COVID-19: Hacen falta 35.000 millones de dólares para vacunas, tratamientos y diagnósticos
Personal técnico de laboratorio en un centro sanitario de Bangkok, en Tailandia. OMS/P. Phutpheng
Mientras los líderes mundiales siguen batallando por tomar conjuntamente las decisiones o dedicar los recursos necesarios para derrotar al coronavirus, la pandemia se ha convertido en una amenaza para la seguridad global, indicó este jueves el líder de la ONU y subrayó la urgencia de otorgar 35.000 millones de dólares al mecanismo de aceleración del desarrollo de pruebas, tratamientos y vacunas contra la COVID-19.
La solución a esta crisis pasa por apoyar las iniciativas destinadas a apresurar el desarrollo de nuevos diagnósticos, terapias y vacunas contra la COVID-19, como lo hace el Acelerador ACT de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus socios, afirmó este jueves el Secretario General de las Naciones Unidas.
Durante la reunión virtual para inaugurar el trabajo del Consejo de Apoyo al Acelerador ACT, António Guterres destacó que pese a las peleas todavía no es demasiado tarde para revertir esta situación. La iniciativa es una alianza mundial que busca apremiar el desarrollo, la producción y el acceso equitativo a las pruebas, los tratamientos y las vacunas contra el coronavirus, con la participación de gobiernos, científicos, empresas, sociedad civil y filántropos y organizaciones de salud a nivel mundial.
“Debemos empezar de inmediato ampliando las herramientas nuevas y las existentes que permitan responder rápidamente a los nuevos casos y que proporcionen un tratamiento sólido para suprimir la transmisión, además de salvar vidas, especialmente en los próximos 12 meses”, señaló Guterres.
Recursos urgentes
El Secretario General afirmó que el Acelerador ACT “es la respuesta mundial que buscamos” y que ha llegado el momento de tomar decisiones políticas importantes como aumentar de forma decisiva la dotación económica de la iniciativa.
“Los 3.000 millones de dólares aportados hasta la fecha constituyen una importante inversión inicial para la fase de puesta en marcha del Acelerador ACT. Pero ahora necesitamos 35.000 millones más para pasar de la fase «inicial» a la de «ampliación e impacto», aseveró.
Guterres enfatizó la urgencia de conseguir este monto ya que, sin una inyección de 15.000 millones de dólares durante los próximos tres meses, se perderá la oportunidad de avanzar en la investigación, acumular reservas mientras se conceden licencias, empezar a adquirir y suministrar los nuevos tratamientos y terapias, y ayudar a los países en la preparación óptima para cuando lleguen las nuevas vacunas.
El Secretario General también considera imprescindible corregir las numerosas iniciativas que se desarrollan en paralelo al Acelerador y las centradas en ámbitos nacionales. “Esto no sólo socava una respuesta mundial eficaz, sino que es contraproducente”, afirmó.
Por último, hizo hincapié en la necesidad de generar una mayor confianza en la eficacia de las vacunas, ya que se atraviesa un momento en el que aumenta a nivel mundial la desconfianza de la población en las inmunizaciones.
“Para que cualquier vacuna funcione, la mayoría de los hombres, mujeres y niños del mundo deben estar dispuestos a tomarla”, alertó.
La vacuna contra la COVID-19 como bien público global
Guterres dijo que mucha gente deposita sus esperanzas en la aparición de la vacuna contra la enfermedad, pero rebajó sus expectativas al indicar que “en una pandemia no hay ninguna panacea”.
“Una vacuna por sí sola no puede resolver esta crisis; ciertamente no a corto plazo. Pero a partir de este momento, la vacuna debe verse como un bien público global porque la COVID-19 no respeta fronteras”, recalcó.
Por ello, subrayó la necesidad de respaldar los trabajos destinados a apresurar el desarrollo y la disponibilidad de nuevos diagnósticos, terapias y vacunas de la COVID-19, y garantizar un acceso y una distribución global equitativa como los que facilita el Acelerador ACT.
Tras unirse al lanzamiento de la iniciativa hace cuatro meses, Guterres resaltó que durante la primera fase los principales socios trabajaron para demostrar la viabilidad de este modelo.
“Demostraron que es posible lograr un diagnóstico rápido que cambió las reglas del juego; empezaron a aplicar en todos los países la única terapia eficaz probada para casos graves de la enfermedad; crearon una cartera de vacunas amplia y eficaz y han establecido el Servicio de Vacunas COVAX, que abarca 170 países”, enumeró.
Respuesta unitaria a una amenaza compartida
El director general de la Organización Mundial de la Salud, por su parte, recordó que la pandemia es una clara muestra de que el planeta necesita más que nunca a las Naciones Unidas. “Ante una amenaza común, necesitamos una respuesta común”.
El doctor Tedros Adhanom Gebreyesus explicó que Noruega y Sudáfrica serán los copresidentes del Consejo de Apoyo al Acelerador y que el papel de ambas naciones será fundamental para dirigir y orientar al organismo.
Tedros agradeció los 2700 millones de dólares que la iniciativa ha recibido hasta la fecha, pero recordó que esa cantidad representa menos del 10% de las necesidades totales.
“Al mismo tiempo, los acuerdos bilaterales y el nacionalismo en materia de vacunas podrían comprometer el acceso equitativo y retrasar los progresos de todos los países para poner fin a la pandemia de COVID-19. Frente a estos desafíos, los argumentos a favor de un compromiso mundial conjunto son todavía más convincentes que cuando se lanzó el acelerador ACT”, resaltó. (I)
Fuente: OMS
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