Prepararse para una invasión: la amenaza de la langosta del desierto en África occidental

Los países del Sahel están en alerta máxima en caso de que se den las condiciones favorables para que la langosta del desierto en África oriental invada el oeste del continente. ©FAO/Luis Tato.

Un gran número de enjambres de langostas del desierto que se han formado en Kenya y Etiopía desde enero, podrían desplazarse hacia el oeste en las próximas semanas, amenazando cultivos, pastos y medios de vida en África occidental. Sin embargo, las operaciones nacionales de vigilancia están en marcha y las medidas de control dispuestas gracias a la importante labor de alerta temprana y respuesta rápida coordinada por la FAO.

 

“Hemos sido testigos de la amenaza sin precedentes que representa la langosta del desierto para la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia en África oriental, y estamos haciendo todo lo posible para prevenir una crisis similar en la región del Sahel, que en este momento ya está pasando por varias crisis”, explicó Coumba Sow, Coordinador de Resiliencia de la FAO para la región.

La langosta del desierto está considerada como la plaga migratoria más destructiva del mundo. Un solo enjambre de un km2 contiene hasta 80 millones de insectos que pueden comer la misma cantidad de alimentos en un día que unas 35 000 personas. Con cada generación nueva, el número de langostas se multiplica por 20 cada tres meses.

Según el Observatorio de la Langosta de la FAO, los enjambres que se reprodujeron en primavera en África oriental ahora se están desplazando a las zonas de reproducción de verano, y los países al oeste del Cuerno de África deberían permanecer en alerta máxima. Se prevé que la mayoría de los enjambres en el noroeste de Kenya se trasladen hacia el norte con el viento, para cruzar de Sudán del Sur a Sudán. A menos que llueva más en el desierto de Sudán -lo que supondrá condiciones favorables para la reproducción de las plagas-, las langostas no permanecerán en este país por mucho tiempo, sino que se desplazarán hacia el oeste a través de la región del Sahel de África occidental en busca de alimentos y zonas favorables para reproducirse.

Prevenir una crisis de seguridad alimentaria

La FAO ha estado trabajando estrechamente con los países en riesgo de la región para coordinar una campaña de preparación importante en caso de que ocurra lo peor.

“Nos hemos estado preparando para esta posible crisis durante muchos meses”, aseguró Mohamed Lemine Hamouny, Secretario Ejecutivo de la Comisión de Lucha contra la Langosta del Desierto en la Región Occidental (CLLDRO).

La FAO, a través de la CLLDRO y en colaboración con los países en riesgo, ha preparado un plan de acción regional de emergencia contra la langosta, que puede adoptar rápidamente medidas de control y salvaguardia del medio ambiente en caso de que los enjambres se desplacen hacia el oeste.

Ya se han activado los planes nacionales de contingencia, y un sistema de alerta temprana de 32 equipos de vigilancia capacitados y equipados con el instrumento de vigilancia eLocust3 -diseñado por la FAO- está recopilando y analizando datos. Estos notables esfuerzos de seguimiento contribuyen al sistema mundial de alerta temprana de la FAO, que mantiene a los países y asociados informados de la situación actual y de los últimos pronósticos.

Los equipos del Chad, en particular, siguen de cerca la situación porque el país comparte fronteras  con Sudán y constituye la primera línea de defensa contra una posible invasión de langostas en África occidental.

Como parte del trabajo de la FAO, se están desplegando helicópteros en el Chad para llevar a cabo labores de vigilancia, y se utilizarán drones en zonas de difícil acceso o inseguras en el Chad, Níger, Malí y Mauritania. También se han establecido dos bases operativas en Chad y Mauritania, que están preparadas para iniciar operaciones de control y combatir las infestaciones de langostas.

En alerta máxima

La CLLDRO ha coordinado también un programa en toda la región en el que los países menos amenazados por las langostas han donado plaguicidas y material para ser distribuido de forma anticipada en los países que corren más riesgo. El programa les permite acceder rápidamente al material, evitando así largos procesos de compra, mientras que los países con menor riesgo pueden evitar acumular un exceso de plaguicidas o que estos caduquen antes de que puedan ser utilizados.

La FAO coordina la transferencia y el transporte de estos materiales y se asegura de que los plaguicidas donados cumplan con la certificación de los laboratorios. La FAO ha realizado también sesiones de capacitación en Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger y Senegal sobre el uso seguro y eficaz de los plaguicidas y ha ayudado a los países a preparar planes nacionales de contingencia que incluyan la difusión de mensajes a las comunidades sobre el uso seguro de este material.

Dados los actuales niveles de amenaza, se está dando prioridad por el momento a las operaciones de control terrestre – que consisten en el uso de fumigadores manuales o montados en vehículos.

Se han llevado a cabo sesiones de capacitación sobre la utilización segura y eficaz de plaguicidas en Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger y Senegal, y en algunos países también se han adquirido y distribuido plaguicidas biológicos.

La CLLDRO administra además un reducido fondo de emergencia, financiado con las contribuciones voluntarias de los países miembros de la Comisión, para que los países puedan reaccionar rápidamente incluso antes de que lleguen los fondos de los donantes.

Por ahora, los países permanecen en alerta máxima. “Dado que las invasiones pueden ser difíciles de predecir, debemos estar bien preparados con antelación y dispuestos para responder lo más rápida y eficazmente posible cuando lleguen los enjambres”, advirtió Harmouny.

Al tiempo que se prepara para posibles invasiones de langostas, la FAO apoya igualmente a los países para reforzar sus planes de seguridad alimentaria y medios de vida, asegurándose de que la población conserve su capacidad para sostenerse y alimentarse durante esta crisis, o cualquier otra que surja. (I)

Fuente: FAO

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