Una cirugía, la oportunidad para dejar de fumar
Doctores realizan una cirugía en un hospital de Camboya.World Bank/Chhor Sokunthea
Fumar puede demorar la curación, causar infecciones y hasta complicaciones pulmonares y respiratorias que pueden llegar a ser mortales después de una cirugía. Un nuevo estudio invita a los pacientes a conocer estos riesgos y dejar el tabaco antes de someterse al bisturí.
Los fumadores de tabaco tienen un riesgo significativamente mayor que los no fumadores de complicaciones después de una cirugía, entre ellas el deterioro de las funciones cardiacas y pulmonares, las infecciones y una cicatrización más lenta, informó este lunes la Organización Mundial para la Salud.
Un estudio realizado en conjunto con la Universidad de Newcastle y la Federación Mundial de Sociedades de Anestesiólogos explica que la nicotina y el monóxido de carbono, ambos presentes en los cigarrillos, pueden disminuir los niveles de oxígeno y aumentar en gran medida el riesgo de complicaciones relacionadas con el corazón después de la cirugía.
Además, fumar también daña los pulmones, lo que dificulta el flujo de la cantidad adecuada de aire y aumenta el riesgo de complicaciones posquirúrgicas pulmonares. También, al distorsionar el sistema inmunitario, el consumo de tabaco puede retrasar la curación e incrementar el riesgo de infección: “Fumar solo un cigarrillo disminuye la capacidad del cuerpo para entregar los nutrientes necesarios para la curación después de la cirugía”, asegura el informe.
Los científicos también determinaron que uno de los diez principales factores de riesgo para que un hueso roto no logre unirse de nuevo correctamente es el consumo de tabaco.
Un riesgo convertido en oportunidad
Pero no todas son malas noticias, la nueva evidencia revela que aquellos que dejan de fumar cuatro semanas o más antes de la cirugía, tienen un menor riesgo de complicaciones y mejores resultados, así como menos probabilidades de experimentar problemas con la anestesia.
«El informe proporciona evidencia de que hay ventajas en posponer una cirugía menor o que no sea de emergencia para dar a los pacientes la oportunidad de dejar de fumar, lo que resulta en un mejor resultado de salud», asegura el doctor Vinayak Prasad, médico de la Organización Mundial de la Salud a cargo del tema.
El estudio demuestra que cada semana libre de tabaco después de 4 semanas mejora los resultados de salud en un 19%, debido a que mejora el flujo sanguíneo a los órganos esenciales.
“Las complicaciones después de la cirugía presentan una gran carga tanto para el proveedor de atención médica como para el paciente. Los médicos de atención primaria, los cirujanos, las enfermeras y las familias son importantes para ayudar a un paciente a dejar de fumar en cada etapa de la atención, especialmente antes de una operación”, explica Shams Syed especialista de la esta agencia de la ONU.
El informe revela que, aunque un número relativamente grande de pacientes quisiera dejar de fumar y una cirugía programada brinda una potencial oportunidad de enseñanza para ayudarlos a dejarlo a largo plazo, a menudo no son informados de los beneficios y desconocen sobre los recursos disponibles para apoyarlos.
El personal quirúrgico puede jugar un papel activo papel identificando a los fumadores y evaluando su disposición a dejar de fumar, proporcionándoles información sobre las posibles implicaciones de seguir fumando para resultados quirúrgicos, y remitiéndolos a servicios de apoyo.
La Organización Mundial de la Salud alienta a los países a incluir programas para dejar de fumar y campañas educativas en sus sistemas de salud para crear conciencia y alentar a los pacientes.
“La introducción de políticas libres de humo en hospitales como aquellas incluidas en el Convenio Marco de la OMS sobre el control del tabaco es esencial para facilitar los esfuerzos para reducir el tabaquismo en pacientes prequirúrgicos”, asegura el informe. (I)
Fuente: PNUD
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