Martha Córdova Avilés, la voz femenina del deporte
Todo nació en el Mundial de Fútbol Argentina 78. Su papá, Vicente Córdova, llegaba todas las tardes a mirar los partidos de ese torneo. La niña Martha Córdova Avilés Siempre lo esperaba para ver juntos, era junio de 1978. Se pasaron todo ese mes disfrutando de los encuentros deportivos, desde las 16:00 hasta las 19:00.
Ahí nació la semilla del futbol. Luego fue una aficionada, aunque su progenitor no le llevaba al estadio, “porque pensaba que no era un lugar para las niñas”, pero a través de la radio escuchaba los partidos. “Mi papá era hincha del Aucas, yo le informaba de todo lo que sucedía con el equipo oriental. Mi papá fue mi primer público, mi primera audiencia”, repite.
A los 16 años, cuando estaba en cuarto curso del Colegio de América, en Quito, se dio cuenta que quería ser periodista. Toda esa información que le daba a su padre quería darles a los oyentes.
Sus inicios fueron escuchando todos los días radio Tarqui. Rememora que fue a la estación con esa espontaneidad que tiene la adolescencia. En Tarqui Deportes les dijo que quería realizar sus prácticas, que le ayuden y le brinden un espacio. La respuesta fue positiva. Desde cuando tenía 16 años, de ese julio de 1982, hasta hoy está ligada al deporte, primero al futbol y luego fue conociendo otras disciplinas deportivas. Son casi cuatro décadas y sigue con la misma pasión de sus inicios. Todos los días se impone retos, aprende algo y eso es importante. El deporte necesita difusión y los deportistas necesitan ser conocidos, destaca.
Al principio, cuando hacía reportería y comentario para “La T Grande de Quito”, les tomó por sorpresa a mucha gente, deportistas, futbolistas y a los propios periodistas, pero el equipo de compañeros de la emisora le ayudó muchísimo. Fue un grupo que le acogió, le enseñó cómo llegar al Estadio, desde qué sitio hacer las coberturas, qué decir, qué hacer y luego de ella fue saliendo ese deseo de superación.
“A mí no me vieron como una novelería o un capricho de fin de semana, sino como una persona que quería aprender”. Los primeros años fueron de aprendizaje total con la ayuda de Pepe Granizo, Carlos Sandoval, Vicente Salgado, Patricio Díaz, Ernesto Almeida, Guillermo Padilla, entre otros. Fueron compañeros que le entregaron su conocimiento para poder llegar a todos esos escenarios donde al inicio fue difícil, pero hubo respeto en todos los ámbitos. Recuerda que hacía comentarios, relataba marcadores, cambios, entrevistas y programas deportivos. Pepe Granizo Cisneros, director de Tarqui Deportes, destaca que en 1982 ingresó Martha Córdova, quien ahora tiene una trayectoria brillante.
En esta estación capitalina realizó sus prácticas durante tres meses y luego los fines de semana. Se ligó completamente a la radio mientras estudiaba la carrera en la Facultad de Comunicación Social, de la Universidad Central del Ecuador. En la mañana trabajaba y en la tarde estudiaba: ese fue el compromiso con sus padres. Hasta 1988 estuvo en Radio Tarqui. En ese año pasó a Radio Quito, su compañero de la facultad era Alfonso Lasso Ayala y le dio la oportunidad de trabajar con su padre, Alfonso Lasso Bermeo, en Ronda Deportiva.
En 1989 se vinculó al diario La Hora. Para cambiarse a la prensa lo pensó mucho, pero el reto ayudó e inició un aprendizaje muy grande. En 1992 estuvo en diario Hoy y un año después en diario El Comercio, como reportera en un primer período, luego como editora de la Sección Deportes. Considera que la prensa es lo mejor que le ha podido pasar, porque le permitió crecer mucho como periodista y persona. Asegura que la escritura exige mucho, en el vocabulario, en la redacción, en la sintaxis y en la creatividad.
Para Martha, en la radio y televisión, las periodistas no han logrado lo que se ha alcanzado en prensa. Sostiene que loe medios impresos han brindado más oportunidades a las periodistas deportivas mujeres.
El espacio para la narración deportiva para las mujeres todavía no se desarrolla en el país. Ese es un gran reto para las periodistas, aunque ya hay chicas que relatan el futbol femenino, en la Serie B o los partidos de ascenso.
Ella sabe que en los medios impresos hay más espacio para las historias. Si se mira o se escuchan los segmentos deportivos en radio y televisión, un 90 por ciento está destinado al fútbol, en cambio los periódicos tienen cuatro o hasta seis páginas en las que no todo es fútbol y se incluyen temas de otras disciplinas. Ahí encontró la oportunidad para contar historias, anécdotas que merecen ser conocidas. En esa ruta, primero fue el atletismo de fondo, con Rolando Vera, y la marcha atlética con Jefferson Pérez.
Ir a las competencias internacionales con él campeón olímpico fue un orgullo, porque se acercaban como 20 periodistas a escala mundial de los países que eran rivales de Jefferson Pérez, para que se les cuente algo sobre él. “Yo le acompañé a una Copa Mundo en España, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, donde ganó la medalla de plata en Pekín-China, en 2008”.
Asistió por primera vez a unos Juegos Olímpicos en Atenas 2004. Este es el único evento deportivo en el que se puede ver juntos a los deportistas más importantes del mundo. Allí conoció a los jugadores de la NBA, vio ganar a Argentina la medalla de oro en Básquet, con Manu Ginobili, quien es considerado el mejor basquetbolista de América Latina. Estuvo cerca a Usain Bolt y del compatriota Alex Quiñónez.
Ha visto triunfar a Nicolás Lapentti, Rafael Nadal, Roger Federer, Juan Martín del Potro, Michael Phelps, entre otros. Estar ahí y conversar con ellos es indescriptible, pero el periodista debe estar preparado para hacer las entrevistas, no solo tomarse fotos, advierte.
Hay muchas historias que impactan y le han llegado al corazón. Recuerda que en las Olimpiadas Especiales de Shangai (China) hizo la cobertura de la participación de los 48 deportistas ecuatorianos. De ellos, 47 ganaron una medalla y solamente uno aún no había logrado una medalla. Le faltaba una prueba y era el último intento para triunfar, pero el día anterior, en un estadio completamente lleno, con 40 mil personas, no podía caminar bien y perdió el equilibrio. Se cayó tres veces y él pedía que no le tope el personal de asistencia médica porque, si recibía la asistencia, él quedaba descalificado.
El deportista tenía una pequeña discapacidad intelectual y un problema de parálisis del lado derecho. Durante la competencia se levantaba, seguía corriendo y todo el estadio lloraba. Su equipo le decía lo intentaste, pero él respondía que tiene que conseguir una medalla para llevarle a la enfermera, porque cuando él nació su madre tuvo problemas en el parto y los médicos lo declararon muerto. La enfermera que estaba envolviendo el cuerpo, se da cuenta que su corazón del recién nacido todavía latía. El deportista le prometió que le iba a llevar la medalla a su enfermera, porque él sintió como que ella le devolvió la vida”, recuerda Martha, mientras sus ojos se iluminan al recordar esta proeza deportiva.
“La meta de todo deportista es ganar, porque quieren ser tomados en cuenta. La mayoría provienen de orígenes humildes y así quieren igualar esa desigualdad económica y social, decir: yo puedo. Por eso buscan que su nombre quede permanente en la historia, pero la vida son más derrotas que victorias”.
Recuerda los llantos de la mamá de un deportista, quien comentaba que tenía que remendar los zapatos de su hijo porque no podía comprarle unos nuevos, para que pueda competir iba a la vulcanizadora para reencauchar el calzado. Sin embargo, es vicecampeón del mundo juvenil. “Estos deportistas nos dan la más linda enseñanza, la perseverancia, la lucha, el juego limpio. A ellos no les vence nada, sus ganas, muchas veces son más grandes que su fuerza y entregan todo lo que tienen”.
Hace dos años entrevistó a Moisés Caicedo, de 19 años, que juega de mediocampista en el Brighton & Hove Albion F. C. de la Premier League de Inglaterra, cuyo pase costó seis millones de dólares. Fue campeón de un torneo de promesas deportivas. Estaba en el Independiente del Valle, desde los 12 a 14 años, porque quería sacar adelante a su familia: son 11 hermanos y 25 sobrinos. Un muchacho de 17 años, en esa época, ya crece con esa responsabilidad. En la cancha es un maestro, acota. “Es triste conocer a través de las redes sociales o medios deportivos sobre qué marca de auto tiene Ronaldinho o cuántos carros tiene Lionel Messi, cuando también hay tantas historias de responsabilidad, empuje que se debe conocer”.
Considera que a Ecuador le afectó mucho la no realización de los Juegos Olímpicos 2020, a causa de la Covid-19. Durante el 2019 el país alcanzó 5 medallas mundiales: dos de plata y tres de bronce. “Los deportistas se alistaban para los JJ OO 2020, con la meta de alcanzar, por lo menos, dos medallas, pero esas ilusiones se truncaron por la pandemia.
Martha sabe que en el fútbol y en las otras disciplinas deportivas es necesario contar historias, mucho más ahora cuando hay muchas necesidades que, quizá antes no las tenían o no se las veía. “Las historias de los deportistas nos hacen más sensibles, más reales”.
Recuerda cuando Agustín Delgado, en el 2006, decía que los futbolistas, al clasificar a dos campeonatos mundiales, han crecido, pero no los dirigentes. Martha Córdova también se preguntaba ¿y los periodistas cuánto han crecido? Considera que el crecimiento de ellos (los deportistas), también debe ser para los periodistas.
Martha advierte que un periodista deportivo debe estar preparado para temas de coyuntura. Sin alejarse de las páginas deportivas, también cubrió la caída del expresidente Abdalá Bucaram y varias elecciones presidenciales. Cuenta que, en el 2003, cuando estaba en los Juegos Panamericanos, en República Dominicana, recibió una llamada de Diego Cornejo, quien era director de Diario Hoy, y le pidió “que se olvide del deporte”, ya que necesitaba una reacción del Presidente de ese país sobre el asilo político que concedió a Gustavo Noboa Bejarano. El Mandatario de la isla caribeña estaba en el mismo coliseo que ella, asistía a un partido de vóley entre República Dominicana y Cuba. Logró acercarse y hacer la pregunta sobre el tema. El Mandatario le responde que Gustavo Noboa fue su compañero en la Universidad Zamorano, en Honduras. Su nota y fotografía salieron al día siguiente en primera página.
Años después, cuando viajaba a los juegos Olímpicos de Atenas, hizo escala en Madrid, y se encontró en el aeropuerto con la Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, igual la entrevistó. “El periodista debe estar preparado siempre porque son oportunidades que no se pueden desperdiciar”, dice.
Primero hay que ser periodista y luego especializarse. Por eso el comunicador debe leer, formarse, educar, debe tener la responsabilidad social, la responsabilidad del mensaje que está emitiendo, pero sobre todo lo que puede causar con este.
Nunca estuvo en sus planes ser docente universitaria, pero lo hizo durante 10 años. Ahora prende la televisión, la radio y ve a sus alumnos, muchos de ellos ahora son sus compañeros. Quiere seguir contando historias y dando la vuelta al mundo. Considera a los Juegos Olímpicos como la maestría del deporte.
En 2014 estuvo en el Mundial de Fútbol de Brasil. Eduardo Andino, periodista de Gamavisión y Gol TV, había sido su alumno en la Universidad de las Américas (UDLA) por tres años y luego viajó a Argentina para trabajar y especializarse allá. “Estaba transmitiendo para la cadena DirecTV y le comenta que va a cumplir con uno de sus sueños: transmitir para Ecuador el partido de la “TRI”, en el Maracaná, junto a Fabián Gallardo”. El joven relator deportivo le sorprendió con una frase que le impactó: “sabe qué todo lo que sé se lo debo a usted. Me salieron lágrimas de emoción. Me encanta ver que mis alumnos son referentes en el periodismo y ahí dices trabajaste para algo y ahí están los resultados”.
Recuerda cuando Iván Vallejo coronó el Everest y luego completó los 14 ochomiles en 10 años, decía que ahí no puede acabar su vida, porque tiene muchas cosas por explorar, muchas cosas por hacer. Igual pasa con los periodistas, hay que seguir caminando y aprendiendo. Espera estar en Japón: serían sus quintos Juegos Olímpicos. Tiene mucha ilusión que la selección de fútbol femenino llegué a un Mundial y hacer esa cobertura. “Los deportistas dan un paso adelante y los periodistas también debemos hacerlo”.
Ahora, que han pasado casi 39 años desde su inicio, le gustaría cumplir nuevos retos: conocer y aprender sobre nuevos eventos como el Giro de Italia, el Tour de Francia, el Australia Open, donde participaron los compatriotas Richard Carapaz y Gonzalo Escobar.
Iliana Cervantes Lima-Voces de la Radio
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