duque y Eduardo Benítez, porque los tres vivían en esa época en el sur de Quito. Jorge, en la Villa Flora; Guido por el colegio Amazonas y Eduardo en la ciudadela Yahuachi. En la noche salían los tres y les llevaba el “Condorvall”, que era el vehículo del Guido Acevedo.  

En el canal había tres Jorge Suárez:  Jorge Suárez Ibarra, Jorge Suárez Vallejo, Jorge Suárez Fuentes y eso generaba confusión por eso tocaba decir siempre el apellido materno.

Eduardo recuerda a Jorge Suárez Ibarra por su calidad humana, su impecable voz y presencia. “Con Guido siempre hablamos de él, de su trayectoria y forma de ser bien alegre y jovial. Siempre trataba de ayudar, pues no había egoísmo en él”. Cuenta que una vez le llevó a Radio Musical, cuyos estudios en ese tiempo ya estaban en el sector de La Floresta. Le gustaba mucho la música en inglés, pero también la folclórica, en esa época estaban de moda Los Kjarkas. “Me decía que disco quieres escuchar y lo ponía…”.

Jorge Suárez Ibarra destacaba que uno de sus grandes maestros de la locución fue el ambateño Guillermo Jácome Jiménez, quien decía “tenemos que aprovechar esta época, porque luego vendrán otros jóvenes que simplemente por el afán de estar frente al micrófono harán cualquier cosa”. Y se produjo no sé si revolución, cambio o “quizá otro gusto de los dueños de radio de ya no ocupar las voces graves sino poner otras voces”.

El locutor ambateño, también fallecido, quien fue la voz de Marlboro, Teleamazonas y Ecuashyri, destacaba que “el momento que te paras frente a un micrófono, háblale como a una mujer cuando le miras a los ojos. Háblale con calidad, sencillez, honestidad y transparencia”.

Jorge Suárez aseguraba que su familia es lo mejor, lo más grande y lo primero en su vida. “Gracias a la radio conocí a mi esposa”. Cuando estaba en Emisoras Central tenía un grupo de amigas que iban a la estación, donde disfrutaban de la música. Una de las chicas era amiga de su esposa y la llevó al aniversario de la radio. “Yo no llegaba todavía, pero estaba enternadito, muy arregladito, para el show”. Cuando por la calle Maldonado se encontró con Nancy Díaz y fue un amor a primera vista. Se casó en 1971.  

El apoyo de la familia fue fundamental en la carrera profesional de Jorge Suárez Ibarra, ya que siempre le comprendieron y se adaptaron a sus jornadas de trabajo. Salía de su casa a las 05:00 y llegaba a las 23:00, todos los días de lunes a viernes. A las 06:00 estaba en el canal hasta las 10:00, luego iba a Radio Musical a grabar los programas de fin de semana, después tenía su turno en el canal, para regresar nuevamente a la radio. “Ellos comprendieron todo, ahí la heroína es mi esposa, que supo mantener y direccionar a nuestros hijos correctamente bien”, reconocía.  Su familia fue el horizonte en su vida.

Le gustaba la canción “Cinco sentidos”, del español Raimond. Otro tema que marcó su vida y le dedicó a su esposa fue Only you, del grupo estadounidense The Platters. En esa época manifestaba que los hijos ya están grandes tienen sus propias responsabilidades, pero “en nosotros no hay aburrimiento, porque los dos salimos al Centro Histórico a realizar un paseíto, una caminata, una comida… Soy Feliz…”.

De sus hijos ninguno siguió comunicación. Su primera hija, Nancy Jeaneth, tiene una empresa de artistas y shows; Jorge, es administrador de empresas, visitador médico y como le gusta la cocina se graduó de chef. Su última hija, Rosa Verónica, es ingeniera en marketing.

El momento más difícil de su vida fue cuando se jubiló, en el año 2000, durante la caída de Jamil Mahuad de la Presidencia de la República. Había recibido su jubilación en sucres, tanto del canal como del IESS, el Ecuador se dolarizó y este dinero quedó en nada, pues cada dólar valía 25 mil sucres. Sufrió depresión, fue una etapa muy dura para él y su familia.

Jorge Suárez Ibarra sentía nostalgia de la radio de antes, porque este medio generaba magia y un poco de misterio. Los oyentes deseaban saber cómo era la persona que hablaba en el micrófono. Manifestaba que muchas veces les pedía a los oyentes que le describan de acuerdo con la voz que tenía en el micrófono y le decían: “un poco gordo, alto…”. “Ahora se prioriza lo comercial. Yo quiero hacer radio, busco un auspiciante y hago lo que sea, pero ya no hay esa calidad, porque se habla cualquier cosa y eso no está bien”, insistía.

Narraba que con Polo Barriga y Andrés Carrión fueron a Cuba, en el primer viaje turístico que abrió la Isla. Gracias a las empresas disqueras del Ecuador: Fediscos, Fadisa e Ifesa llevó 15 Long Play de música ecuatoriana que obsequió a Radio La Habana, que era una radio que su papá siempre escuchaba en la época de la Revolución Cubana.

También fue parte de las reuniones anuales con sus excompañeros de Ecuavisa que se realiza el mes de junio, de cada año, porque es el aniversario del canal. “Con Alfonso Espinosa de los Monteros nos llevamos bien, desde Guayaquil, cuando trabajó en radio Ifesa. Con Gabriel fue compañero en Radio Musical”, relataba. Eduardo Benítez cuanta que “hace cuatro años fue a la reunión de los exEcuavisa. Estuvieron Eduardo, Guido y Jorge. Los tres recordando vivencias pasadas. En esa época Jorge ya vivía en la entrada a Carapungo, en el norte de Quito.

Jorge Suárez Ibarra es parte del grupo selecto de hombres y mujeres que formaron parte de la época de oro de la radiodifusión ecuatoriana. Su impecable voz, presencia y calidad humana seguirán presentes en la historia de la comunicación nacional…

Si desea conocer un poco más sobre Jorge Suárez Ibarra. Puede hacerlo en el siguiente link:

Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

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